(320 pág.; Akal) (57;
julio de 2016)
Este libro es el extracto de otro del mismo autor que
llegaba a las mil páginas, cosa que se agradece, y admito que no alcanzo a comprender
qué más podía decir de Newton, pues con este que no llega a un tercio se explica
su vida, sus costumbres, sus descubrimientos, sus trabajos como funcionario,
sus creencias y su carácter. De este último hay que decir que si bien al
principio de su vida e incluso de sus primeros descubrimientos trataba de pasar
desapercibido y obviar las posibles discrepancias, una vez alcanzada la gloria
y siendo presidente de la Royal Society usó y abusó de su poder para defenderse
de los ataques que recibía y para propinar algún que otro coscorrón en las
cabezas que no opinaban como él.
Soy consciente de que este libro no puede interesar a la
mayoría de personas, aunque sea una buena biografía de uno de los genios más
grandes que ha tenido la Humanidad, pero por una serie de detalles anecdóticos que
se descubren dentro de él, como por ejemplo con cuanto se podía vivir
holgadamente a mediados del siglo XVII o que el latín era la lengua franca entre
los científicos todavía en el XVIII, los que lleguen a leerlo disfrutarán de
ello y de la larga vida de Newton, que dio para mucho pues comenzó sus
descubrimientos mientras todavía era un estudiante.
“Isaac Newton nació en las primeras horas del día de Navidad
de 1642, en la mansión de Woolsthorpe, situada cerca del pueblo de
Colsterworth, siete millas al sur de Grantham, en el condado de Lincolnshire.”
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