domingo, 29 de abril de 2018

Vladimir Bartol: Alamut (*/**)


(525 pág.; El País)                              (24; abril de 2018)
Tras los dos primeros capítulos largos y poco interesantes en la que se presentan los personajes jóvenes de la novela (estuve a punto de dejar su lectura en las primeras páginas por su ñoñez), empieza a contarse la historia del Irán de finales del siglo XI, pero a mi entender de forma muy novelada y de manera muy poco atractiva. Cuando más interesante parece, que es en los capítulos finales, el lío entre califas, visires, emires, deyes y el sultán es tal que no hay forma de aclararse.
Bartol, muy conocido por esta obra en la que intentó reflejar hacia donde iban el nazismo y el fascismo (aunque creo que con muy poco atractivo) fue, además, psicólogo, filósofo, biólogo, estudioso de las religiones, profesor de universidad y redactor de revistas.
Lo más interesante es etimológico: el nombre de la secta de los hashashins, que dio origen a la palabra asesino, proviene del árabe hassasin que significa adicto al cáñamo indio, que era la droga con la que se dominaba a los jóvenes para convertirlos en máquinas de matar. El siglo XI debería estar muy lejos del XXI, pero seguimos teniendo a miembros de esa secta entre nosotros y cada vez son más, con más medios y pueden actuar contra más gente. No parece que hayamos avanzado nada.




“En la primavera del año 1092 de la era cristiana, y por la antigua carretera de los ejércitos, que desde Samarcanda y Bujara alcanza el pie del macizo del Elburz por el norte de Jurasán, avanzaba una caravana de cierta importancia.”



domingo, 22 de abril de 2018

Frederik Pohl: Tras el incierto horizonte (**/***)


(337 pág.; Ultramar)                         (23; abril de 2018)
Tercera novela que leo de este autor y continuación de Pórtico, que me gustó más que esta y, tanto es así, que si no llega a ser por el penúltimo capítulo que relaciona la historia con leyes físicas se habría quedado con un par de estrellas (de las mías, no de las del universo creativo de Pohl, que son muy numerosas).
La novela es difícil de seguir, pues un joven dice que habla con los Muertos o bien que tiene miedo de los Primitivos, y viaja a una de las fábricas de alimentos de los Heechee. A su vez, una nave con cuatro miembros de una familia, ha estado viajando a lo largo de unos cuatro años para llegar a esa misma factoría y arrastrarla hasta la Tierra, pues de ese modo habría alimento para los miles de millones que la habitan. Además, sin que se sepa a qué es debido, cada cierto periodo de tiempo toda la población terrestre sufre vahídos, sueños eróticos y otros malestares impidiendo seguir con lo que estaban haciendo y provocando miles de muertes y accidentes.




“No era fácil vivir siendo joven y estando tan absolutamente solo.”



domingo, 15 de abril de 2018

Raymond Carver: Si me necesitas, llámame (**/***)


(74 pág.; Anagrama)                         (22; abril de 2018)
Ultimo libro de este volumen que incluye todos los relatos escritos por Carver. La media docena de este libro fueron encontrados entre los papeles que clasificó su viuda, la escritora Gallagher y, después de hablar con un par de editores y amigos, decidieron publicarlos.         
Sin duda son de Carver, pues tienen el mismo tono de melancolía, de contenida desesperación o de pasado desgraciado de sus personajes, incluso uno de ellos (el de los caballos blancos que aparecen en el jardín de una casa) muy similar a otro ya publicado en un libro anterior. No obstante, y sin que mi opinión pueda prevalecer sobre la de la escritora y sus dos amigos, me parece que están menos acabados, tanto en sentido literal como en el figurado, que la mayoría de los que componen los cuatro libros que fueron publicados por él, a pesar de que muchos de sus relatos acaban más o menos abruptamente, es decir, sin una solución a lo que se debatía en la historia, sino con un giro, con una desviación de la atención hacia una cuestión que nada tiene que ver y punto final.
Y punto final también para la narrativa de Carter, pues toda ella está contenida en este libro, así que lo próximo que lea de él será su obra poética, aunque no descarto que, con tiempo, vuelva a releerlo, pues fue un gran escritor de relatos breves. Realmente muy bueno.




“Aquella primavera habíamos tenido una relación cada uno por su lado, pero cuando el curso acabó en junio decidimos alquilar nuestra casa de Palo Alto y marcharnos los dos a pasar el verano a la costa norte de California.”
Si me necesitas, llámame



sábado, 14 de abril de 2018

Saphia Azzeddine: Mi padre es mujer de la limpieza (**/***)


(180 pág.; Demipage)                                   (21; abril de 2018)
Marisol no me dijo que este le había gustado y yo se lo pillé de casualidad, aunque solo es cuestión de tiempo que acabe pillándolos todos: calculo que en medio siglo, si no lee muy deprisa, me he puesto al día. Por lo menos en los buenos como este.
En primera persona un adolescente va explicando su relación con el entorno y cómo disimula sus carencias o evita expresar la realidad en la que vive; por ejemplo, en su escuela no saben que su padre trabaja limpiando locales (no caigamos en el sexismo de decir que es “mujer” de la limpieza). Si se le pregunta directamente a qué se dedica su padre él dice que es el “responsable del mantenimiento de limpieza de una empresa” y tampoco cuenta que por las noches va a ayudarlo; cuando llegan las vacaciones y todos sus compañeros se van fuera él deja caer que estuvo en una isla y que es como todas; el caso es ser como los demás y no dar la nota. Pero eso no es posible, pues es inteligente y quiere ser culto, así que aprovecha cuando le toca limpiar en la biblioteca pública para ir aprendiendo palabras que luego aplicará en sus trabajos escolares: “insidiosamente, extenuó a su amada con concupiscente regocijo”, frase que figuró en una de sus redacciones con la que obtuvo una plaza para repetir segundo curso ya que se consideró que no hacía bien los deberes.
La historia toca todos los temas candentes de la adolescencia, del momento presente en que vivimos y de la necesidad que tenemos de no ser menos o mucho menos en relación a los demás y lo hace con soltura, amabilidad, simpatía e inteligencia. Marisol acertó diciendo que era del estilo de La elegancia del erizo, y lo corroboro.




“Mi padre es mujer de la limpieza.”



domingo, 8 de abril de 2018

Frigyes Karinthy: Viaje en torno a mi cráneo (**/***)


(307 pág.; Galaxia Gutenberg)                                 (20; abril de 2018)
Este libro lo compré en el Círculo de Bellas Artes en Madrid hará unos dos años y fue porque me pareció una historia tan increíble que valía la pena ser leída. Y al haber hecho esto último me he enterado, además, que este Karinthy (sus dos hijos también fueron escritores) fue uno de los escritores más interesantes de Hungría. Por tanto, doble motivo para recomendar su lectura.
El autor se encontraba en una mesa exterior del restaurante al que iba habitualmente cuando oyó el paso de un tren. Miró a su alrededor extrañado, pues por allí cerca no había ninguna línea férrea. Al día siguiente le volvió a suceder lo mismo y otro día también. Entonces pensó que era algo de sus oídos y fue al otorrino y le indicó que dejara de fumar. Lo dejó de hacer, pero volvió a oír el paso de trenes de un oído a otro. Lo dejo aquí, pues es mucho más interesante leerlo con las palabras de Karinthy, al fin y al cabo, fue él quien lo sufrió y el que sabía escribir.




“En el mes de marzo de este año –el día 10, para ser más precisos–, me encontraba una tarde merendando, como de costumbre, en el Café Central de la plaza de la Universidad de Budapest, sentado a mi mesa habitual, cerca de una ventana desde la que se divisan por un lado la biblioteca, y por el otro el edificio de un banco que ostenta como muestra un solo rótulo que reza: CASA MATRIZ.”



sábado, 7 de abril de 2018

Raymond Carver: Tres rosas amarillas (***)


(108 pág.; Anagrama)                                   (19; marzo de 2018)
Ultimo libro editado en vida del autor.
Las historias son del mismo tenor que las de los libros anteriores, pero todas ellas son diferentes. Sí que es cierto que hay un patrón, como puede ser el haber sido alcohólico (me parece que en sus cuentos no aparecen alcohólicos sino que ya dejaron la bebida), estar desarraigado, si es un matrimonio que no vaya muy bien y, en general, gente que tiene algún tipo de problema o, que algo o alguien le causa problemas, como podría ser el caso de la historia cuyo inicio figura después de la portada. A mí me gustó mucho ese relato… y la mayoría de los que componen este volumen.




“Sabía que era un error dejarle aquel dinero a mi hermano.”
El elefante



domingo, 1 de abril de 2018

Juan C. Arce: El matemático del rey (**)

(213 pág.; Planeta)                            (18; marzo de 2018)
Felipe IV tiene como profesor a un matemático que ha escrito un libro en el que sostiene que la Tierra da vueltas en torno a sí misma y alrededor del Sol y no es este el que circunnavega la Tierra. El Papa ha enviado a dos monjes para que el matemático sea acusado ante el tribunal de la Santa Inquisición como hereje, lo que equivale a someter al rey a un juicio paralelo, pero este aún no ha dicho su última palabra.
Esta breve sinopsis ha presentado a alguno de los actores principales de la historia, aunque hay alguno más y, de paso, ha planteado la cuestión de fondo: ¿es la Tierra la que gira o el Sol? ¿Qué importancia tiene esto para la Santa Sede? La respuesta a esta última pregunta (que yo no era realmente consciente de ella) es que en la Biblia se dice lo contrario y ello sería como abrir la puerta a que la ciencia empezara a enmendar el texto sagrado.
La historia que nos explica Arce, con muchos más personajes de los que he presentado, se queda corta, muy corta; no solo eso, sino que además no se conoce el pasado de los personajes o cómo han llegado hasta lo que son; se hubiera podido incidir o profundizar más en la Corte y el propio rey y crear una historia bastante más larga, pero parece que hubo pereza, pero no desconocimiento de la época, pues queda bien reflejada en las doscientas y poco páginas del libro. En cualquier caso, un libro interesante para leer como una aventura que transmite conocimientos, lo que no está nada mal.







“En mitad de una noche sin luna, sobre la cama ajena de otras noches; Luis Obelar besaba a una mujer.”