sábado, 28 de diciembre de 2019

Colleen McCullough: El caballo de César (***)


(926 pág.; Ediciones B)                                  (61; diciembre de 2019)
Sexta entrega de esta saga de la vida de César, y aunque aún queda una más, ya se puede ver por la portada que han llegado los idus de marzo. Esta autora, que encandila con la historia de Roma, en cuanto narra la relación entre César y Cleopatra se hace ñoña y pesada y, tengo entendido, que así resulta en las otras narraciones del mismo tenor, que incluso son más conocidas que esta. A pesar de las miles de páginas leídas sobre esta época me sigue apeteciendo leer más sobre ella y puedo entender a Marisol, que siempre va por delante de mí, que le gustara tanto leer estos libros.
En este volumen César ya es dictador y de ahí que haya el encargado del caballo del dictador, que no es otro que su suplente y, oficiosamente, su heredero, que es Marco Antonio. Pero durante la larga campaña que César ha dedicado a conquistar y pacificar Africa, aquel ha actuado de manera muy poco sensata por lo que, a la vuelta de César a Roma, este se plantea si su elección no debería recaer sobre Octavio, a pesar de que este no es más que un adolescente amanerado. Novecientas páginas de intriga política y lucha por el poder con decenas de personajes buscando su mejor posición o perder lo menos posible. No importa que sucediera hace más de dos mil años, sigue siendo muy apasionante.





“–Sabía que tenía razón: un terremoto muy ligero –dijo César mientras dejaba el fajo de papeles en su mesa.”




domingo, 22 de diciembre de 2019

Edgar Martín: Música clásica (***)


(123 pág.; Conocimiento y saber)                             (60; diciembre de 2019)
Hace ya once meses que Hevila y Lorenzo me regalaron este libro dedicado por su autor y no ha sido por pereza por lo que no lo he acabado antes, sino todo lo contrario: Hevila me dijo que no lo leyera de un tirón sino que fuera escuchando las obras que el autor recomienda. Y así lo he hecho y fue un gran consejo: aunque ya había oído la mayoría de piezas, pues en mi juventud podía estudiar y escuchar música y, además, anotaba cada obra que escuchaba y todavía guardo el bloc, por lo que me he reencontrado con todos estos autores que hacía años no oía.
Sobre todo ha sido con Beethoven y sus nueve sinfonías: las escuché entre julio y agosto y me di cuenta de lo mucho que me gustan todos sus segundos movimientos, aparte del allegretto de la séptima que no necesita presentación, resaltaría el de la sexta y el de la quinta, que aunque de esta última todo el mundo conoce sus primeras notas, personalmente me quedo, como ya he dicho, con su segundo movimiento.
Hablando del maestro Martín, autor del libro y de este mismo, quiero añadir que las explicaciones que da son sencillas, simpáticas y amenas y, aunque alguien con más conocimientos pueda parecerle que podría haber información más sustancial, el subtítulo ya aclara que este libro no puede ser una sesuda enciclopedia, así que adueñándome del consejo de Hevila yo propongo encarecidamente su lectura y, sobre todo, la escucha de cada recomendación sin avanzar más allá de los compases que ya se hayan oído.





“Estimado y curioso lector, ante usted tiene un libro que le va a abrir las puertas a ese mundo extraño y desconocido al que mucha gente, incluso quizá usted mismo, ha tenido miedo en algún momento de su vida: la “Música Clásica”.




sábado, 7 de diciembre de 2019

Ignacio Martínez de Pisón: El día de mañana (***)


(384 pág.; Seix Barral)                                  (59; noviembre de 2019)
Entretenido libro que me aconsejó Marisol, y otro más que también leyó del mismo autor, que tiene la gran virtud de desarrollar la historia en Barcelona en los años setenta, es decir, que recrea mi juventud y yo me recreo recordando aquellos años en los que no hice nada de lo que hacen los personajes, pero sé que eso sucedía y que es como volver la mirada atrás sin dolor ni resentimiento alguno. Parece ser que existe una serie que ya había visto, pero sólo recordaba un hecho de la trama, por lo que volví a disfrutarla.
Unos ocho personajes nos van relatando la historia de la vida de uno de ellos, el cual no es narrador en ningún momento, y las relaciones que tuvo con ellos y sus vicisitudes. El abanico es amplio, pues incluye estudiantes, mujeres de casa, dueños de tiendas, policías, los que son perseguidos por estos y, sobre todo, los sucesos más importantes que hubo en los años setenta en Barcelona que se imbrican con las historias particulares de los personajes. Quizá alguien que no lo haya vivido no lo disfrutará como lo hemos podido hacer Marisol y yo pero, en cualquier caso, la narración tiene intriga y su desarrollo entretiene lo suficiente como para darle su oportunidad.





“Sí, éramos medio parientes, dice Martín Tello.”