domingo, 28 de febrero de 2021

Marguerite Yourcenar: Memorias de Adriano (***)

(273 pág.; Edhasa)             (7; febrero de 2021)

Hace diez años que leí por primera vez este estupendo libro y este mes lo ha elegido Marisol como el séptimo del CLC, por lo que lo he vuelto a leer. Como me ha parecido que la reseña que hice en su día puedo suscribirla íntegramente coloco aquí su enlace, pues no quiero repetirme:

https://autobiografialectora.blogspot.com/2011/07/marguerite-yourcenar-memorias-de.html

La lectura me ha resultado más difícil que en la primera ocasión, pues recuerdo que, incluso, leí el libro de pie en un autobús y esta vez, en una pésima edición digital, la densidad del texto me ha representado un esfuerzo pero, no por ello, he dejado de apreciar la belleza que contiene y he preferido obviar si pueden ser ciertos, o no, los pensamientos que se vierten a través del supuesto cálamo de Adriano. Considero que vale la pena leer este libro, pero aconsejo hacerlo poco a poco y saborearlo, pues la trama no se resiente y, en cambio, se puede apreciar mucho más su valor.

No acostumbro a resaltar muchas frases de ningún libro, pero de este no he podido resistirme a marcar algunas, por si hay ocasión, alguna vez, de volver a él. No quiero hacer igual que en la primera lectura y no añadiré otra más y, como vengo haciendo desde el primer comentario que aparece en este blog, sí que repetiré en el pie de la foto la primera oración del libro.





“Querido Marco:

            He ido esta mañana a ver a mi médico Hermógenes, que acaba de regresar a la Villa después de un largo viaje por Asia.”



domingo, 7 de febrero de 2021

Daniel Defoe: Robinson Crusoe (***)

(253 pág.; Edhasa)             (6; enero de 2021)

Esta es la segunda vez que lo leo; la primera fue hace más de cincuenta años. En esa época yo elegía los libros por su número de páginas y el precio total: este fue uno de los más interesantes, económicamente hablando. Aquella edición, que ya no tengo, fue la de Libro Clásico de Bruguera y recuerdo que su lectura me resultó muy amena, de ahí que haya querido releerlo y, como se puede ver por las estrellas al lado del título, me parece de lectura imprescindible; pero, por si acaso alguien tuviera dudas al respecto me sacaré una carta de la manga a la que nadie podrá ponerle ningún pero: “He gastado seis robustos Robinsones de tan duramente como han trabajado a mi servicio.” Wilkie Collins.

Hay una traducción muy conocida y extendida que es la de Julio Cortázar, pero parece ser que, o bien no le dieron el libro original íntegro, o decidió esquilmar las disquisiciones que Robinson se hace a sí mismo para hacer la lectura más ágil y convertir, desgraciadamente, un libro en el que se plantean muchas interesantes cuestiones, en un simple libro de aventuras. Como se puede ver en la portada del libro que he leído, esta versión es íntegra. Si alguien me lee y sabe cuál fue el origen de la versión que leí de Bruguera, a cargo de Teresa Suero Roca, le estaría muy agradecido, pues mi recuerdo es que no solo era la parte aventurera. Vayamos ahora a decir algo sobre lo que conoce todo el mundo, aunque no haya leído la novela, considerada la primera en lengua inglesa.

Robinson Crusoe es un joven de dieciocho años que, desoyendo los consejos de su padre, decide lanzarse a navegar por el ancho mar. La primera vez lo pasa tan mal, por el mareo y los vómitos, que se jura hacer caso a su padre; pero cuando se repone, se enrola de nuevo y su barco es atacado. No explico lo que le sucede, pero sí diré que el Diccionario de la Real Academia Española apunta que robinsón es un “hombre que en la soledad y sin ayuda ajena llega a bastarse a si mismo.”





“Si alguna vez ha merecido hacerse pública la historia de las aventuras por el mundo de un hombre particular, y ha resultado aceptable una vez publicada, el editor de este relato cree que se trata de esta.”