domingo, 26 de septiembre de 2021

Gustave Flaubert: Salambó (**)

(278 pág.; Comunicación y Publicaciones)        (38; septiembre de 2021)

Tercer libro que leo de este autor y lo cojo con muchas ganas, tantas como para que lo proponga como el decimocuarto libro del CLC… para desgracia de los partícipes al mismo, pues más que una novela es un libro de historia, tan detallista que lo hace un poco desconcertante. Las dos líneas publicitarias de la portada son una exageración sin paliativos.

Salambó, hija de Amílcar Barca, está en Cartago esperando la vuelta de su padre. Las tropas de este han llegado antes que él, después de haber ganado la guerra y aún no han cobrado. Llegan a la fortaleza donde se encuentra ella y allí arrasan con la comida, la bebida y los jardines. Un mando de este ejército ve a Salambó y queda prendada de ella.

Este es un mal resumen del primer capítulo, uno de los mejores, ya que con la poderosa descripción de Flaubert el lector se encuentra inmerso en la orgía de los soldados. Tardaremos en encontrar otro igual, pues no es hasta que aparece Amílcar, y volvemos a disfrutar de su lectura. ¿Por qué, entonces, no es una novela tan buena como Madame Bovary o La educación sentimental? Porque tanto detalle descriptivo nos aleja de la trama novelesca, y entre los personajes no hay “química”, es como si cada uno fuera por su lado con sus sentimientos y no interactuaran con los otros.

Este libro de historia, que no novela, me ha recordado las partes descriptivas de Guerra y paz, que considero ralentizan la novela y aburren al que no va a buscar un dato de los hechos acaecidos, lo mismo que sucede en esta.





“Sucedía en Megara, arrabal de Cartago, en los jardines de Amílcar.”



domingo, 19 de septiembre de 2021

Thomas Mann: Los Buddenbrook (***)

(741 pág.; Edhasa)          (37; septiembre de 2021)        (Premio Nobel 1929)

Hace casi diez años que leí el primer libro de Mann y me pareció bien, pero solo bien, por lo que se fue al fondo de los autores a repetir, pero le regalaron varios libros a Marisol y me los aconsejó siendo este el primero que cae: es una suerte tener alguien al lado que lee lo que tú no has leído y va separando el grano de la paja. Este libro es muy bueno e increíble que fuera la primera (otra vez esta ordinal) novela que escribiera. Tenía veintiséis años y, veintiocho años después, le valió el Nobel.

Los Budenbrook son una familia de comerciantes de grano. La novela nos cuenta los avatares de ella a partir de la segunda generación, con incursiones a la primera. La generación principal, y a la que le dedica más páginas, es la tercera, compuesta por dos hermanos y una hermana. El mayor es el que se hace cargo de la empresa, el segundo es un tarambana, y la hermana es la que tiene la mala suerte de la familia. A su alrededor pululan decenas de personajes, desde los más adinerados, como ellos, hasta los menesterosos, lo que crea un caleidoscopio de personas, gustos, maneras de ser y de comportarse innumerable; y esto es lo que hace que esta novela dé una gran visión de la vida a mediados del XIX en Alemania.

Si no estuviera tan bien escrita sería una historia anodina, sin mayor interés pues, al fin y al cabo, hay muchas novelas que cuentas sagas familiares. En esta no llega a aburrir la abrumadora cantidad de descripciones físicas de los personajes; ni que, cuando nombra a una mujer casada, nos indique su apellido de soltera; tampoco cansa que nos detalle con exquisito cuidado los cortinajes, utensilios, y decenas de objetos que hay en las casas o que utilizan los personajes, lo que, por otro lado, sería de lo más normal que terminara abrumando con tanto detalle. Algo tiene que tener la prosa de Mann que, precisamente lo que haría aburrida una novela en otro autor sin sus capacidades, sea lo que mantiene el interés del lector pues, aunque los personajes se casan, divorcian, tienen hijos e, incluso, se mueren, no hay grandes altibajos; pero sí que están perfectamente dibujados y muchos de ellos son muy singulares. Una historia imprescindible con mayúscula.





“–¿Cómo era eso? ¿Cómo … era… ?”



sábado, 18 de septiembre de 2021

The Passenger: Turquía (***)

(208 pág.; geoPlaneta)                       (36; agosto de 2021)

Compré este libro revista en la primavera, que equivale a su segundo número y, aunque ha viajado conmigo durante las vacaciones, por si le pasaba algo al lector, lo he leído ya estando en casa. Me gusta mucho este formato de periodismo de noticias importantes del país del que se habla, de relatos sobre el mismo, de narración personal, con cifras y datos no siempre los más habituales (la palabra turca que tiene más letras sobrepasa las setenta y su traducción no nos dice mucho, pues es una expresión propia de Turquía). Lamentablemente este verano no han salido los dos ejemplares, pues así ha sido las dos primeras veces, parece ser que debido a las pocas ganas de viajar al extranjero por las condiciones actuales.

Si en otoño no aparecen nuevos países quizá me decida por India o Brasil, que fueron los otros dos que aparecieron en el invierno y primavera pasados y que no compré. Una lástima, pues es un formato que no ofrecen ni las guías de viajes, más dedicadas a dar una información turística, ni los sesudos libros referentes a un país, pues tratan de ofrecer toda la información histórica y geográfica pertinente para el conocimiento del lector. En cambio, estos volúmenes ofrecen un poco de todo, bien encuadernados, con colores que atraen y sin que sepas qué van a ofrecerte hasta que no leas los artículos.

Un participante de La Cultureta cuando comenta dónde vio por vez primera una película añade de colofón “cine que ya no existe”. Yo también puedo ser como él, la edad manda, pero no me esperaba poder decir “yo tengo los dos únicos números de una revista que no imprimió ninguno más... y eso que eran buenos”.





“Mi primera experiencia fuera de mi pueblecito natal fue el traslado a una pequeña ciudad de 20.000 habitantes.”

Burhan Sönmez: De polvo y luces



sábado, 11 de septiembre de 2021

James H. Chase: El secuestro de miss Blandish (**/***)

(221 pág.; Anagrama)            (35; agosto de 2021)

No conocía a este autor de novela negra y resulta que es uno de los mejores, máxime más, cuando es inglés. La mayoría de sus novelas transcurren en Estados Unidos y está considerado como el creador de la novela negra psicológica. Esta fue su primera novela y fue un éxito rotundo. Llegó a escribir decenas de ellas durante cincuenta años. La novela me ha gustado por la trama y sus personajes tan bien dibujados, quizá porque se han vuelto arquetipos de este género y ya resultan conocidos, pero el mérito es suyo.

Miss Blandish es una jovencita de muy buena familia que va a ir a bailar una noche con un collar de diamantes. Se entera uno que trapichea y decide, en lugar de arrancarle el collar y venderlo, raptarla y pedir un rescate por ella. A su vez, se ha enterado otro que pertenece a una banda que no tiene escrúpulos y sí una jefa que tiene las ideas muy claras. A pesar de que saben que cuando hayan cobrado el rescate su vida se volverá muy difícil deciden raptarla a los raptores. Su único problema, a partir de ese momento, no solo será la policía. La joven es demasiado guapa.





“Comenzó una mañana de verano, en julio.”



domingo, 5 de septiembre de 2021

Colleen McCullough: El hijo pródigo (**)

(295 pág.; Ediciones B)                      (34; agosto de 2021)

Ya he leído diez libros más desde que leí el último de esta autora, así que cojo el penúltimo de los que tenemos en casa y, con ganas, pues no es histórico y tengo curiosidad para ver qué tal es en otros ámbitos, empiezo a leerlo. Y tal como lo pienso y digo, resulta que me parece que no me gusta. Pero es el principio, démosle tiempo y, obviamente, oportunidad. Pero el tema sigue y, sin ser un desastre, no me convence. Sigo leyendo porque se ha complicado tanto la trama que no sé por dónde podrá salir (la autora). Final inesperado, y la nota raspa el larguero. El otro que me queda es histórico, supongo que no habrá la misma tensión en la lectura.

Al personaje que llama a la puerta, según el inicio que está al pie de la portada, le quedan cuatro páginas, es decir, ni un telediario. La forma en la que encuentra la muerte es tan extraña que no se sabe por dónde buscar al asesino. Los personajes principales de la historia es una pareja que están juntos desde que tenían quince años, los dos son muy buenos bioquímicos porque se han dedicado en cuerpo y alma a sus estudios y trabajos. El está a punto de publicar un libro que será un gran éxito y la universidad para la que trabaja está convencida de que será candidato al Premio Nobel en algún momento.

Aparte de un par de frases inapropiadas (una de ellas referente a un atributo masculino del protagonista totalmente innecesaria), no me ha gustado la manera que tiene de presentar los personajes, algunos con mucho detalle y otros, igualmente importantes, sin descripción alguna; al pie de la portada se menciona que es una caso del detective Delmonico, que no tiene más relevancia que cualquier otro personaje de su comisaría (demasiados para mi gusto) y, para no alargarme más de una cuartilla, hay tantos hechos tan singulares en esta novela que, todos juntos, no la hacen muy creíble, aunque, ya lo he dicho, termina interesando por el cómo se resolverá. No es aconsejable comenzar por este libro, pues los otros ocho que ya he leído de ella son muy superiores.





“Rodeado de nubecillas de barro, John Hall apoyó un dedo no del todo firme en el timbre de la puerta y llamó.”



sábado, 4 de septiembre de 2021

Marcel Proust: El remitente misterioso y otros relatos inéditos (*/**)

(172 pág.; Lumen)                  (33; agosto de 2021)

En el Día del Libro Marisol me regaló este y me alegró, pues el segundo de En busca del tiempo perdido no pude acabarlo (es un eufemismo ya que no llegué ni a la mitad) y, como creo que el autor es importante valía la pena intentar “recuperarlo”. Vano intento.

El motivo principal es que este libro es para personas a las que le guste Proust, que no deben ser pocas, o bien, que seas un estudioso y quieras ver qué escribió, cómo lo hizo, qué borró… y no te importe quedarte con las ganas de saber cómo acaba el relato, pues la mayoría son inacabados.

En un relato, el que aparece en portada y cuyo inicio figura al pie de la imagen, hay decenas de notas a pie de página, cuando el relato no ocupa más que unas pocas páginas. Tuve que leerlo dos veces, pues con tanto ir a ver las notas no me enteraba de la trama. Es el más interesante de todos.





“<Querida mía: te prohíbo que vuelvas caminando, prepararé el coche, hace demasiado frío, podrías enfermar.>”

El remitente misterioso