viernes, 30 de septiembre de 2022

Stefan Zweig: Veinticuatro horas en la vida de una mujer (***)

(104 pág.; Acantilado)                        (62; septiembre de 2022)

Este libro es elegido por Anna para el CLC y hace el número veintiséis de lo leídos en este club. Su elección hace que me ahorre de buscar uno de Zweig, pues durante doce meses, de cada diez uno será de él.

Unos veraneantes han hecho buenas migas y cada día comen juntos. Entre ellos hay una viuda de bastante edad, un joven soltero, una familia con dos hijos y algunas otras personas. En la mesa las conversaciones son distendidas y todos se lo pasan muy bien estando juntos. A ellos se les añade otro joven que encaja muy bien en el grupo y que tiene palabras para todos, pues es muy amable y cae bien desde los niños de la familia hasta la mujer mayor.

Un hecho que no quiero desvelar hace que la siguiente comida sea muy diferente de todas las anteriores, hasta el punto de que llegan a alzarse la voz y poco les falta para llegar a las manos. A la vista de lo que se ha dicho en la mesa, la viuda le dice al joven, que estaba desde el inicio con ellos, si tendría la amabilidad de ir a su habitación porque quiere explicarle un suceso de su vida que nadie más que ella conoce.

Y ese hecho son las veinticuatro horas que nos relata Zweig penetrando en la mente de esa mujer y diseccionándola para nosotros con la habilidad de un micro cirujano. Pero por si eso no fuera suficiente, en el relato de la mujer se describe la pasión por la ruleta de otro joven y la descripción hace que el lector comprenda a la perfección qué se puede llegar a sentir cuando a uno le consume el deseo de jugar y nada puede detenernos, salvo la pobreza total.





“En la pequeña pensión de la Riviera, donde entonces, diez años antes de la guerra, me hospedaba, estalló en nuestra mesa una violenta discusión que, exacerbando súbitamente los ánimos, amenazó con degenerar en furiosa reyerta.”



domingo, 25 de septiembre de 2022

AA.VV.: Relatos de música y músicos: de Voltaire a Ishiguro (1766-2013) (***)

(691 pág.; Alba)                      (63; septiembre de 2022)

Hace algunos años que regalé este libro a Anna y en marzo a Pedro… y yo sin leerlo, pero este mes le ha tocado y ha sido un gusto enorme hacerlo.

Comienza con dos cuentos cortos de los Grimm, que no por conocerlos, hacen su lectura menos agradable y sigue con una treintena de escritores entre conocidos, famosos y, para el que esto escribe, desconocidos, lo que no es ápice para que los cuentos de estos últimos no sean buenos e interesantes, como por ejemplo el de Machado de Assis o Quignard, que es el que más me ha gustado.

Entre ellos, Hoffmann, Balzac, Turguénev, Hardy, Ishiguro o Parker: un monólogo desternillante.

Al final de los relatos, por si su lectura no fuera suficiente, todas las composiciones que se mencionan en los mismos totalmente gratuita ¡qué detalle!

Hermanos Grimm: cortos y entretenidos

Hoffmann: tercera historia de la ópera de Offenbach

Balzac: largo y describe la música de los actos de una ópera ficticia, pero interesante precisamente por eso

Trollope: un cuento del estilo al de sus novelas

Sienkiewicz: un triste relato sobre otro violinista más

Turguénev: un relato intrigante con triángulo amoroso

Maupassant: cuando el notario de provincias va a la capital

Machado de Assis: interesante y con un final redondo

Bang: la vida de un genio, al que se le explota, y que llega a adulto

Hardy: otro con misterio y triángulo, pero seco no agitado

Lovecraft: crea misterios inexplicables incluso con la música

Parker (El vals): reí hasta que me saltaron las lágrimas

Dahl: un relato sorprendente con un buen final

Herzinger: podría ser la historia de cómo crear una fama

Quignard (Todas las mañanas del mundo): quizá el mejor de todos

Ishiguro (El cantante melódico): un relato al estilo de los restos





“En la primavera de 1650 la señora de Sainte Colombe murió.”

Todas las mañanas del mundo   (Pascal Quignard)



viernes, 23 de septiembre de 2022

Naoko Abe: El hombre que salvó los cerezos (**)

(435 pág.; Anagrama)            (61; agosto de 2022)

Hablaron muy bien de este libro en La Cultureta así que, a la primera ocasión, se lo regalé a Anna… y yo lo he leído.

La autora nos cuenta la historia del inglés Collingwood Ingram, que murió centenario hace cuarenta años y que, no habiendo ido a la escuela más que unos pocos años debido a su delicada salud, llegó a ser un reconocido ornitólogo y escribió artículos en revistas, perteneciendo a la Unión de Ornitólogos Británicos más de ochenta años. Cuando compró una casa en 1919 descubrió que en el jardín había dos cerezos japoneses y se interesó tanto por el tema que llegó a ser un experto mundial en el tema.

Tanto es así que, aparte de que plantó decenas de especies diferentes en Inglaterra, Estados Unidos y ¡Japón!, llegó a salvar una especie que en ese país estaba desapareciendo. Por si esto no fuera suficiente, también se dedicó a escribir libros sobre los cerezos y a obtener nuevas especies mediante injertos.

La biografía de Ingram comienza veinte años antes que el siglo XX y eso da pie a Abe para explicarnos cómo era Japón en ese momento y porqué era de esa manera, además de recorrer la historia del siglo pasado en Europa al irnos explicando el devenir de los cerezos, que se remonta a cuatro mil años (existe en Japón un ejemplar que tiene cerca de dos mil años).

Advertencia: la lectura de este libro puede ocasionar gastos no previstos en jardinería.





“A un tiro de piedra del foso oeste del Palacio Imperial de Tokio, un futuro rey de Inglaterra arrojó una flamante pala al suelo frío y húmedo.”



domingo, 18 de septiembre de 2022

Tessa Korber: El médico del emperador (**)

(461 pág.; Ediciones B)                      (60; agosto de 2022)

Yo colocaría este libro dentro de los de aventuras históricas, ni siquiera como novela histórica pues, aunque esta última crea personajes y diálogos ficticios, se atañe a la historia y lo que hace es recrear un suceso o momento histórico, es decir, novelar. En cambio, la que designo como de aventuras, hace lo mismo que la anterior y, además, convierte al personaje principal en un aventurero al que le pasa de todo, aunque se atenga a la historia real.

En el caso concreto de Galeno, que como médico no tuvo parangón y ya solo eso da para escribir un libro, en esta novela está en el centro de todas las intrigas, conoce a todos los personajes que tienen algo que decir en la historia y, para que no falte de nada, es un mujeriego de altos vuelos, pues la hija de un emperador o la mujer de otro calentaban su cama (o viceversa).

Se nota que Korber ha leído a McCullough y hasta nos regala unos mapas de varios lugares por donde transita Galeno, pero está lejos de la australiana. Novela entretenida.






“Pérgamo ha de verse en un día otoñal, cuando el cielo está de un azul oscuro y los bancos de nubes blancas que se dirigen raudos hacia el Pindo transforman la luz y las sombras sobre escaleras y terrazas de mármol.”



viernes, 16 de septiembre de 2022

William Irish: Cançó d’amor a Manhattan (***)

 (169 pág.; Edicions 62)                       (59; agosto de 2022)

Me ha sorprendido mucho esta novela negra, pero ya dice el título que es una historia de amor, y eso es lo que es y lo que relata, al igual que la primera línea.

Ella avanza hacia él, se miran y él cae rendido (como se dice en inglés “fall in love”). Se cruzan y la pierde de vista, pero vuelve una y otra vez por ese barrio a ver si la encuentra. Lo consigue y ella le pide que si le llama por teléfono y no se pone ella que no diga nada, que cuelgue. El está casado, pero no se la quita de la cabeza y la llama: cuando descuelgan el teléfono no dicen nada y él no cuelga y pregunta por ella y un hombre le contesta que quién es él y qué quiere. Entonces sí que cuelga.

La historia va avanzando y desarrollando la historia de amor, pero el lector (y más cuanto mayor sea y más haya leído) va pensando que eso no puede acabar bien, que en algún momento va a suceder algo y que va a acabar como el rosario de la aurora… En cualquier caso, estás a menos de doscientas páginas de saberlo.





“Primer, ella era només una silueta llunyana que avançava cap a mi, entre moltes d’altres que feien el mateix.”


domingo, 11 de septiembre de 2022

Richard Hull: El asesinato de mi tía (**)

(256 pág.; Alba)                      (58; agosto de 2022)

El sobrino vive en casa de la tía y depende económicamente de ella. El no tiene ni oficio ni beneficio y, para su mala suerte, la tía no le consiente sus tonterías. El la ve como una vieja quejica, criticona y que se lo cuenta todo a los demás, por lo que solo ve una salida a su situación. Esta salida que él intuye se ve en la portada.

La segunda parte del libro es igual a la primera, pero quien nos habla ahora es la tía y nos explica lo qué hacía y sus motivos, por lo que las opiniones del sobrino se ven matizadas y no conoceremos el final de la historia hasta que ella termine de dar su versión. Entretenida historia y divertidos nombres de poblaciones y calles, como ya se puede ver en la primera línea.





“Mi tía vive a las afueras de la pequeña –y totalmente espantosa– población de Llwll.”



viernes, 9 de septiembre de 2022

AA.VV.: L’home dels ulls blaus i altres relats (*/**)

(260 pág.; autoedición)                      (57; agosto de 2022)

He leído con interés los relatos de estas cuatro, supongo, escritoras no profesionales y, sin que de ninguno de ellos pueda decir que es malo, me han parecido intrascendentes, con la salvedad de una docena, mayoritariamente los más largos.

Hay más de treinta relatos en este libro y bastantes de ellos tienen apenas cuatro páginas y lo que explican son situaciones muy concretas, del estilo “a tal persona le ha pasado esto”, por lo que no me parecen interesantes o muy planos. No obstante, no debe ser fácil escalar una página en blanco.





“Tras muchos años de persistente negativa, aun a riesgo de parecer cobarde, nunca consiguieron inocularme los bichitos de la gripe, –mutación megafashion de cada temporada (qué suerte para la pobre industria farmacéutica)–, atrincherada como estaba en el firme convencimiento de que si yo nunca había padecido ninguna gripe penosa, como mucho, leve, no necesitaba esa vacuna.”

La jubilación debería ser obligatoria   (M. Dolors Burgués)



domingo, 4 de septiembre de 2022

Anònim: Mirall del fotre (*)

(leídas 42 de 93 pág.; De la Mercè) (56; agosto de 2022, no leído en Fitero)

Tenemos este libro en casa y lo busqué en la web de descargas ebookelo, pues era una de las pocas que tenía libros en catalán, y lo encontré, por lo que lo puse en la lista de libros a leer. Este verano lo empecé, pero a la mitad me cansó tanto remedio del siglo XV para los problemas relativos al sexo, todo dicho en tono serio.

En el prólogo parece que estamos ante una obra más bien divertida o erótica, pero también es cierto que sus primeras palabras son “El tratado de consejos médico-sexuales…” que yo rápidamente olvidé y que la obra anónima no dejó de recordármelo hasta que me cansé de tanto daño que causa “fer l’amor excessivament” (primer capítulo) y de todos los remedios al alcance en aquella época (segundo capítulo). Estoy seguro de que leído con interés científico es un libro interesantísimo, pero mi interés era más mundano: entretenerme un rato.





“Per bé que Albafumet afirmi que els llibres que tracten de la manera de fer bé l’amor són nombrosos, jo no en trobo cap que em satisfaci.”



viernes, 2 de septiembre de 2022

Rafael Reig: La cadena trófica (**/***)

(327 pág.; Tusquets)               (55; agosto de 2022, en Fitero)

No sé de dónde he sacado la recomendación de este libro ni porqué se ha colado a tantos otros que estaban antes que él, pero me lo he pasado muy bien leyéndolo. Este es el segundo tomo (tal como se indica en la portada del libro) que dedica Reig a la literatura hispanoamericana, es decir, aquí aparecen los autores de los siglos XIX y XX, por lo que, algún día, leeré el primero.

Puede que lo que se explica en este libro no sea verdad del todo pero, en cualquier caso, sería muy posible: los personajes creados son la familia Belinchón, como base de la historia y aglutinadora de la misma (como los Buendía de Cien años de soledad). Esta familia, todos con ínfulas de literatos, se va encontrando y codeando con los mejores escritores en lengua española de los dos últimos siglos y conociendo los entresijos que nosotros, ávidos y devoradores lectores, desconocemos y que este libro nos permite conocer y disfrutar. Impagable la idea de que las generaciones de escritores se van devorando unas a otras y su parangón con las especies animales.

Una pega que le pongo a la historia son el capítulo inicial (la parte onírica) y el último (como final con fuegos de artificio) que podrían querer parecerse a la inmortal novela mencionada en el párrafo anterior pero que, a mi gusto, se salen de madre. Si nos hubieran enseñado literatura de esta manera habríamos aprendido mucho más (por lo menos los que eran como yo, que no aprendí mucho y me arrepiento ahora… medio siglo más tarde). Para devorarla.





“Pocos son los aspectos del canibalismo que no hayan recibido ya la atención de los especialistas.”