sábado, 31 de diciembre de 2016

Adelaida García Morales: El Sur – Bene (**/***)

(110 pág.; Anagrama)                                               (76; diciembre de 2016)
Leí este libro en el puente de diciembre yéndome a dormir a las tantas, que es lo que me gusta, pero hasta hoy no he podido escribir estas líneas.
Los dos relatos son similares: narrados por una mujer, recuerdos de la infancia en el primer caso y de la adolescencia en el segundo, relaciones con hombres singulares, tristeza, amor y hasta misterio.
La narración es seca, pero buena.



“Mañana, en cuanto amanezca, iré a visitar tu tumba, papá.”      El Sur


domingo, 18 de diciembre de 2016

Nikos Kazantzakis: Alexis Zorba el griego (***)

(384 pág.; Acantilado)                                   (75; diciembre de 2016)
Hay hombres que buscan o persiguen la sabiduría y, si la encuentran o alcanzan, es porque iban a lomos de sus predecesores. Este es el caso del narrador de esta historia: está rodeado de libros y escribe uno sobre Buda.
Otros, iletrados, tienen sus pies enraizados en la tierra y sus poros y sentidos se nutren de lo que sucede a su alrededor y, sin que ellos lo sepan, tienen un conocimiento que podría decirse que es equivalente a la sabiduría canónica. Así es Zorba, un hombre que ha vivido todo lo que el momento le ha exigido y ello le ha hecho sabedor de lo que en los libros le habría costado encontrar.
A lo largo de sus vidas, el primero arrastra sus libros y dudas y el segundo, a duras penas algo más que las ropas que viste y, en el mejor de los casos, un viejo santuri, y esa ingravidez le permite vivir más intensamente.



“Me encontré con él por vez primera en El Pireo.”



sábado, 17 de diciembre de 2016

Ken Follet: En el blanco (**)

(477 pág.; El País)                                          (74; diciembre de 2016)
El puente del 9 de diciembre me ha permitido leer el libro anterior y este yéndome a dormir pasadas las tres de la mañana. Aún me faltan más de cinco años para hacerlo todos los días que yo quiera (si el cuerpo aguanta).
Elegí este libro por el éxito que tiene en los últimos años este autor. No sé si los libros son mucho mejores que este o de lectura tan fácil, pues de ser así tendrán la poca profundidad que tiene el que acabo de leer y, posiblemente, la simpleza del argumento en algunos momentos pero, en cualquier caso, es un libro desengrasante de más altas lecturas.
En la Nochebuena se descubre que un trabajador de un laboratorio de alta seguridad se ha llevado una vacuna que todavía está en estudio. La jefa de seguridad y el propietario del laboratorio se las ven y se las desean para contener a la prensa y a la policía. Parece que todo queda bajo control, pero el hijo del dueño tiene unos planes que van a ocasionar una Navidad inolvidable.




“Dos hombres de aspecto cansado miraban a Antonia Gallo con rencor y hostilidad.”


domingo, 11 de diciembre de 2016

Frederica Sagor Maas: La escandalosa señorita Pilgrim (**)

(400 pág.; Seix Barral)                                              (73; diciembre de 2016)
A esta octogenaria escritora le dijeron que sus memorias serían interesantes y aquí las tenemos. Ella fue escritora de guiones desde los años veinte a los cuarenta, desde el cine mudo al sonoro, y nos describe un Hollywood, desconocido para la mayoría de nosotros, en el que aún no estaban sus famosas letras blancas sobre el monte Lee.
Por sus páginas desfilan nombres gloriosos del cine y otros muchos desconocidos hoy en día. Las pequeñas historias o anécdotas se cuentan por decenas y, a la par, avanza su historia personal y la de su marido, otro guionista como ella.
El libro es recomendable para aquel al que le gusta leer sobre la historia del cine, pues aunque abarca lo sucedido a nivel mundial a lo largo de los primeros cincuenta primeros años del pasado siglo, el tono de la historia es monótono y, por tanto, puede hacerse aburrido a quien no tenga un especial interés en el tema.




“En una fiesta que se celebró en una casa en noviembre de 1988, conocí por casualidad a un joven escritor y entusiasta llamado Sidney D. Kiskpatrick.”


Robertson Davies: Asesinato y ánimas en pena (*/**)

(leídas 85 de 340 pág.; Libros del Astroide)             (72; diciembre de 2016)
Le regalo este libro a Marisol, pues es un autor que nos gusta a los dos y el título y la portada prometen… lo que no cumplen.
En las dos primeras líneas que figuran después de la portada ya se nos ha informado que el narrador ha muerto. Era el director de la sección de cultura de un diario y a muerto a manos de un subalterno suyo que es crítico de cine, pero el espíritu del muerto no ha desaparecido de la Tierra y se va a un festival de cine con su asesino. Pero en lugar de ver las películas que proyectan él ve la historia de antepasados suyos.
Aunque puedan ser interesantes las vivencias de los pro-británicos cuando Estados Unidos se independizó de la metrópoli, esto no es lo que se aventuraba en el inicio del libro. Marisol se lo fue saltando hasta llegar a ver cómo acababa la barbarie (de la novela), pero yo he preferido dejarlo correr.




“Nunca en  mi vida me asombré tanto como cuando el Husmeador sacó el arma escondida de su funda y de un golpe me dejó tendido en el suelo, completamente muerto.”


sábado, 10 de diciembre de 2016

Anónimo: Las mil y una noches (*/**)

(1.468 pág.; Planeta)                                     (71; diciembre de 2016)
Leo en internet que la versión directa del árabe al español de Juan Vernet es la mejor y libre de las cortapisas y censuras que hubo en la época Luis XIV de la traducción al francés y de este al español por Blasco Ibáñez. Y me lanzo a ella, pues ya hacía tiempo que quería leerlo, aunque, a la vista de la longitud y de que no es una historia sino cientos de cuentos, lo separaré como los pollos: por cuartos.
Quince días me ha costado el primer cuarto: muchas historias similares y una enormemente larga, con historias dentro de historias que afloraban otras tantas. Cambio de tercio y ya volveré a él.    
Vuelvo a él y cuando llevo el 29 % leído decido dejar de leerlo, pues no salgo de príncipes y princesas que se desmayan cuando conocen a su media naranja o que no quieren casarse, hasta que conocen a la persona que hace que se desmayen. Entre cuento y cuento no hay nada de la historia entre Sherezade y su califa y las noches son como un acordeón: las hay de una página y de diez (el tiempo es relativo, ¿no?).
Salto a leer los cuentos que Nenángeles nos contaba cuando éramos niños: Aladino y la lámpara maravillosa (muy bueno), Simbad el marino (sorprendente su primer viaje y repetitivos los otros seis) y Alí Babá y los cuarenta ladrones (muy bueno). Y aquí se acaban tantas noches insulsas.




“Se cuenta –pero Dios es más sabio– que en el transcurso de lo más antiguo del tiempo, y en una edad remota, hubo un rey sasánida que dominaba las islas de la India y de China, que era jefe de ejércitos, de auxiliares y de servidores.”

El rey Sahriyar y su hermano Sah Zamán


domingo, 27 de noviembre de 2016

Gerald Durrell: Mi familia y otros animales (**/***)

(374 pág.; Alianza)                                        (70; noviembre de 2016)
Después de leer una cuarta parte de Las mil y una noches, y a fin de respirar un poco otro ambiente, leo este libro. El hermano de Lawrence, autor de un famoso Cuarteto, nos explica los cinco años que pasaron en Corfú sus hermanos y su madre, con muchas anécdotas de ellos y sus caracteres, de los habitantes de la isla y, sobre todo, de la zoología que se puede encontrar en ella. La familia Durrell no es una familia que podríamos encontrar en cualquier escalera de vecinos, pero organizada y bien orientada, a su manera. Hay escenas para troncharse de risa, pero en general el autor describe sus vivencias y sobre todo su ansia de conocimientos por el mundo animal.
Y esto último es lo que puede hacer que más de un lector pueda aburrirse con este libro, pues no todo el mundo siente el mismo interés por tanto bicho como encuentra el pequeño Gerry en Corfú ni, sobre todo, gusto por los insectos y sus costumbres. No deja de impresionar que alguien de diez años de edad pueda ser tan observador y conocedor de un mundo por el que los humanos de a pie pasamos por encima sin apercibirnos… salvo cuando nos pican.




“Esta es la historia de cinco años que mi familia y yo pasamos en la isla griega de Corfú.”


domingo, 6 de noviembre de 2016

Gabriel García Márquez: El general en su laberinto (***)

(285 pág.; Mondadori)      (69; octubre de 2016)         (Premio Nobel 1982)
Quinto libro que leo de este autor desde que escribo algo sobre cada libro que leo, y tenía ganas de que llegara, pues es uno de mis favoritos y, como en casa tenemos bastantes de él, lo repito más a menudo que a otros autores.
No sabía de qué iba el libro y cuando leo el resumen me entero que narra los últimos días de la vida de Simón Bolívar. Pienso: ¿y a mí qué me importa eso? Creía que iba a ser narrativa y no biografía… pero lo empiezo a leer y me cautiva su manera de escribir, lo que cuenta, cómo te lleva hacia adelante en la historia explicándote años y años de la vida del Libertador, de sus cuitas y sus anhelos, de los que lo acompañaron siempre y de los que lo abandonaron a mitad de camino.
Pocas son 285 páginas cuando estás disfrutando de la lectura, como corta fue la vida del biografiado. Gracias, Alvaro Mutis.




“José Palacios, su servidor más antiguo, lo encontró flotando en las aguas depurativas de la bañera, desnudo y con los ojos abiertos, y creyó que se había ahogado.”


sábado, 29 de octubre de 2016

Miguel de Cervantes Saavedra: La Galatea (*/**)

(372 pág.; Grieta)                                          (68; octubre de 2016)
Con muchas ganas empiezo un nuevo libro de Cervantes, pero a medida que voy leyendo cada vez me cuesta más, pues todo él habla de amores o desamores entre pastores y pastoras de diversos pueblos. Está escrito en prosa, pero cualquier excusa sirve para que haya páginas y páginas seguidas de poemas y canciones o explicaciones rimadas en boca de cualquier personaje, es decir, son más ilustrados que cualquier licenciado en literatura.
Los nombres de ellos son los más extraños que he leído nunca, por ejemplo: Galatea, Artrando, Briseno, Erastro, Larsileo y así hasta el infinito. Cuando había leído más de la mitad me encontré con dos poemas de unas veinte páginas cada uno y decidí que leería solo la prosa para saber en qué acababa tanta historia pastoril… y a continuación de los poemas venían monólogos de la misma extensión. No tuve fuerzas para seguir.
Si antes me parecía raro encontrar a alguien que hubiera leído el Quijote, ahora me parece imposible que, salvo un académico, alguien haya leído motu proprio esta obra y, sobre todo, la haya acabado.




“Mientras que al triste, lamentable acento
del mal acorde son del canto mío,
en eco amarga de cansado aliento,
responde el monte, el prado, el llano, el río,
demos al sordo y presuroso viento
las quejas que del pecho ardiente y frío
salen a mi pesar, pidiendo en vano
ayuda al río, al monte, al prado, al llano.”

eBook: amazon


domingo, 16 de octubre de 2016

Isak Dinesen: Vengadoras angelicales (**)

(390 pág.; Afaguara)                                     (67; octubre de 2016)
La baronesa Karen Blixen-Finecke tenía “alemanes en el jardín y judíos en la cocina” por lo que se dedicó a escribir una novela, su única novela.
Con un tono decimonónico, acorde con el momento en que sucede la historia, se nos cuentan las desgracias de dos compañeras de colegio de dieciocho años que se ven abocadas a tener que buscarse la vida sin más ayuda que la una con la otra. Hacia la mitad de la novela se va viendo que van a tener grandes problemas y la novela se convierte en una de misterio, pero cuando llega la hora de desenredar la madeja, la autora se hace un lío y lo resuelve como Alejandro, con lo que uno se queda pasmado.
Como autora de relatos tuvo éxito, pues algunos de ellos se han llevado a la gran pantalla, así que, de aquí a algunos años, buscaremos otro libro de ella.




“Una noche de primavera, una muchacha llamada Lucan Bellenden se encontraba ensimismada junto a la ventana de una enorme y preciosa casa de campo inglesa.”


domingo, 9 de octubre de 2016

Johann W. von Goethe: Fausto (***)

(440 pág.; Cátedra)                                       (66; octubre de 2016)
Con un solo libro entre este y Divina Comedia vuelvo a leer sobre las cosas divinas y maléficas que sufren los hombres, debido a la casualidad entre el orden de los libros a leer y los que me regalan: este fue de Anna por mi cumpleaños. Ahora no habrá cosecha hasta Navidad o Reyes.
Esta edición en prosa de la portada que aparece más abajo, de la que he leído las cien páginas de la introducción, contiene los dos Fausto que escribió Goethe: el primero de ellos a sus jóvenes 22 años, y el segundo que acabó poco antes de morir… 60 años después. Me gusta la ópera, y mucho Fausto de Gounod y Mefistófele de Boito (vaya usted a saber la razón), por lo que ya desde hace años tenía ganas de leer el origen de ambas, pero la lista de libros es tan larga que todos tardan una eternidad en llegar a mis manos. Pero este ya ha caído.
La edición que he leído es en verso y debida a la habilidad de Helena Cortés Gabaudan y, como he hojeado la del libro, creo que es más interesante leerla rimada (la única pega al eBook gratuito que encontré es que le faltan las más de ochocientas notas al pie, pero que yo he sustituido por las que hay en el libro, pues sin ellas es bastante incomprensible mucho de lo que acontece o la razón a qué es debido, aunque sin llegar a la obra de Dante).
La primera parte de Fausto es la conocida y representada en el teatro: el trato con el diablo, el amor por Margarita y el inesperado final que no explico. La segunda parte sólo la aconsejo a quien le haya gustado mucho la primera y que tenga ganas de encontrarse con cinco actos que no tienen nada que ver con el primer Fausto y ni siquiera entre ellos. En cualquier caso, una obra imprescindible.




“Dedicatoria: De nuevo os acercáis, vagas figuras que allá en los días de mi juventud os mostrasteis ya a mi turbada vista.”


domingo, 2 de octubre de 2016

Adolfo Bioy Casares & Jorge L. Borges: Los mejores cuentos policiales - 2 (**/***)

            (239 pág.; Alianza)                                        (65; septiembre de 2016)
            Este segundo volumen de la selección de Bioy y Borges me ha parecido mucho mejor que el primero que leí hace más de seis años. Son imaginativos, ingeniosos, sorprendentes y con mucha calidad. ¡Hasta me ha gustado el de Conan Doyle! Los cuatro últimos relatos son de escritores argentinos y no tienen nada que envidiar a los autores anglosajones. Interesante descubrimiento.

            A resaltar el de Ellery Queen por lo malo que es. ¿Qué hace aquí?




“Un joven, cuyo oficio era el de vendedor ambulante de tabaco, viajaba de Morristown, donde había realizado amplias transacciones con el diácono de la colonia de los "tembladores", hacia la aldea de Parker's Falls, sobre el Salmon River.”
La muerte repetida     (Nathaniel Hawthorne)


domingo, 25 de septiembre de 2016

Dante Alighieri: Divina comedia (***)

(544 pág.; Austral)                                         (64; septiembre de 2016)
A finales de septiembre y es el primer libro que he leído este mes, pero entre la boda de Raquel y Pedro, la ausencia de Jacqueline y las nuevas pastillas para dormir, que por ahora lo consiguen, no doy para más. Y el texto, además, tiene su aquel.
Dante imagina en 1308 que su amada Beatriz, ya fallecida, le envía a Virgilio para que conozca los lugares a donde van a parar las almas según la religión católica, y describe su viaje a través del infierno, el purgatorio y el cielo como si lo iniciara en 1300, lo que le da pie para aventurar sucesos futuros. Es increíble la imaginación que demuestra, el conocimiento que tiene de las sagradas escrituras, de la historia, de los mitos y leyendas griegos y romanos, del conocimiento del mundo que se tenía en su tiempo… ¡me ha dejado admirado!
Tengo muy claro que no es un libro para aconsejar a cualquiera, pues si no le interesa alguno de los temas que he comentado en el párrafo anterior, no le va a significar nada, pero por pequeña que sea la curiosidad creo que vale la pena su lectura, a pesar de sus repeticiones, de su distancia con nuestro tiempo y de la necesidad de leer las setecientas notas para entender que quiso decir o a qué se debe lo que dice, pues sin ellas nada tiene sentido. Interesante introducción que ocupa unas setenta páginas. Para finalizar: quien no figura en este libro es que no fue nadie antes de 1300.




A la mitad del camino de nuestra vida me encontré en una selva oscura, por haberme apartado del camino recto.”


domingo, 18 de septiembre de 2016

Arturo Pérez-Reverte: Hombres buenos (**)

(582 pág.; Alfaguara)                                    (63; agosto de 2016)
Este libro lo terminé de leer en agosto, pero la vuelta al trabajo, la boda de Pedro y la ausencia de Jacqueline han hecho que lea y escriba menos.
A Pérez-Reverte lo leí cuando era joven y sus novelas, que me parecían interesantes, siempre me parecieron mal acabadas. Hace más de tres años leí su tango y ahora he leído a estos hombres por la misma razón: Marisol los compra.
Resumen de la historia: dos académicos de la Real Academia de la Lengua van a comprar a París la Enciclopedia de Diderot al poco de ser publicada, es decir, en el siglo XVIII, a pesar de que estaba prohibida en España y por la iglesia.
Esta historia real le da pie a Pérez-Reverte a explicarnos que se ha documentado hasta la saciedad, que ha recorrido el posible camino que recorrieron tres siglos antes los académicos, a presentarnos el París de la época de la Revolución, las costumbres de la nobleza del momento, y a personas que él conoce en París y que le han ayudado en la búsqueda de documentos y a demostrar, una vez más, que tiene oficio… y que puede acabar una novela sin que yo arrugue la nariz. Pero creo que esta vez falla porque la historia es mejor que la dramatización. Y que el autor, sus obras y sus ideas aparecen demasiado a lo largo de la narración, aunque pueda ser interesante saber cómo se confecciona un libro basado en una historia verídica. Impagable la burla que se dirige a sí mismo al inicio del libro con el “bailarín murciano”. Al final del texto del siguiente enlace está el porqué.




“Imaginar un duelo al amanecer, en el París de finales del siglo XVIII, no es difícil.”


sábado, 10 de septiembre de 2016

John Connolly: El ángel negro (**)

(456 pág.; Tusquets)                                      (62; agosto de 2016)
El prefacio es para cerrar el libro y dejarlo correr, pues poco más o menos se nos indica que un detective estadounidense se las tendrá que ver con los ángeles caídos y convertidos en demonios, entre otras banalidades humanas.
Como no es cuestión de ceder por tres páginas lo empiezo a leer y, a mi parecer, en las cuestiones humanas Connolly escribe de una manera muy realista, cruda y sórdida, y sin llegar a ser abrumador, va explicando historias adyacentes a la principal. En resumen interesante, pero, muchas veces hay un pero, cuando aparecen los ángeles negros ya es otra cuestión. Cuestión de gustos.
Las descripciones que da de cementerios, abadías, situaciones de la segunda guerra mundial, están muy bien e interesan al lector en la trama, la pena es haber necesitado estos seres mitológicos para el desarrollo de la novela. En cualquier caso es legible.




“Entre guirnaldas de fuego cayeron los ángeles rebeldes.”


domingo, 4 de septiembre de 2016

Colleen McCullough: Las mujeres de César (***)

(833 pág.; Planeta)                                        (61; agosto de 2016)
Cada año entre verano y otoño cae un libro de esta autora y ya quedan menos por leer de los ya leídos, ¡mala suerte!
Las mujeres de César son su madre, su hija, su amante fija, su esposa difunta, su nueva esposa, las vestales, y toda mujer noble de cuyo marido se quiera burlar César. Pero no sólo de esto habla el libro: como ya nos tiene acostumbrados esta autora, nos habla de decenas de personajes que conformaron el universo de Roma durante la vida de César y de cómo este, por sus conocimientos y saber ganarse a las personas fue alcanzando todas y cada una de las metas que se fue proponiendo. Y se propuso muchas.
El libro es muy gordo, para qué negarlo, pero sus más de ochocientas páginas están llenas de historias que no aburren y que apasionan y que hacen que desees seguir leyendo más y más.




“–Bruto, no me gusta el aspecto de tu piel.”


sábado, 3 de septiembre de 2016

Lawrence Durrell: Mountolive (***)

(512 pág.; Edhasa)                                 (60; agosto de 2016; en Nápoles)
Tercera entrega del cuarteto de Alejandría y que, a la espera de la última, es la que más me ha gustado.
El personaje que da título a la novela es un joven diplomático que, con el paso del tiempo, llega a ser embajador en El Cairo y conoce a Justine y a otros personajes de esta saga.
Este libro me ha parecido mejor y más entretenido que los dos anteriores por varias razones: vemos la ascensión de Mountolive en el mundo diplomático y sabemos de su primer amor (que tiene una importancia fundamental en la trama de la historia); nos habla de los coptos y su sentimiento de haber sido desplazados de su lugar natural en la Administración egipcia; aparece en la novela el conflicto árabe-israelí en el que los coptos quieren intervenir y, en el trasfondo de todo esto, El Cairo y Alejandría.




“Como joven que prometía mucho más de lo común, lo habían enviado a Egipto por un año, a fin de mejorar su dominio del idioma árabe; y se encontró agregado a la Alta Comisión como una especie de escriba, esperando su primer puesto diplomático; y ya se comportaba como un joven secretario de legación, con plena conciencia de las responsabilidades del futuro cargo.”


domingo, 28 de agosto de 2016

Randall Collins: El caso del anillo de los filósofos (*)

(180 pág.; Valdemar)                          (59; agosto de 2016; yendo a Atenas)
Hace muchos años leí un libro de Conan Doyle y no me gustó, así que cuando tuve que elegir un libro de la estantería en el que estaba este pensé que, aunque no era del mismo autor, el personaje merecía una segunda oportunidad… y a este paso última.
Sherlock Holmes es un detective que extrae conclusiones únicas de donde podría concluirse una docena de posibilidades y así avanza en sus investigaciones (y en este libro con un Watson que más que doctor parece iletrado).
Hablar de la historia de que trata es perder el tiempo pues me ha parecido un sinsentido, aunque desconozco si los caracteres de los filósofos o matemáticos que aparecen en ella eran como se los describe y, en ese caso, tendría un valor que yo no he sabido apreciar. Aunque esto no me va a quitar el sueño.




“Las aptitudes intelectuales de Sherlock Holmes, sumamente perspicaces, estaban muy en armonía con las cuestiones que son útiles a la hora de detectar el crimen.”


sábado, 27 de agosto de 2016

Pierre A. Chordelos de Laclos: Las amistades peligrosas (***)

(409 pág.; Planeta)                              (58; agosto de 2016; yendo a Kotor)
El autor llegó a ser mariscal de campo, pero no ganó la gloria con esta novela que dejaba al descubierto algunos comportamientos indignos de la digna nobleza francesa. A través de 175 cartas nos cuenta una historia que transcurre a lo largo de poco más de cinco meses. Un ejercicio literario muy interesante que no aburre al lector, a pesar de que sólo va enterándose de los acontecimientos por las cartas que media docena de personas se escriben las unas a las otras.
La marquesa de Merteuil y el Vizconde de Valmont, antiguos amantes, se cartean contándose sus aventuras. Son amigos y a través de sus cartas se van informando de sus lances amorosos y los desengaños que dejan a su paso pero, además, se tientan a superar las hazañas amorosas conseguidas hasta el momento, prometiéndose encontrarse en el lecho si todo sale como cada uno de ellos espera. Pero ambos son orgullosos y también se van lanzando pullas en su correspondencia, lo que va haciendo que esa supuesta amistad vaya erosionándose y dejen entrever que aunque sean nobles no siempre destilan nobleza. Muy entretenida.




“Ya ves, mi buena amiga, que cumplo mi palabra y que los gorros y los perifollos no llenan todo mi tiempo; siempre me quedará un ratito para ti.”


domingo, 21 de agosto de 2016

Richard S. Westfall: Isaac Newton: una vida (**/***)

(320 pág.; Akal)                                                     (57; julio de 2016)
Este libro es el extracto de otro del mismo autor que llegaba a las mil páginas, cosa que se agradece, y admito que no alcanzo a comprender qué más podía decir de Newton, pues con este que no llega a un tercio se explica su vida, sus costumbres, sus descubrimientos, sus trabajos como funcionario, sus creencias y su carácter. De este último hay que decir que si bien al principio de su vida e incluso de sus primeros descubrimientos trataba de pasar desapercibido y obviar las posibles discrepancias, una vez alcanzada la gloria y siendo presidente de la Royal Society usó y abusó de su poder para defenderse de los ataques que recibía y para propinar algún que otro coscorrón en las cabezas que no opinaban como él.
Soy consciente de que este libro no puede interesar a la mayoría de personas, aunque sea una buena biografía de uno de los genios más grandes que ha tenido la Humanidad, pero por una serie de detalles anecdóticos que se descubren dentro de él, como por ejemplo con cuanto se podía vivir holgadamente a mediados del siglo XVII o que el latín era la lengua franca entre los científicos todavía en el XVIII, los que lleguen a leerlo disfrutarán de ello y de la larga vida de Newton, que dio para mucho pues comenzó sus descubrimientos mientras todavía era un estudiante.




“Isaac Newton nació en las primeras horas del día de Navidad de 1642, en la mansión de Woolsthorpe, situada cerca del pueblo de Colsterworth, siete millas al sur de Grantham, en el condado de Lincolnshire.”


sábado, 20 de agosto de 2016

Mariano J. de Larra: El doncel de don Enrique el Doliente (***)

(360 pág.; eBook)                                          (56; julio de 2016)
Esta es la única novela que escribió Larra y está basada en hechos históricos. Está escrita con el castellano que se debía usar en la Edad Media (por ejemplo, con los pronombres añadidos al verbo), pero inteligible actualmente. Claro que hay algunas palabras que no aparecen ni en el diccionario, pero a mí no me molesta esta forma arcaica.
El doncel, que no es más que un caballero a las órdenes del rey, es valedor de la honra de la protagonista que asegura que su señora ha sido asesinada por el esposo de esta, ya que este quiere convertirse en comendador, para lo que no ha de estar casado.
La novela es una novela romántica (hay amores que hasta llegan a matar), de aventuras de caballeros (cuando esto significaba que debían atender a mujeres que no se podían defender y a inválidos), de duelos y lances, de nobles y menos nobles, de reyes enfermizos y criados que son leales a sus amos; en resumen, no falta de nada en esta historia que nos lleva de la pluma de su autor a un tiempo tan lejano de nuestra propia historia.




“Antes de enseñar el primer cabo de nuestra narración fidedigna, no nos parece inútil advertir a aquellas personas en demasía bondadosas que nos quieran prestar su atención, que si han de seguirnos en el laberinto de sucesos que vamos a enlazar unos con otros en obsequio de su solaz, han menester trasladarse con nosotros a épocas distantes y a siglos remotos, para vivir, digámoslo así, …”


domingo, 14 de agosto de 2016

Luisa Castro: La segunda mujer (**)

(317 pág.; Seix Barral)                                              (55; julio de 2016)
En esta estantería quedan pocos autores nuevos entre los que elegir y menos que estén digitalizados, por lo que cojo este libro, leo las portadas y solapas y paso a leerlo en el lector.
Una joven escritora gallega, la mejor de su generación según ella, se encuentra en Italia con un crítico de arte catalán treinta y cinco años mayor que ella. El le pide hacer el amor y ella lo hace casi por curiosidad. A partir de ese momento, para él ya es como si estuvieran casados y la va presentando a su enorme familia, incluidas su ex mujer y su amante, que más de una vez comen juntos. Ella va aceptando los términos de esa relación y también lo lleva a conocer a sus padres. Cualquier solicitud por parte de ella de mayor intimidad en su casa, pues cualquiera de la familia entra sin avisar o va a comer, o de hacer algún cambio en el hogar es vista como una afrenta a lo ya establecido.
Cuando iba por la mitad de la novela llegué a pensar si se decantaría por una historia en la que el marido acosa psicológicamente a la mujer y también me estuve planteando si estaba bien escrita pues, al fin y al cabo, explica una relación entre una joven y un hombre mayor en la que él hace su voluntad y ella, a pesar de todas sus dudas, se amolda a él y cree que todo va bien haciendo una y otra vez el amor, lo que como historia no deja de ser monótona. Cuando la acabé hablé con Marisol y me dijo que era semi autobiográfica, pues la protagonista femenina ha vivido exactamente lo mismo de la autora, así que dejo al interés de cada uno su lectura.




“Después de sus conferencias, y tras la cena que siguió con los anfitriones de la universidad, la joven novelista invitada Julia Varela y el veterano crítico de arte Gaspar Ferré se quedaron solos en el pasillo del hotel.”


sábado, 13 de agosto de 2016

Evgueni Evtuchenko: Entre la ciudad Sí y la ciudad No (**/***)

(180 pág.; Alianza)                                        (54; julio de 2016)
Leo en el prólogo del editor la complejidad de hacer rimar en castellano los poemas de este autor, no sólo por el hecho de la traducción desde el ruso, sino porque hay versos con rimas en medio de ellos. Dado que no tendría bastante con una vida para aprender ruso y poder apreciar esas rimas me gustaría que alguien que sí lo supiera me leyera estos versos y poder reconocer esos sonidos consonantes.
Con ello ya he dado a entender que sus poemas me han gustado, pues a falta de rima, el mensaje sí es claro: defensor de la naturaleza y de los animales (seguramente un adelantado a su tiempo), del oprobio causado por el hombre, de su avaricia y codicia, en resumen, crítico con la sociedad que le tocó vivir (y que no debió ser fácil en los años sesenta en Rusia). También los tiene sentimentales, pero en esta selección, realizada por él mismo, brillan y son más numerosos los del primer tipo.
Este poeta está todavía vivo mientras escribo esto y recibió muchos honores en el pasado, sobre todo en su propio país, todo lo cual me ha llenado de satisfacción por él.




“En el cuarenta y uno,
                                    en Tchistopol,
año sin pan ni sol,
en el mercado           
                         nevado
                                      sacaron un tonel,
un enorme tonel
                            de miel.”
La miel   (parte del poema)


domingo, 7 de agosto de 2016

Oscar Wilde: El retrato de Dorian Gray (***)

(283 pág.; Austral)                                         (53; julio de 2016)
De la lista que le di a Anna para que me regalara un libro por mi cumpleaños Iván me regaló este, lo que fue una agradable sorpresa pues no me lo esperaba. Lo he leído en un archivo digital que he encontrado gratis, pero he pasado todas las páginas del libro por la cantidad de notas a pie de página que tiene y que dan mucha información en relación a lo que describe en el texto.
De este autor he debido ver un par de sus obras de teatro, pero no las he leído (ya llegará) y tampoco había leído este libro, la única novela que escribió y la que cinco años más tarde de su publicación, en la cúspide de su fama, provocó que lo declararan culpable de homosexualidad condenándolo a dos años de prisión. Cuando salió de ella apenas le quedaban unos años de vida y murió arruinado y exiliado en Francia.
La novela es fantástica, pues aúna el Wilde que conozco por sus chispeantes diálogos, críticas a la sociedad victoriana y frases lapidarias de sus obras de teatro (y que le dieron la fama y el reconocimiento del público), con el Poe que recuerdo haber leído hace años. Es decir, en toda la novela hay frases que critican y ridiculizan actitudes de la época en la que vivió Wilde junto con el misterio y la tensión de los relatos del escritor norteamericano. Este libro es suficientemente conocido para que no haga una breve sinopsis y suficientemente bueno, también, para que merezca una lectura.




“La fragancia de las rosas llenaba el estudio y, al soplar entre los árboles del jardín la suave brisa estival, entraba por la puerta abierta el fuerte olor de las lilas o el perfume más sutil del rosado espino en flor.”


sábado, 6 de agosto de 2016

Roberto Cazorla: Que un gallo me cante para morir en colores (*/**)

(136 pág., Betania)                                        (52; julio de 2016)
El año pasado nos vimos con Pedro y Raquel en Lérida y de su cargado maletero sacó unos libros que me traía. Entre ellos había varios de este, desconocido para mí, poeta cubano. He intentado buscar una versión digital de este libro, pero no la he encontrado, por lo que he concluido que a la poesía aún no le ha llegado la digitalización, pues no es con el primero que me pasa, así que lo he leído “a pelo”.
La portada es una escultura, aunque no lo parezca, y así se me quedan los ojos después de leer, sobre todo, la prosa de Cazorla, pues si de los poemas algo he entendido, no ha sido así de sus textos.

No voy a insistir lo impermeable que soy ante este arte, pero sí que me ha quedado claro de este autor que se lamenta de ser un exiliado, de no poder ver, sentir o respirar su Cuba natal y que canta a la muerte. Poco es.




“Quizá me muera de cáncer,
del corazón,
de la enfermedad que Dios
me haya destinado,
pero ninguna será peor
que la de ser un exiliado.”
Destinado


domingo, 31 de julio de 2016

Carmen Laforet: La insolación (**/***)

(200 pág.; Destino)                                        (51; julio de 2016)
Entre su primer libro, que fue el primero que leí de ella, y este, que es el último publicado durante su vida, transcurrieron diecinueve años. Aún le quedarían cuarenta y uno más de vida, pero no se publicaron más que algún libro de relatos y recopilatorios, pues una enfermedad consiguió silenciarla, lo que no había conseguido el entorno de aquella España en la que vivió y desarrolló su obra.
En esta novela, que es la primera de una trilogía inacabada, un adolescente se encuentra durante el verano que pasa con su padre, un militar casado en segundas nupcias, con dos hermanos adolescentes y solitarios, ella mayor que él, y también pertenecientes a una familia desarraigada. Durante los tres veranos de los años cuarenta en los que transcurre la historia iremos conociendo poco a poco cómo se van haciendo mayores, cómo pasan esos meses de la canícula y, ya casi al final, el desarrollo mental del protagonista de la novela y sus aspiraciones en la vida.
El tono de la novela es como el de Nada, apagado, mustio, tal y como corresponde a la España que le tocó vivir a su autora y que ella muestra a través de esos tres jóvenes y la media docena de adultos que son sus familiares directos y que, hoy en día, parecerá poco creíble a los jóvenes que no pasen del medio siglo.




“Era como viajar hacia el centro del mismo sol.”


sábado, 30 de julio de 2016

Juan R. Jiménez: Lírica de una Atlántida (*/**)

(495 pág.; Galaxia Gutemberg)   (50; julio de 2016)   (Premio Nobel 1956)
Al igual que se come por los ojos, también se lee por ellos. Hace ya tiempo que se los tenía echados a este libro porque su editorial es una de las más cuidadosas con la presentación, a la vez que interesantes sus contenidos. Así que cuando le ha llegado el turno de repetir este autor he cogido este libro (el último que tenemos de él y no lo he encontrado en digital libre) con muchas ganas.

La presentación del editor me ha puesto en antecedentes: aquí están todos los poemas que escribió Jiménez desde que salió de España cuando estalló la guerra civil, casi veinte años de trabajo y altibajos en su frágil salud. Las notas al final del libro, que ocupan un centenar de páginas, dan mucha información de cada uno de los poemas y se nota que Alfonso Alegre ha dedicado buena parte de su vida a almacenar tanto conocimiento del autor y del cómo, porqué y cuándo concibió, escribió o publicó cada uno de ellos. Ha sido un placer su lectura.

Y ahora a lo importante: lo escrito por el poeta. El miércoles pasado estaba viendo un concurso de cocina en la televisión y uno de los grandes cocineros del mundo enseñaba a los concursantes a confeccionar su steak tartar: estuvo unos veinte minutos y utilizó un sinfín de productos y medios de elaboración diferentes. Yo le dije a Marisol que si me lo servían a mí sería como desperdiciarlo, pues me sería imposible apreciar los múltiples sabores que se encontraban en ese plato y menos adivinar lo que se había utilizado y cómo.

Yo tengo un conocimiento más que suficiente del castellano, por lo menos así lo creo, y las palabras que aparecen en los poemas de este libro las conocía en un noventa y cinco por ciento, aproximadamente. La unión de las palabras convertidas en poemas no las he entendido ni en un mísero cinco por ciento. La parte que más me ha gustado es la dedicada a Zenobia, su esposa, De ríos que se van. Me ha gustado, pero tampoco la he entendido bien. Está claro que soy un animal al que le gusta más la carne cruda que un bien elaborado steak tartar.






“Yo en amor, olvidado
de todo el universo,
yo en amor solo todo
rodeado de la nada,
en amor infinito,
olvidado
por amante y amada.”

Remordimiento humano (final)