(589 pág.;
El País) (19; abril de
2012) (Premio Nobel 1905)
Casi
seiscientas páginas de los pormenores de la vida cotidiana en la Roma de Nerón,
explicando de forma amena la distribución de las casas, los utensilios, el modo
de vida y hasta los nombres de las calles y sus confluencias. Insisto, de forma
amena.
Aderezado
por lo dicho anteriormente hay dos historias: una novelesca, el amor entre
Marco Vinicio y Ligia (en sí mismo es un folletín del siglo XIX que es cuando
se escribió), y la otra basada en la historia del establecimiento del
cristianismo en Roma, la persecución a los integrantes de esa secta (que es lo
que era en sus inicios) y la lenta conversión de los ciudadanos romanos a esa
nueva creencia.
Había leído este libro cuando tenía
ocho años. Era una edición ilustrada y resumida para niños. A pesar de que ya
han transcurrido casi cincuenta años, aún recordaba el consejo que le da
Petronio, El árbitro de la elegancia, a Nerón y el final de la novela. Para saber
esto último basta con abrir el libro por el final. Para lo anterior, recorrer
unas decenas de páginas hacia atrás, pero ¿de verdad quieres perderte un libro
bien escrito?
“Despertó Petronio cerca de mediodía y, como de
costumbre, muy cansado.”
eBook: no lo encontré en castellano para comprarlo, y el que
“pesqué” (en clara referencia a la portada) es perfecto. Hay muchas palabras en
latín, pero está con notas señaladas por lo que es muy fácil ir al final del
libro a leer la aclaración y volver al punto de lectura anterior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario