(74 pág.; Anagrama) (22; abril de 2018)
Ultimo libro de este volumen que incluye todos los
relatos escritos por Carver. La media docena de este libro fueron encontrados
entre los papeles que clasificó su viuda, la escritora Gallagher y, después de
hablar con un par de editores y amigos, decidieron publicarlos.
Sin duda son de Carver, pues tienen el mismo tono de
melancolía, de contenida desesperación o de pasado desgraciado de sus
personajes, incluso uno de ellos (el de los caballos blancos que aparecen en el
jardín de una casa) muy similar a otro ya publicado en un libro anterior. No
obstante, y sin que mi opinión pueda prevalecer sobre la de la escritora y sus
dos amigos, me parece que están menos acabados, tanto en sentido literal como
en el figurado, que la mayoría de los que componen los cuatro libros que fueron
publicados por él, a pesar de que muchos de sus relatos acaban más o menos
abruptamente, es decir, sin una solución a lo que se debatía en la historia,
sino con un giro, con una desviación de la atención hacia una cuestión que nada
tiene que ver y punto final.
Y punto final también para la narrativa de Carter, pues
toda ella está contenida en este libro, así que lo próximo que lea de él será
su obra poética, aunque no descarto que, con tiempo, vuelva a releerlo, pues
fue un gran escritor de relatos breves. Realmente muy bueno.
“Aquella primavera habíamos tenido una relación cada uno por
su lado, pero cuando el curso acabó en junio decidimos alquilar nuestra casa de
Palo Alto y marcharnos los dos a pasar el verano a la costa norte de
California.”
Si me necesitas, llámame
No hay comentarios:
Publicar un comentario