(184 pág.; Anagrama) (70;
diciembre de 2017)
Con ganas vuelvo a leer algo de Tabucchi, pues su Sostiene Pereira me gustó mucho, pero
hay que compaginar autores nuevos con los que tenemos ganas de releer y eso
lleva su tiempo, años en mi caso.
Y hablando de caso, el que se encuentra la policía de
Oporto: un cadáver sin cabeza. El protagonista de esta novela es un periodista
de Lisboa que es enviado por su diario para aportar los máximos datos posibles
de tamaño suceso y él, que tiene ínfulas de escritor serio, no quiere dedicarle
más que un par de días, pero la historia tiene más profundidad de la que todo
el mundo cree y se tiene que quedar en Oporto el tiempo suficiente como para
apreciar a esta ciudad más de lo que inicialmente hubiera pensado y, de paso,
resolver el misterio. Teatral, singular e interesante personaje es el abogado
que aparece en la novela.
Basado en un hecho real sucedido en Lisboa. Sabiendo que
entre las dos ciudades hay una antigua rivalidad, ¿qué llevó a Tabucchi a
cambiar el escenario?
“Manolo el Gitano abrió los ojos, miró la
débil luz que se filtraba por las rendijas de la chabola y se levantó,
procurando no hacer ruido.”