domingo, 26 de diciembre de 2021

Friedrich Dürrenmatt: Justicia (*/**)

(214 pág.; Tusquets)               (50; diciembre de 2021)

Marisol elige este libro (que había comprado hace muchos años y del que no había leído nada) y se convierte en el décimo séptimo del CLC. Podría haber permanecido en la más absoluta oscuridad y no se habría perdido nada. De este autor me gusta mucho la historia de la vieja dama, que algún día repetiré o leeré por vez primera, pues no recuerdo si la he visto representada o la leí. Lo que ya es más difícil es que vuelva a leer otro libro de él, pues ha ido a parar al fondo de escritores a repetir (no obstante, Camarasa aconseja La sospecha, ahí queda).

Supongamos que el billarista de la imagen es la representación de doctor h.c. Kohler, personaje principal de la historia de este libro y, como lo que viene a continuación está en la contraportada y en las primeras páginas del libro, no desvelo nada imprudente: este sujeto acompaña a un ministro al aeropuerto y decide hacer una parada, entrar en un restaurante y pegarle un tiro a uno de los comensales. Luego sigue camino al aeropuerto. Todos los presentes en el restaurante lo han visto y él es conocido por todos, por lo que no hay ninguna duda de quién ha sido el homicida.

Este inicio me parece muy intrigante, ya que debería ser obvio que será declarado culpable y condenado, por lo que algo tendrá el autor en la bocamanga que haga que su historia valga la pena ser leída: pues, lamentablemente, tiene tal profundidad que se me ha escapado y hecho larguísimas sus doscientas páginas (¡qué gran idea tuvo Anna al sugerir que los libros no pasaran de trescientas!). Tiene unos toques de crítica hacia la forma de ser de los suizos y sus costumbres, pero la vuelta de tuerca que fuerza Dürrenmatt sobre si el asesino es el que todo el mundo ha visto u otro, no me ha resultado nada atractiva y me ha parecido, para ser una decena de personajes, muy enmarañada. El formato de epístola tampoco hace más fluida la narración. En resumen, un tostón, aunque lo he acabado.





“Es cierto: escribo este informe por amor al orden, impulsado por cierta pedantería escrupulosa, a fin de que conste en actas.”



domingo, 19 de diciembre de 2021

Jean Echenoz: Correr (**/***)

(140 pág.; Anagrama)            (51; diciembre de 2021)

Compré este libro, junto con otro de este mismo autor que sigue pendiente de lectura, a finales del diecinueve o principios del veinte (me refiero al año de este siglo y no a la centuria) y, una vez bien macerado, lo empecé ayer por la noche y este mediodía lo he acabado. No es ninguna gesta, pues tendría cien páginas si no hubieran usado un tipo de letra grande y los márgenes fueran para aprovechar el papel, pero el mayor motivo para acabar el libro en menos de un día es porque está muy bien escrito y lo que explica es muy interesante.

Emil Zátopek fue un corredor único y en este libro se explica por qué: nadie hubiera apostado nada por él, los entrenadores y entendidos decían que era desgarbado y su manera de correr nada elegante, y los médicos insistían en que terminaría muriendo (obviedad), pero se referían a que lo haría en una carrera, pues llevaba su cuerpo a un extremo que no era soportable (él lo soportó hasta los 78 años). Batió muchos récords y consiguió algo que nadie ha vuelto ha lograr en setenta años: fue medalla de oro en unos Juegos Olímpicos en cinco mil, diez mil y la maratón… en menos de una semana.

Sería muy fácil seguir narrando gestas deportivas o los desprecios a los que se vio sometido por parte de las autoridades comunistas, pero lo mejor es leerlo directamente en el libro de Echenoz, con su entretenida y natural prosa y sus cortos capítulos que sirven para ir separando hazañas y vivencias.





“Los alemanes han entrado en Moravia.”



sábado, 18 de diciembre de 2021

Almudena Grandes: Los pacientes del doctor García (***)

(763 pág.; Tusquets)               (49; diciembre de 2021)

No es la primera vez que me pasa, o que le pasa al autor del libro que estoy leyendo, que este fallece mientras lo leo. Así ha sido con esta autora, que aún era joven. Otra casualidad menos dramática que la anterior, es que haya leído seguidos dos libros de autores españoles en los que los personajes cambian de nombres. El libro me lo recomendó Marisol el pasado año y, aunque es uno intermedio de una serie, se puede leer con independencia de los anteriores.

El doctor García que da título a la novela, personaje de ficción entre una docena de reales y varias más de personajes inventados, es un hombre joven de izquierdas, no adscrito a ningún partido, que tiene la suerte, o desgracia, de estar en el sitio indicado en el momento oportuno, por lo que, aparte de salvar vidas mediante transfusiones de sangre indirectas durante la guerra civil, se verá envuelto en una trama para desactivar una red encargada de ocultar nazis en Argentina y, de paso, provocar la caída del dictador Franco. Al igual que en la foto original de la portada, en la que el hombre que aparece en primer plano no llevaba corbata y la americana estaba arrugada, Grandes mezcla lo real con lo ficticio para crear una historia que se imbrica de tal manera que es difícil creer que no todo puede ser verdad. Muy interesante y, si no fuera porque varios personajes cambian de nombre, de lectura fácil y amena.





“El último domingo de marzo de 1947 fui al encuentro de una mujer que conocía mi verdadera identidad.”



domingo, 12 de diciembre de 2021

Didier da Silva: La noche del 4 al 15 (**/***)

(228 pág.; Periférica)             (48; noviembre de 2021)

En La Cultureta hicieron la crítica a este libro y lo pusieron muy bien, por lo que me pareció interesante, así que se lo regalé a Joel y he aprovechado para leerlo yo. Aunque sabía del ajuste entre el calendario gregoriano y el juliano, no caí en la cuenta que entre los dos días del título del libro no pudo suceder nada en el mundo porque se saltaron, y el autor ha decidido “llenarlos” con coincidencias habidas, a lo largo de la historia, en los diferentes días del año.

Es decir, para cada día del año se escribe una reseña de coincidencias de hechos civiles (nacimientos, defunciones), militares o políticos, sociales, culturales y científicos, buscando una unión entre lo que se comenta de ese día. Los hay más afortunados que otros, pero en cualquier caso siempre son interesantes y, la mayoría, curiosos o desconocidos.

Aunque hoy sea muy sencillo obtener información de lo que ocurrió un día concreto del calendario (lo he comprobado con el día de mi nacimiento en Wikipedia y es larguísima la información que ofrece) hay que elegir los hechos más interesantes para un libro de este estilo y redactar más de setecientos párrafos, aproximadamente, para dar consistencia y no ser, exclusivamente, un listado de sucesos. Información y entretenimiento por partes iguales.





“El 8 de septiembre es el día de Año Nuevo o día uno del mes de absoluto en el calendario patafísico.”



sábado, 11 de diciembre de 2021

Javier Marías: Tomás Nevinson (**/***)

(680 pág.; Alfaguara)             (47; noviembre de 2021)

Este libro lo había leído Marisol y le aconsejó a Anna que me lo regalara por el día del padre y me alegro porque Marías es un autor que me gusta, aunque no es fácil de leer si él decide escribir una novela y volcar en ella todo lo que piensa sobre un asunto. Y este libro es un buen ejemplo: casi setecientas páginas que parecen mil.

Según el autor, y debe tener razón pues es su obra, esta novela no es la continuación de Berta Isla, pero lo cierto es que tanto el personaje que da título a la novela, como algunos más, también salen en la primera. El Tomás de la portada, ya retirado del servicio activo, es requerido por su anterior jefe para que localice a una antigua etarra y miembro del IRA también. Esto le da pie a Marías para bucear entre las noticias de atentados entre las décadas de los setenta a noventa e ir presentándolas para ser el andamio sobre el que edifica su historia de ficción.

La ficción de la historia es mucho menor que sus disquisiciones sobre lo sucedido y los atentados, lo que convierte su lectura en algo bastante arduo; quiero decir, que no es una historia que pueda leerse sin más, sino que Marías hace de ella una de sus columnas de El País, dedicada exclusivamente al terrorismo. Algunos de los nombres de los personajes son bastante curiosos, casi diría que inverosímiles. Alguna razón escondida pudiera haber.

Mientras iba leyendo el libro pensaba en Pamuk, sus novelas me gustan y creo que gustan en general, pero no se ahorra ninguna página. Su museo es una buena muestra de ello. Marías acabará ganando el Nobel (que se lo merece), aunque solo sea por similitud con este reconocido autor.





“Yo fui educado a la antigua, y nunca creí que me fueran a ordenar un día que matara a una mujer.”



domingo, 28 de noviembre de 2021

H.G. Welles: La isla del doctor Moreau (**/***)

(192 pág.; Alianza)                 (45; noviembre de 2021)

Anna elige este libro para que sea el que hace dieciséis del CLC y lectura de noviembre. Cuando termino el anterior me sumerjo (curioso verbo elegido hablando de isla) en la obra de Wells, del que aún no había leído nada, y lo recorro de cabo a rabo (no me saco ni la isla ni la portada de la cabeza) en un solo día, pues su lectura es muy entretenida y tan profunda (¡otra vez!) como uno quiera. Muy buena elección.

Un náufrago es recogido por un barco en el que viajan animales que serán desembarcados en una isla. El capitán de este barco, hombre muy áspero y alcohólico, no quiere seguir llevando al náufrago y lo deja en un esquife a su ventura. El doctor Moreau, en contra de lo que desea, lo remolca hasta su isla, dejándole bien claro que no ha sido invitado, sino que las circunstancias humanitarias lo han obligado a hacerlo. Lo que verá y vivirá allí será tan extraordinario que dejará unas memorias explicándolo, pues en vida nadie le creyó.






“El 1 de febrero de 1887, el Lady Vain naufragó tras colisionar con un pecio cuando navegaba a 1º de latitud sur y 107º de longitud oeste.”



sábado, 27 de noviembre de 2021

Platón: Obras completas - III (**/***)

(leídas 305 de 339 pág.; Aguilar)                  (46; noviembre de 2021)

Tercera parte de las cinco en las que he dividido este volumen de Platón. Aunque solo dejé de leer las últimas treinta y cuatro páginas del Parménides ha sido realmente duro leer tantas ideas que no puedo compartir porque han pasado dos milenios y los planteamientos actuales no son los de la época en que fueron escritos o porque no llego a comprender muchos de los razonamientos utilizados. En el caso concreto del diálogo mencionado, dejé de leerlo porque no entendí desde el principio a qué se refería, aunque sí podía seguir la conversación un jovencísimo Aristóteles.

Es muy impresionante el diálogo llamado La República, que no es diálogo sino un larguísimo monólogo de casi doscientas páginas, en las que se plantea la construcción de un estado cargo a cargo, profesión por profesión, y razonando el porqué de todas y cada una de las decisiones. Curiosamente, a pesar de que siempre se habla en masculino, se contempla el hecho de que hay mujeres tan válidas como los hombres, por lo que también serán como ellos en algunos de los cargos necesarios. También se habla de que los vigilantes de la sociedad compartirán las mujeres que les haya sido asignados, al igual que los hijos y padres, pues de esta manera no tendrán familiares propios, sino que serán de toda la comunidad. Como lectura es muy larga y aburrida en general, pero parece increíble que una sola persona haya podido planificar, nos gusten sus decisiones o no, la organización de un estado dirigida, según su criterio, a la máxima efectividad común.

En el Teeteto, dedicado a la ciencia, Sócrates conoce al muchacho de ese nombre y, como es alabado por su tutor, lo lleva por derroteros lógicos a lo largo de casi cincuenta páginas. Me sorprende que uno se pudiera parar a hablar durante varias horas y sobre temas tan densos como los que tratan los diálogos de Platón. El mundo ha dado muchas vueltas desde entonces y hemos perdido la capacidad, el tiempo y las ganas de pensar. Yo el primero.





“I. En compañía de Glaucón, el hijo de Aristón, bajé ayer al Pireo con objeto de dirigir mis súplicas a la diosa y deseoso de ver así mismo cómo realizaban la fiesta que iba a tener lugar por primera vez.”

La República



sábado, 6 de noviembre de 2021

Colleen McCullough: La huída de Morgan (**/***)

(733 pág.; Ediciones B)                      (44; octubre de 2021)

Décimo libro que leo de esta autora y cuarto a lo largo de este año, aunque este ha costado bastante más que los anteriores, debido, entre otras cosas, a la pésima traducción que hace interrumpir la lectura porque no se termina de entender una frase o porque esta tiene errores de sintaxis. El título original es Morgan’s run que se refiere a un terreno en el que hay una corriente de agua y en el que Morgan construye su casa por lo que un título más cercano sería “El arroyo de Morgan” o similar; además, Morgan no huye de ningún sitio, por lo que el título y, sobre todo la portada, son engañosos.

En cuanto a la historia: un primer capítulo de unas doscientas páginas en la que se nos cuenta, de forma muy bucólica, la vida de Morgan en su ciudad de nacimiento y su vida hasta la edad adulta (se hace largo). Una vez es juzgado y condenado a siete años de reclusión se anima un poco la historia, pero donde gana enteros es cuando llegan a Oceanía, pero el detalle (interesante en cuanto explica a alguien como yo que no se imagina lo que es llegar a un territorio no civilizado) hace que también sea algo tedioso.

En resumen, y teniendo en cuenta que la autora se casó con un tataranieto, o más allá, del protagonista de la historia tiene su gracia, pero le sobra algún centenar de páginas. Ya no me quedan libros de ella en casa por leer y no sé si leeré diez más antes de que se acabe el año. En mes y medio lo sabré y veremos cuál elijo, pues fuera de Roma no es igual de interesante su pluma.





“–¡Estamos en guerra! –gritó el señor James Thistlethwaite.”



domingo, 31 de octubre de 2021

Julian Barnes: Niveles de vida (**/***)

(152 pág.; Anagrama)            (41; octubre de 2021)

Con este libro elegido por Josep M. cerramos la tercera vuelta, es decir, llevamos quince meses eligiendo libros para leer en un mes. Aun no hemos estado los cinco componentes del CLC juntos, pero Josep M. y yo nos reímos mucho cada vez que comentamos un libro, pues no hemos tenido mucha suerte con nuestras elecciones. Espero que cambie su suerte con este libro, pues las dos puntuaciones que conozco cuando escribo estas líneas están por encima de la media de lo que ha recibido en sus dos anteriores sugerencias.

Este libro, cortísimo, está compuesto por tres relatos, los dos primeros relacionados entre sí y el tercero muy alejado de los anteriores. En los dos primeros habla de los vuelos en globo y de personas conocidas aficionadas a ellos, como por ejemplo Sarah Bernhardt. Un personaje importante en los dos relatos es un militar inglés que cae rendido a los pies de la actriz. Aunque no son relatos cómicos, sí que puede afirmarse que son divertidos en el sentido de que lo que cuenta en ellos está hecho con soltura y gracia.

En el tercer relato, verdadero motivo del libro, nos explica lo que representó para él la pérdida de su mujer y hace unas disquisiciones entre lo que es el duelo y las otras sensaciones que puede uno sentir cuando fallece alguien que has querido y ha estado a tu lado muchos años. Está claro que no es igual esta parte a la anterior. Está muy bien explicado y este es el motivo por el que mi nota quizá sea un poco más alta, ya que si fuera por la longitud o la homogeneidad de las historias se habría quedado con dos estrellas peladas.





“Juntas dos cosas que no se habían juntado antes.”



sábado, 23 de octubre de 2021

William M. Clarke: La vida secreta de Wilkie Collins (***)

(477 pág.; Alba)                      (43; octubre de 2021)

Hace muchos años que me regalaron este libro comprando uno del biografiado… y en biografías aguardaba su momento. Y ya llegó. El autor se casó con la nieta de Collins y ha hablado con media humanidad descendiente o colateral del mismo, hecho que, parece ser, nadie había conseguido.

Además, y los centenares de notas así lo indican, ha visitado decenas de lugares donde guardan cartas de él o dirigidas a él, por lo que tiene muy documentados muchos hechos de la vida de Collins, familiares, amigos y conocidos. Entre estos grupos se encuentra la flor y la nata de la literatura y la pintura inglesas del XIX, pues no solo fue muy amigo de Dickens, por ejemplo, sino que una hija de este se casó con el hermano de Collins.

Me parece que ya he dado una idea de lo muy bien documentado que está el libro, pero aún falta lo mejor: la vida de Collins es tan singular que, aparte de un libro como este, se merece una película de esas que pone “basada en hechos reales” que, en este caso, es imprescindible, pues parece que no pueda ser cierta. Vale la pena su lectura pues nos acerca a una época que parece muy lejana, pero solo es finales del XIX, y a un autor muy interesante.




“Hacia finales de septiembre de 1889, Londres ya se estaba preparando para el invierno.”



sábado, 16 de octubre de 2021

Lea Cohen: La estratagema (***)

(360 pág.; Libros del Asteroide)                    (42; octubre de 2021)

Libro comprado por Marisol que, parece ser, aún no ha leído. ¡Ahora soy yo quien le recomienda que lea un libro suyo! Y lo hago porque me ha parecido muy bueno, con una prosa elegante, sencilla, que va dando la información más tarde de cuando uno cree necesitarla por lo que se crea una intriga solo por el mero hecho de desconocer algo, no porque haya sucedido, y que va explicando qué era vivir en Bulgaria hace medio siglo. Vamos a ver qué puedo decir de la historia.

Supongamos que la de la portada es la protagonista (aunque la foto parece más antigua que los años setenta en Bulgaria; bueno, en este país quizá no). Explica algunas cosas de su infancia, que tuvo dos amigas hijas de amigos de sus padres, que no se han visto en treinta años, que quien podía se escapaba de Bulgaria, que sus padres y ella no lo hicieron; que siendo adolescente conoció a un hombre por la que estaba embobada y que, sin despedirse, parece ser que huyó. Los abuelos de una de sus amigas eran riquísimos y su padre y sus amigos trabajaban para él. ¿Y esto es bueno? ¡Buenísimo!





“¿Dónde están los inviernos de mi infancia?”



sábado, 9 de octubre de 2021

Joanot Martorell: Tirant lo Blanc (***)

(967 pág.; Proa)                      (40; octubre de 2021)

Marisol me regaló este libro en Navidad del pasado año, pero si he tardado tanto en leerlo es porque lo tenía que leer en papel… y hay cola. Para cuando lo he cogido ya estaba digitalizado en una de mis webs suministradoras de archivos ilegales, pero yo he pagado un ejemplar por lo que nada se me puede echar en cara. Desde que leí el Quijote me ha interesado la lectura de los libros de caballería, pero no hay problema de que me ocurra lo del caballero anterior, pues al Amadís le di puerta con solo un quince por ciento leído (https://autobiografialectora.blogspot.com/2019/02/garci-rodriguez-de-montalvo-amadis-de.html), pero ver una versión del Tirant en un catalán que puedo entender no me hizo dudar ni un momento en pedir tamaño regalo (¡mil páginas!). Y para acabar con mi rollo alguien al que no se le puede discutir: “Dígoos verdad, señor compadre, que por su estilo este el mejor libro del mundo:…” (Cervantes en el Quijote).

Este libro trata de las aventuras caballerescas del joven Tirant, llamado a ser un héroe de su tiempo, pues no solo venció en todos los combates a los que se enfrentó contra caballeros, sino que también en la guerra contra los turcos y los moros fue invencible. ¿Qué le distingue, pues, de Amadís de Gaula? Que aquí las historias que se cuentan son en un tono de realidad; que los amores que se trenzan son con grandes damas y no tan grandes y respetables; que en las batallas se cuentan estrategias y estratagemas interesantes e inteligentes; y los cristianos, y Tirant en particular, no son Rambos alocados y, por último, lo mejor de todo: aunque no está a la altura de la novela de Cervantes, hay buenos consejos. Tema aparte es lo que se llega a hablar de la virginidad en un libro del siglo XIV. Sin duda: si no la mejor, una de las mejores novelas en catalán de aquel tiempo. Hay que agradecer a Marius Serra que se haya tomado la molestia (enorme por su volumen) de hacerlo accesible.





“L’estament militar és tan destacat que cal tractar amb gran reverència els cavallers que en respecten les normes.”



sábado, 2 de octubre de 2021

Enrique Llamas: Los Caín (***)

(240 pág.; Alianza)                 (39; septiembre de 2021)

Marisol me recomendó hace bastante tiempo la primera novela de este autor y yo, confiando en su ya demostrado buen criterio, lo añado a la lista y lo leo cuando le toca. Bueno, no exactamente, le tocaba después de quinientas páginas más del Tirant, pero he tenido que hacer un alto en su lectura para no convertirme en el primer caballero andante del XXI, pues ya no tengo edad para esos trotes.

En un pueblo perdido de Castilla, de extraño nombre, suceden cosas más extrañas todavía, y un amigo del protagonista nos las cuenta de una manera tan sui géneris que, aunque no te vas enterando qué sucede exactamente, poco a poco te lo va aclarando y la novela gana en intensidad dramática. El protagonista es profesor y llega para dar clase en un colegio. Hace años murió una niña y hace menos una joven y, ahora, aparecen ciervos muertos sin motivo aparente. En el pueblo hay dos facciones que se odian desde no se sabe cuándo ni por qué, y eso lo pagan todos los que allí viven. Fascinante.





“Nadie supo nunca que aquella primera noche la tumba de Arcadio Cuervo quedó mal cerrada.”



domingo, 26 de septiembre de 2021

Gustave Flaubert: Salambó (**)

(278 pág.; Comunicación y Publicaciones)        (38; septiembre de 2021)

Tercer libro que leo de este autor y lo cojo con muchas ganas, tantas como para que lo proponga como el decimocuarto libro del CLC… para desgracia de los partícipes al mismo, pues más que una novela es un libro de historia, tan detallista que lo hace un poco desconcertante. Las dos líneas publicitarias de la portada son una exageración sin paliativos.

Salambó, hija de Amílcar Barca, está en Cartago esperando la vuelta de su padre. Las tropas de este han llegado antes que él, después de haber ganado la guerra y aún no han cobrado. Llegan a la fortaleza donde se encuentra ella y allí arrasan con la comida, la bebida y los jardines. Un mando de este ejército ve a Salambó y queda prendada de ella.

Este es un mal resumen del primer capítulo, uno de los mejores, ya que con la poderosa descripción de Flaubert el lector se encuentra inmerso en la orgía de los soldados. Tardaremos en encontrar otro igual, pues no es hasta que aparece Amílcar, y volvemos a disfrutar de su lectura. ¿Por qué, entonces, no es una novela tan buena como Madame Bovary o La educación sentimental? Porque tanto detalle descriptivo nos aleja de la trama novelesca, y entre los personajes no hay “química”, es como si cada uno fuera por su lado con sus sentimientos y no interactuaran con los otros.

Este libro de historia, que no novela, me ha recordado las partes descriptivas de Guerra y paz, que considero ralentizan la novela y aburren al que no va a buscar un dato de los hechos acaecidos, lo mismo que sucede en esta.





“Sucedía en Megara, arrabal de Cartago, en los jardines de Amílcar.”



domingo, 19 de septiembre de 2021

Thomas Mann: Los Buddenbrook (***)

(741 pág.; Edhasa)          (37; septiembre de 2021)        (Premio Nobel 1929)

Hace casi diez años que leí el primer libro de Mann y me pareció bien, pero solo bien, por lo que se fue al fondo de los autores a repetir, pero le regalaron varios libros a Marisol y me los aconsejó siendo este el primero que cae: es una suerte tener alguien al lado que lee lo que tú no has leído y va separando el grano de la paja. Este libro es muy bueno e increíble que fuera la primera (otra vez esta ordinal) novela que escribiera. Tenía veintiséis años y, veintiocho años después, le valió el Nobel.

Los Budenbrook son una familia de comerciantes de grano. La novela nos cuenta los avatares de ella a partir de la segunda generación, con incursiones a la primera. La generación principal, y a la que le dedica más páginas, es la tercera, compuesta por dos hermanos y una hermana. El mayor es el que se hace cargo de la empresa, el segundo es un tarambana, y la hermana es la que tiene la mala suerte de la familia. A su alrededor pululan decenas de personajes, desde los más adinerados, como ellos, hasta los menesterosos, lo que crea un caleidoscopio de personas, gustos, maneras de ser y de comportarse innumerable; y esto es lo que hace que esta novela dé una gran visión de la vida a mediados del XIX en Alemania.

Si no estuviera tan bien escrita sería una historia anodina, sin mayor interés pues, al fin y al cabo, hay muchas novelas que cuentas sagas familiares. En esta no llega a aburrir la abrumadora cantidad de descripciones físicas de los personajes; ni que, cuando nombra a una mujer casada, nos indique su apellido de soltera; tampoco cansa que nos detalle con exquisito cuidado los cortinajes, utensilios, y decenas de objetos que hay en las casas o que utilizan los personajes, lo que, por otro lado, sería de lo más normal que terminara abrumando con tanto detalle. Algo tiene que tener la prosa de Mann que, precisamente lo que haría aburrida una novela en otro autor sin sus capacidades, sea lo que mantiene el interés del lector pues, aunque los personajes se casan, divorcian, tienen hijos e, incluso, se mueren, no hay grandes altibajos; pero sí que están perfectamente dibujados y muchos de ellos son muy singulares. Una historia imprescindible con mayúscula.





“–¿Cómo era eso? ¿Cómo … era… ?”



sábado, 18 de septiembre de 2021

The Passenger: Turquía (***)

(208 pág.; geoPlaneta)                       (36; agosto de 2021)

Compré este libro revista en la primavera, que equivale a su segundo número y, aunque ha viajado conmigo durante las vacaciones, por si le pasaba algo al lector, lo he leído ya estando en casa. Me gusta mucho este formato de periodismo de noticias importantes del país del que se habla, de relatos sobre el mismo, de narración personal, con cifras y datos no siempre los más habituales (la palabra turca que tiene más letras sobrepasa las setenta y su traducción no nos dice mucho, pues es una expresión propia de Turquía). Lamentablemente este verano no han salido los dos ejemplares, pues así ha sido las dos primeras veces, parece ser que debido a las pocas ganas de viajar al extranjero por las condiciones actuales.

Si en otoño no aparecen nuevos países quizá me decida por India o Brasil, que fueron los otros dos que aparecieron en el invierno y primavera pasados y que no compré. Una lástima, pues es un formato que no ofrecen ni las guías de viajes, más dedicadas a dar una información turística, ni los sesudos libros referentes a un país, pues tratan de ofrecer toda la información histórica y geográfica pertinente para el conocimiento del lector. En cambio, estos volúmenes ofrecen un poco de todo, bien encuadernados, con colores que atraen y sin que sepas qué van a ofrecerte hasta que no leas los artículos.

Un participante de La Cultureta cuando comenta dónde vio por vez primera una película añade de colofón “cine que ya no existe”. Yo también puedo ser como él, la edad manda, pero no me esperaba poder decir “yo tengo los dos únicos números de una revista que no imprimió ninguno más... y eso que eran buenos”.





“Mi primera experiencia fuera de mi pueblecito natal fue el traslado a una pequeña ciudad de 20.000 habitantes.”

Burhan Sönmez: De polvo y luces



sábado, 11 de septiembre de 2021

James H. Chase: El secuestro de miss Blandish (**/***)

(221 pág.; Anagrama)            (35; agosto de 2021)

No conocía a este autor de novela negra y resulta que es uno de los mejores, máxime más, cuando es inglés. La mayoría de sus novelas transcurren en Estados Unidos y está considerado como el creador de la novela negra psicológica. Esta fue su primera novela y fue un éxito rotundo. Llegó a escribir decenas de ellas durante cincuenta años. La novela me ha gustado por la trama y sus personajes tan bien dibujados, quizá porque se han vuelto arquetipos de este género y ya resultan conocidos, pero el mérito es suyo.

Miss Blandish es una jovencita de muy buena familia que va a ir a bailar una noche con un collar de diamantes. Se entera uno que trapichea y decide, en lugar de arrancarle el collar y venderlo, raptarla y pedir un rescate por ella. A su vez, se ha enterado otro que pertenece a una banda que no tiene escrúpulos y sí una jefa que tiene las ideas muy claras. A pesar de que saben que cuando hayan cobrado el rescate su vida se volverá muy difícil deciden raptarla a los raptores. Su único problema, a partir de ese momento, no solo será la policía. La joven es demasiado guapa.





“Comenzó una mañana de verano, en julio.”



domingo, 5 de septiembre de 2021

Colleen McCullough: El hijo pródigo (**)

(295 pág.; Ediciones B)                      (34; agosto de 2021)

Ya he leído diez libros más desde que leí el último de esta autora, así que cojo el penúltimo de los que tenemos en casa y, con ganas, pues no es histórico y tengo curiosidad para ver qué tal es en otros ámbitos, empiezo a leerlo. Y tal como lo pienso y digo, resulta que me parece que no me gusta. Pero es el principio, démosle tiempo y, obviamente, oportunidad. Pero el tema sigue y, sin ser un desastre, no me convence. Sigo leyendo porque se ha complicado tanto la trama que no sé por dónde podrá salir (la autora). Final inesperado, y la nota raspa el larguero. El otro que me queda es histórico, supongo que no habrá la misma tensión en la lectura.

Al personaje que llama a la puerta, según el inicio que está al pie de la portada, le quedan cuatro páginas, es decir, ni un telediario. La forma en la que encuentra la muerte es tan extraña que no se sabe por dónde buscar al asesino. Los personajes principales de la historia es una pareja que están juntos desde que tenían quince años, los dos son muy buenos bioquímicos porque se han dedicado en cuerpo y alma a sus estudios y trabajos. El está a punto de publicar un libro que será un gran éxito y la universidad para la que trabaja está convencida de que será candidato al Premio Nobel en algún momento.

Aparte de un par de frases inapropiadas (una de ellas referente a un atributo masculino del protagonista totalmente innecesaria), no me ha gustado la manera que tiene de presentar los personajes, algunos con mucho detalle y otros, igualmente importantes, sin descripción alguna; al pie de la portada se menciona que es una caso del detective Delmonico, que no tiene más relevancia que cualquier otro personaje de su comisaría (demasiados para mi gusto) y, para no alargarme más de una cuartilla, hay tantos hechos tan singulares en esta novela que, todos juntos, no la hacen muy creíble, aunque, ya lo he dicho, termina interesando por el cómo se resolverá. No es aconsejable comenzar por este libro, pues los otros ocho que ya he leído de ella son muy superiores.





“Rodeado de nubecillas de barro, John Hall apoyó un dedo no del todo firme en el timbre de la puerta y llamó.”



sábado, 4 de septiembre de 2021

Marcel Proust: El remitente misterioso y otros relatos inéditos (*/**)

(172 pág.; Lumen)                  (33; agosto de 2021)

En el Día del Libro Marisol me regaló este y me alegró, pues el segundo de En busca del tiempo perdido no pude acabarlo (es un eufemismo ya que no llegué ni a la mitad) y, como creo que el autor es importante valía la pena intentar “recuperarlo”. Vano intento.

El motivo principal es que este libro es para personas a las que le guste Proust, que no deben ser pocas, o bien, que seas un estudioso y quieras ver qué escribió, cómo lo hizo, qué borró… y no te importe quedarte con las ganas de saber cómo acaba el relato, pues la mayoría son inacabados.

En un relato, el que aparece en portada y cuyo inicio figura al pie de la imagen, hay decenas de notas a pie de página, cuando el relato no ocupa más que unas pocas páginas. Tuve que leerlo dos veces, pues con tanto ir a ver las notas no me enteraba de la trama. Es el más interesante de todos.





“<Querida mía: te prohíbo que vuelvas caminando, prepararé el coche, hace demasiado frío, podrías enfermar.>”

El remitente misterioso



domingo, 29 de agosto de 2021

Kurt Vonnegut: Matadero Cinco (**/***)

(205 pág.; Blackie Books)       (30; agosto de 2021)      (leído en Villajoyosa)

Joel elige este libro para el número trece del Club de Lectura Confitada, pero juega sobre seguro, pues siempre podrá decir que se lo regalé yo, si no convence… y yo lo hubiera dejado en la primera página. Pero me obligué a seguir y, aunque no es una comedia, sí que tiene algún toque de humor y, sobre todo, es una cruzada “no de los niños” (falso y erróneo subtítulo) sino en contra de cualquier guerra.

Vonnegut estuvo en la Segunda Guerra Mundial en Dresde, cuando fue arrasada bajo las bombas y este libro tiene su origen en esa experiencia. Es difícil resumir de qué va, pero aconsejo llegar como mínimo a la tercera parte, pues es cuando la historia empieza a tener un sentido algo más coherente, ya que al principio habla de forma deshilvanada. Llegado a ese punto que ya nos está gustando, se le encuentra un sentido a lo que cuenta y hasta nos hace sonreír. Su crítica a la guerra la realiza a través del absurdo. Yo aconsejo su lectura. Así fue y es lo que hay.





“Todo esto sucedió, más o menos.”



sábado, 28 de agosto de 2021

Wilfried Stroh: El latín ha muerto, ¡viva el latín! (**/***)

(375 pág.; Subsuelo)          (32; agosto de 2021)          (leído en Panticosa)

Compaginé la lectura del libro de Platón con este (¿latín vs griego?), de tal manera que después de cada diálogo leía un par de capítulos de esta lengua muerta, por lo que me servía de distracción, pues la vez anterior leí los diálogos seguidos y fue bastante duro.

Este libro está muy bien porque te explica qué fue el latín cuando el griego era la lengua franca, qué sucedió para que desbancara a aquella, y porqué ha “muerto” varias veces. Sorprende esto último, por lo menos a mí, pero quizá Eberle supo resumirlo de la mejor manera posible: “Dicen una y otra vez que la lengua latina ha muerto, pero sobrevive con salud a cada entierro”, y el libro nos lo viene a demostrar con más de un ejemplo. Además de esto, nos ofrece una historia de lo que ha sido el latín y qué aporta hoy en día su conocimiento. Ya me gustaría atreverme con él, pero no creo que me vaya muy bien eso de que el verbo puede estar en cualquier posición en una frase y que haya que estar examinando las terminaciones de las palabras para saber qué es el sujeto y qué los complementos. Demasiado cuadriculado.

Al libro solo le encuentro un defecto que el autor ya lo indica al inicio del mismo: está casi totalmente circunscrito al mundo alemán lo que es una lástima que se queden fuera los países latinos, aunque hay alguna referencia a los mismos.






“Num discendum latine?”



domingo, 22 de agosto de 2021

Platón: Obras completas - II (**/***)

(leídas 255 de 302 pág.; Aguilar)  (31; agosto de 2021)  (leído en Panticosa)

Gorgias: Sócrates consigue enfadar a Calicles y Polo y que le dejen de hablar, al igual que hace Gorgias. Termina hablando él solo sobre qué es peor: si ser injusto o que cometan injusticias sobre ti. El se decanta por lo primero. Calicles le dice que dedicarse a la filosofía pasada la adolescencia es perder el tiempo.

Menéxeno: tiene dieciocho años y quiere presentarse para pronunciar el discurso de una ceremonia fúnebre. Sócrates declama el que ha oído a Aspasia.

Menón: este le pregunta a Sócrates si la virtud es enseñable o si se alcanza con la práctica y este acaba haciendo enfadar a Anito. Sócrates acaba concluyendo que es un don divino.

Eutidemo: este y su hermano Dionisodoro practican la erística (procedimiento dialéctico hasta el punto de convertirlo en una vana disputa) lo que les lleva a tomar el pelo, dialécticamente hablando, a su interlocutor, sin que ello sirva para aprender nada, incluso a sostener teorías tales como que cualquier persona lo conoce todo y que es imposible contradecir a alguien. Quizá sea un buen diálogo para apreciar la diferencia entre Sócrates y los filósofos como él y los sofistas.

Crátilo: el titular de este diálogo, que más parece un monólogo de Sócrates, aparece a diez páginas del final. Hasta ese momento el interlocutor de Sócrates ha sido Hermógenes, que ha estado de acuerdo con todo, como termina estando también Crátilo. El diálogo versa sobre si los nombres de todo corresponden con la esencia de lo nombrado. De las cuarenta y siete páginas que tiene me salté veintiuna, pues ya no podía más con los razonamientos lingüísticos de los nombres de los dioses griegos. Me parece una entelequia (la primera acepción del DRAE).

Banquete: media docena de amigos loan a Eros. Cuando es Sócrates quien tiene que hacerlo se disculpa diciendo que él no sabe elogiar no diciendo la verdad, así que lo hace a su manera: con razonamientos. Llega Alcibíades muy borracho y decide que quien se merece el elogio es Sócrates, y así lo hace. Bellísimo.

Fedón: dejé de leer veintiséis páginas de este relato, pues ya no podía más con las similitudes, orígenes y destinos del alma. Lo que me interesaba, y leí, era el final de Sócrates.






“CALICLES­­ -Así dicen que conviene llegar a la guerra y al combate, Sócrates.”

Gorgias



sábado, 21 de agosto de 2021

Henryk Sienkiewicz: A sangre y fuego (*)

(leídas 168 de 421 pág.; Ciudadela)          (29; julio de 2021)

(Premio Nobel 1905)          (no leído en Villajoyosa)

Nueve años después de haber leído su obra más conocida, (https://autobiografialectora.blogspot.com/2012/05/henryk-sienkiewicz-quo-vadis.html) entre los libros que envío a Anna para que escoja uno y me lo regale, fue elegido este en el Día del Libro, y me hacía ilusión leerlo porque, además, buena parte de la acción transcurre en Ucrania. Es el primero de una trilogía considerada una epopeya polaca. Mejor que mejor, pensé, pues así habrá dos más. Al poco de comenzar ya lo habría dejado, pero aguanté por si mejoraba, pero no me lo pareció. Es una lástima.

A mediados del XVII, Polonia es un país de un millón de metros cuadrados. Por el este están los cosacos y los tártaros que se mantienen en paz con Polonia, pero con un cambio de líder en los cosacos estos deciden enfrentarse a la nobleza polaca y a ellos se les unen los campesinos ucranianos y los temibles tártaros.

Estoy seguro de que la historia debe ser interesante, pues se dice que el ejército polaco se enfrentó a otro diez veces superior a él, pero los personajes imaginarios creados por Sienkiewicz son de cuento de hadas y consiguen poner en la boca de personajes reales frases ridículas. Este libro está muy lejos de los libros de narraciones históricas que he leído a lo largo de la última década.




“El año 1647 fue fecundo en malos presagios.”



domingo, 15 de agosto de 2021

Rafael Chirbes: Crematorio (***)

 (415 pág.; Anagrama)            (28; julio de 2021)       (leído en Villajoyosa)

Marisol me regaló este libro por Reyes y, debido al desorden que llevo este año, ha llegado hasta este mes pendiente de lectura, pero como se dice, bien está lo que mejor acaba, como ha sido este caso.

El título hace referencia a que el hermano menor del personaje principal ha muerto y la acción transcurre entre la defunción y el día de la incineración. Ese es el tiempo real de la novela, pero la historia se remonta a los inicios del hermano vivo, que estudió arquitectura y se dedicó a la construcción de viviendas en la una población de la Comunidad Valenciana.

En cada capítulo uno de los personajes tiene un soliloquio alrededor de lo que acaba de suceder y de lo que él conoce de la historia de los demás personajes, entre los que figuran la hija, su primera esposa, la actual, un amigo muy importante dentro de la familia, y empleados y socios del constructor. Aquí se habla de todo, desde los difíciles comienzos trabajando para otros; de cómo se consiguió el primer dinero importante, aun a costa de ensuciarse las manos; de la gente de la que ha tenido que rodearse y que, pasado el tiempo, ha sabido desprenderse de ella; de su hermano difunto; de su madre; y de todos los cambalaches y chanchullos que tuvo que hacer hasta conseguir la posición en la que se encuentra.

La historia es apasionante, dura, incluso demasiado explícita en muchos momentos, y la manera de transmitirla al lector la hace difícil y densa, pues, como ya he dicho, un personaje habla durante un capítulo, que acostumbra a ser largo, de muchas cosas que han sucedido, saltando en el tiempo, en relación a personas a las que, inicialmente, el lector no conoce.






“Estás tendido sobre una sábana, sobre una lámina de metal, o sobre un mármol.”



sábado, 14 de agosto de 2021

Henrik Ibsen: Un enemigo del pueblo (***)

(258 pág.; Alianza)      (27; julio de 2021)       (leído en Villajoyosa)

En la lista de los libros que quiero leer figuraba este y Joel me lo regaló en el día del libro, aunque yo creía que iba a leer la historia que sucede en La visita de la anciana dama (que es de Dürrenmatt, pero que yo asigno a Ibsen), que vi una vez en la televisión. Pero no hay mal que por bien no venga, pues este libro, cuyo título hizo que me equivocara, es muy bueno.

Este enemigo es el médico del balneario del pueblo, principal fuente de ingresos de la comunidad. El médico acaba de recibir los resultados del análisis del agua y ha confirmado sus sospechas: provoca enfermedades por lo que ha decidido darlo a conocer. Al principio, a todo aquel que se lo dice alaba su proceder, pero cuando se entera su hermano, que es el alcalde, todo pasa a ser diferente de como se esperaba. Una crítica escrita hace ciento cuarenta años que no ha perdido un ápice de actualidad, lamentablemente.






“SEÑORA STOCKMANN.- Como ha llegado con una hora de retraso, señor Billing, tendrá que aceptar la comida fría.”



domingo, 1 de agosto de 2021

Charlotte Carter: Arde Chicago (*/**)

(202 pág.; Siruela)                  (26; julio de 2021)

Engañado por el título, al confundir Chicago con Misisipí, escojo este libro de la estantería digital de la C. Comienza bien, pero poco a poco dejo de estar interesado en la historia pues, para hacerla más interesante, la autora ha decidido unir dos crímenes separados unos cuantos años y que a mí me ha parecido una manera de añadir una tensión que ya se había ido diluyendo. Volviendo al título, me da la sensación de que los editores de Siruela les ha parecido mucho más comercial que el del condado de Cook, al igual que han hecho con otra de sus novelas.

La negra de la portada, que nada tiene que ver con la protagonista que según su propia descripción es gorda y poco atractiva, es una joven virgen, también se queja de eso, de dieciocho años que insta a su tío abuelo a investigar la desaparición de una joven de su edad, nieta de un vecino. El abuelo, que tiene un pasado turbulento, permite a su mujer y nieta que empiecen a investigar ellas y luego se lo prohíbe a su mujer, pero le permite a la joven que lo acompañe a él (lo que no termino de entender, salvo que sea para no cambiar de narrador). Léase hasta donde le deje de interesar, pues no mejora con el paso de las hojas.





“Habría bastado un ínfimo cambio en el curso de los acontecimientos -una vuelta de tuerca más- para que me hubiese despedido del mundo con una traca de balazos.”