domingo, 19 de diciembre de 2021

Jean Echenoz: Correr (**/***)

(140 pág.; Anagrama)            (51; diciembre de 2021)

Compré este libro, junto con otro de este mismo autor que sigue pendiente de lectura, a finales del diecinueve o principios del veinte (me refiero al año de este siglo y no a la centuria) y, una vez bien macerado, lo empecé ayer por la noche y este mediodía lo he acabado. No es ninguna gesta, pues tendría cien páginas si no hubieran usado un tipo de letra grande y los márgenes fueran para aprovechar el papel, pero el mayor motivo para acabar el libro en menos de un día es porque está muy bien escrito y lo que explica es muy interesante.

Emil Zátopek fue un corredor único y en este libro se explica por qué: nadie hubiera apostado nada por él, los entrenadores y entendidos decían que era desgarbado y su manera de correr nada elegante, y los médicos insistían en que terminaría muriendo (obviedad), pero se referían a que lo haría en una carrera, pues llevaba su cuerpo a un extremo que no era soportable (él lo soportó hasta los 78 años). Batió muchos récords y consiguió algo que nadie ha vuelto ha lograr en setenta años: fue medalla de oro en unos Juegos Olímpicos en cinco mil, diez mil y la maratón… en menos de una semana.

Sería muy fácil seguir narrando gestas deportivas o los desprecios a los que se vio sometido por parte de las autoridades comunistas, pero lo mejor es leerlo directamente en el libro de Echenoz, con su entretenida y natural prosa y sus cortos capítulos que sirven para ir separando hazañas y vivencias.





“Los alemanes han entrado en Moravia.”



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