domingo, 26 de febrero de 2017

Paul Auster: Ciudad de cristal (**)

(163 pág.; Booket)                                         (9; febrero de 2017)
Tengo a Auster en barbecho y lo rescato para leer el primer libro de su conocida Trilogía de Nueva York, y se salva por los pelos y por dos razones concretas:
·       -  me parece gracioso que el personaje principal de la novela sea un escritor que escribe novelas de detectives y que reciba una llamada pidiendo por el detective Paul Auster y eso le haga convertirse en el detective que necesita la persona que le llama
·        -  la disquisición que se encuentra casi al final de la novela sobre quién fue el verdadero autor del Quijote que es una vuelta más a la idea que tuvo Cervantes y que tiene relación con el párrafo anterior.
     Lo mejor de la novela, sin duda, las tres páginas en las que habla de la obra de Cervantes.



“Todo empezó por un número equivocado, el teléfono sonó tres veces en mitad de la noche y la voz al otro lado preguntó por alguien que no era él.”


sábado, 25 de febrero de 2017

Charles L. Harness: Los hombres paradójicos (**/***)

(173 pág.; Edhasa)                                         (8; febrero de 2017)
Tengo en la biblioteca un libro con este título y de este autor, pero no me fijo que también es de otros, así que lo busco en formato digital, lo bajo y lo empiezo a leer. Al día siguiente me acuerdo que no he leído las portadas y las páginas anteriores al inicio del libro y lo cojo de la biblioteca y, entonces, me doy cuenta de que es un libro de relatos de varios autores. ¿Qué he bajado? Pues ni más ni menos que el libro que escribió Harness completo y no el capítulo que aparece en el libro impreso y que tiene el mismo título. Me parece que no es de recibo que no se especifique que es un extracto, por muy bien que parezca ciencia ficción, pues no sabes ni de dónde viene ni adónde va.
Historia curiosa que juega con el tiempo como si fuera un acordeón y que yo no he llegado a comprender, ni lo he intentado mucho. Un superordenador, unos ladrones que van contra el dictatorial gobierno y que tienen las normas de no matar a nadie y usar espadas, a pesar de la existencia de armas mucho más poderosas. Entretenidos capítulos cuando aparecen estos ladrones.




“No tenía la menor idea sobre su propia identidad.”


domingo, 19 de febrero de 2017

Winston Churchill: La pintura como pasatiempo (**/***)

(51 pág.; Elba)               (7; febrero de 2017)            (Premio Nobel 1953)
Inicio la sexta centena de libros leídos con ganas, pero no tantas como para embarcarme con los libros de historia que escribió Churchill y, por los que supongo, le otorgaron el Premio Nobel de Literatura. Desconocía la extensión de este, ahora ya para mí, librito, pero como no encontré otro que no tratara de historia fue el que le pedí a Anna que me regalara por Navidad.
El autor tenía más de cuarenta años cuando creyó llegado el momento de dedicarse a algo que no fuera tan cerebral como lo que había hecho hasta entonces y, a pesar de no haber cogido unos pinceles en su vida, se atrevió con el óleo. Entre paréntesis, aunque no los ponga, debía tener traza, pues por mucho que él insista en que hay que probarlo y que con el tiempo ya saldrá aquello que queremos, no me imagino a mí mismo en su gabán y que no me salga una mancha de Rorschach asimétrica. Interesante explicación inicial del porqué se debe dedicar algún esfuerzo a hacer algo totalmente distinto a nuestro quehacer diario, aunque “sería una verdadera lástima desperdiciar el tiempo libre del que disponemos haciendo cerámica”. Para gustos, colores.




“Son muchos los remedios que se recomiendan para el exceso de tensión mental y las preocupaciones que sufren las personas que, durante periodos prolongados de tiempo, deben cargar con obligaciones a gran escala.”


sábado, 18 de febrero de 2017

Mika Waltari: El ángel sombrío (**/***)

(362 pág.; El País)                                          (6; febrero de 2017)
En esta novela se nos cuenta la caída de Constantinopla a través de un personaje que lo ha sido todo en los dos bandos, es decir, llegó a ser consejero del sultán y ahora está con los griegos, venecianos y florentinos, que son los defensores de la ciudad. A través de él y de su esclavo conoceremos las vicisitudes de esta ciudad y sus habitantes en los seis meses anteriores a su toma por el ejército turco.
En la introducción del libro ya se nos advierte de cierta similitud con Sinuhé, pues ambos acceden a las más altas esferas de poder, nos narran sus vidas a través de sus memorias, tienen un esclavo que es un contrapunto de sus caracteres, pero se queda en esa similitud. Lo único que achacaría al autor es el enamoramiento en el inicio de la novela, que le resta, a mi entender, veracidad. No obstante, la novela gana fuerza a medida que avanza.




“Hoy os vi y os hablé por vez primera.”


domingo, 5 de febrero de 2017

John Grisham: El testamento (**)

(605 pág.; Biblioteca de bolsillo)                  (5; enero de 2017)
Tenía que elegir entre Haefs y Grisham y me quedé con este último porque sabía que el tono y el tomo iban a ser más ligeros y no he salido defraudado en este sentido. Pero quedo deudor de Haefs.
Novela sencilla en la que se muestra la rapacidad humana a través de los seis herederos de un multimillonario estadounidense y, a través de este último personaje, hasta dónde podemos ser capaces de llegar para causar daño, aunque la persona que lo reciba no sea merecedora de nuestra compasión o piedad. Esperaba más de la novela, pero como pasatiempo creo que es muy correcta.




“Hasta el último día y hasta la última hora.”


sábado, 4 de febrero de 2017

Milan Kundera: La insoportable levedad del ser (***)

(336 pág.; Maxi Tusquets)                 (4; enero de 2017)
En otra mesita de noche, hace unos treinta años, se quedó este libro por leer. En aquella época yo leía muy poco y este libro no era de mi estilo. Y así se quedó: en los inicios.
Por eso lo he querido recuperar y comprobar si me gustaba (ahora) o seguía sin ser de los que aconsejo. Está claro, por las tres estrellitas, que me ha gustado. Pero quizá hay que tener una cierta edad o un sentimiento que yo no tuve (a saber si lo tengo ahora, la edad ya sé que sí) para encontrar la belleza y la profundidad que transmiten sus líneas. Aparte de la lección de historia que apenas recordarán los que no tengan más de sesenta y largos años.
El camino de un médico se cruza con el de una dependienta y la historia con ellos dos: la Primavera de Praga. Kundera nos hace vivir y sentir sus amores, sus desencuentros y sus temores. Y el sentir de un pueblo aplastado por el ejército ruso dirigido por sus intransigentes élites.




“La idea del eterno retorno es misteriosa y con ella Nietzsche dejó perplejos a los demás filósofos: ¡pensar que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que incluso esa repetición haya de repetirse hasta el infinito!”