sábado, 31 de diciembre de 2011

Frederik Pohl: Homo plus (**/***)


(281 pág.; Bruguera)                         (51; octubre de 2011)

Sin duda alguna un excelente libro. Se puede (o debe) leer aunque a uno no le guste la ciencia ficción, pues es de la buena. Es decir, de aquella en la que un poco de ficción hace que la ciencia sea creíble y, además, no es lo único ni lo más importante en la historia: lo importante son las repercusiones de las decisiones que se toman, las relaciones entre los personajes y los conflictos o situaciones  a los que se tienen que enfrentar.

Esta novela, escrita en 1976 por uno de los grandes autores de la especialidad, narra la necesidad que tiene la especie humana de colonizar Marte dado que existe la posibilidad de una guerra nuclear en la Tierra que, llegado el caso, podría hacerla inhabitable. Y para ello transforman a un astronauta en un ciborg: un organismo cibernético. Es decir, dotan a sus órganos de tecnología a fin de optimizarlos o de añadirle facultades que de otra forma no podría poseer.

Escrita con un lenguaje llano que te hace creer que “entiendes” las transformaciones a las que están sometiendo el cuerpo humano y, a la vez, transmite los sentimientos que alberga ese hombre ante la magnificencia de sus cambios.




“Ante todo, es necesario que les hablemos de Roger Torraway.”


eBook: sí.



viernes, 30 de diciembre de 2011

David Leavitt: El lenguaje perdido de las grúas (**/***)


(367 pág.; Versal)                              (50; octubre de 2011)

Curioso título para una novela. La historia está dividida en capítulos y en uno de ellos, el más corto y sin repercusión en la trama, se explica el porqué. A pesar de su corta extensión, quizá es el más bello y el que se recuerda más fácilmente.

La historia está contada desde el punto de vista de los protagonistas, haciendo llegar hasta el lector, a través de una prosa sensible pero no sensiblera y en algunos momentos muy vívida, los sentimientos que les embargan a los dos y, con menor intensidad, a los tres o cuatro personajes que conviven con ellos.

Era su primera novela y ya alcanzó un notable éxito. Parece ser que sus novelas posteriores también abordan la misma temática: la homosexualidad. En esta novela, un padre y su hijo tienen que enfrentarse, por diferentes motivos, a sus propios miedos de hacerlo público y aunque cada uno de ellos desconoce la condición del otro, ambos desean expresar sin cortapisas los sentimientos que tienen hacia otros hombres.




“A primera hora de la tarde de un lluvioso domingo de noviembre, un hombre bajaba a toda prisa por la Tercera Avenida.”


eBook: sí.                                           http://www.quedelibros.com/


jueves, 29 de diciembre de 2011

Umberto Eco: El cementerio de Praga (**)


(587+33 pág.; Lumen)                       (49; septiembre de 2011)

Dice Eco, en el anexo que viene de regalo con esta edición, que en Nueva York un taxista pakistaní le preguntó de dónde era y al responderle que era de Italia, y dado que no sabía situarla, le hizo otra pregunta: “¿Qué enemigos tienen Vds.?”.

Quizá no sea esta la semilla que le condujo a escribir esta novela, pero toda ella trata de la “construcción”, a través de falsos documentos, de un enemigo al cual poder dirigir el odio popular y las razones por las que se adoptan desde el poder decisiones que, de otra manera, no serían bien vistas. O bien, se desvía la mirada de donde no interesa.

Esta novela de Eco tiene su dosis de misterio, como la mayoría de las que ha escrito y, como en todas las otras, muestra su enorme erudición. En este caso tomando de la vida real todos los personajes que aparecen en su novela, menos los dos protagonistas.




“El viandante que esa gris mañana de marzo de 1897 hubiera cruzado, a sabiendas de lo que hacía, la place Maubert, o la Maub, como la llamaban los maleantes (antaño en la Edad Media, centro de la vida universitaria, cuando acogía la algarabía de estudiantes que frecuentaban la Facultad de las Artes en el Vicus Stramineus o rue de Fouarre y, más tarde, emplazamiento de la ejecución capital …”

eBook: sí.



miércoles, 28 de diciembre de 2011

Javier Cercas: La verdad de Agamenón (**)


(296 pág.; Tusquets)                          (48; septiembre de 2011)

Libro de relatos y artículos aparecidos a partir de 2000 en algunos diarios y que en el libro están clasificados como de índole personal, en defensa de la novela, en defensa de sus ideas o como reseñas de autores conocidos de él. Al final está el cuento La verdad de Agamenón.

La mayoría de los relatos son entretenidos, y entrañables los personales y los que se refieren a las personas, por lo que se hacen agradables de leer. Los que son respuesta a artículos de otros o en defensa de sus ideas, pueden ser interesantes y aunque no son tediosos no llegan tanto.

A resaltar los artículos sobre los escritores (para todos tiene adjetivos que los ensalza), el relato Volver a casa y, por imaginativo, el cuento final que da nombre al libro.




“-Quiero contárselo todo –dijo-.”     (La verdad de Agamenón)



domingo, 18 de diciembre de 2011

Robert Musil: El hombre sin atributos (*)


(684 + 871 págs.; leídas unas 1.030; Austral)      (47; septiembre de 2011)

No he podido con él. Cuando llevaba 500 páginas del primer libro decidí saltar los párrafos que hablaban de filosofía, ética, psicología, etc., y que se desviaban, a mi entender, del tema de la novela. En el segundo libro he leído hasta la última página publicada, pero después de la introducción del traductor de las galeradas y de todos los apuntes que quedaron por publicarse, he leído dos capítulos y me he preguntado ¿para qué seguir? Lo he pensado y he dicho que ya estaba bien de malgastar mi tiempo.

Ya me creo que es la novela más importante en lengua alemana del siglo XX, pero no es para todos los públicos. Realmente no sé si es una novela. El tema “novelístico” es el hecho de que se cumplirán 70 años de la subida al trono de Francisco José I el mismo año en que se cumplan 30 de la proclamación de Guillermo II en Alemania, por lo que media docena de personas de Kakania (el imperio austro-húngaro que siempre mencionaba García Berlanga en sus películas) quieren impresionar al mundo por la originalidad de la celebración. Y para ello se hacen reuniones, se forman comités, etc., etc. Vamos, lo mismo que ahora cuando algo no se quiere que llegue a buen puerto.

Si la historia hubiera seguido por esos derroteros habría sido, supongo, una crítica mordaz de lo establecido, pero parece ser que lo bueno de esta obra es, precisamente, lo que me ha hecho dejarla por imposible.

Pero algo he sacado en claro: si a la mitad de un libro su lectura no atrae hay que dejarlo sin más (y puedo aceptar que la culpa no sea del autor).






“Sobre el Atlántico avanzaba un mínimo barométrico en dirección este, frente a un máximo estacionado sobre Rusia; de momento no mostraba tendencia a esquivarlo desplazándose hacia el norte.”


eBook: sí.                          epublibre



sábado, 17 de diciembre de 2011

Stieg Larsson: Los hombres que no amaban a las mujeres (**/***)


(665 pág.; Destino)                            (46; agosto de 2011)

Esta interesante novela cuenta con unos personajes tan bien encontrados que, a pesar del número de páginas que tiene, se hace corta y, como existen dos tomos más que prosiguen la historia apetece seguir su lectura … pero tendrán que esperar, pues todavía hay mucho autor por descubrir y disfrutar.

Se ha llevado al cine los tres libros y se ha hecho una serie televisiva con añadidos de las escenas que se desecharon para las películas, por lo que, el que más o el que menos, puede saber de qué va la historia. Pero sí que me gustaría resaltar que este libro desvela, para los que desconocemos Suecia, una sociedad muy diferente a la idealizada desde estos lares. Con independencia de lo que cuenta, en las páginas iniciales de los tres o cuatro capítulos que tiene el libro indica un dato estadístico de las mujeres que son maltratadas en Suecia anualmente y te deja boquiabierto.

Este autor y Bolaño tienen, para su desgracia, concordancias vitales: los dos escribieron libros muy reconocidos y ninguno de los dos conoció su éxito, pues murieron a los 50 años.




“Se había convertido en un acontecimiento anual.”

eBook: sí.



domingo, 11 de diciembre de 2011

Lev N. Tolstói: Anna Karénina (***)


(1.002 pág.; Alba)                              (45; agosto de 2011; Huesca)

Sin duda una obra monumental y de lectura obligatoria. Tolstoi nos ofrece un fresco de la Rusia imperial de finales del XIX con poco más de una docena de personajes y con ellos todas las dudas, amores, celos, arrepentimientos y odios que el ser humano va sintiendo, y haciendo sentir, a lo largo de su existencia. Además, demuestra ser un hombre muy informado del momento que le tocó vivir, tanto en arte como en avances sociales.

Es el primer libro que leo de él y me ha sorprendido el llano lenguaje que utiliza. A veces parece que un autor consagrado y enorme como Tolstoi tiene que ser difícil de leer, que su forma de escribir ha de ser rebuscada o para eruditos. Este libro es un buen ejemplo de que no siempre es así.

Creo que no vale la pena explicar el argumento, porque todo el mundo ha oído hablar de esta obra, pero me gustaría resaltar el personaje del hermano de Anna, Stepán Arkádevich, que es el único de la novela que se salva de tener dudas: él tiene claro que la vida es para vivirla lo mejor posible y aunque está casado, tiene varios hijos y va justo de dinero, no por ello deja de ir al club o al teatro. No obstante, le importan los sufrimientos ajenos y se implica intentando evitarlos.

Dos apuntes finales: el libro está dividido en ocho partes y el primer editor no quiso imprimir la última. Tolstoi pagó de su bolsillo la inclusión de esta última parte y así es esta edición. ¡Lástima, tenía razón el editor! El final de la séptima es tan brillante como el inicio de la novela y la octava parte no añade nada al desarrollo de las siete primeras y, en cambio, es un capítulo dedicado a explicar las ideas religiosas del propio Tolstoi. La religión debería estar al margen de la literatura y los escritores que “encuentran” la suya deberían escribir ensayos.

El apunte final es para desaconsejar la edición de la editorial Austral, pues no pone quién o quiénes son los traductores, pero sí traduce los nombres propios rusos y eso hace daño a la vista.




“Todas las familias felices se parecen; las desdichadas lo son cada una a su modo.”

eBook: sí.



sábado, 10 de diciembre de 2011

John Curran: Agatha Christie Los cuadernos secretos (*)


(565 pág.; Suma)                               (44; agosto de 2011)

El Sr. Curran, archivero de profesión, visita a los hijos de Agatha Christie y se encuentra con un baúl que contiene más de sesenta libretas de la autora. En esas libretas están la mayoría de las ideas, personajes y situaciones que dieron pie a las decenas de novelas de crímenes que llegó a escribir y Curran, como buen archivero, empieza a clasificar el contenido de cada una de las libretas y nos lo explica en este libro que se podría haber ahorrado. Ahora está escribiendo sus tesis sobre la autora, por lo que deduzco que lo que se nos ha vendido son sus notas de la tesis.

Las dos novelas inéditas son dos cortos relatos. Aún no sé qué me dio la paciencia para leer el libro hasta el final.

Lo curioso de las libretas, y que no se explica en el libro, es cómo podían ser utilizadas, pues las notas relativas a una novela pueden estar repartidas en varias de estas libretas y escritas a lo largo de muchos años. ¡Christie debía tener una memoria excepcional!




“Hércules Poirot dio un sorbo a su aperitivo y miró hacia el lago de Ginebra.”   La captura de Cerbero


eBook: sí.                                                       http://epubgratis.me/


jueves, 8 de diciembre de 2011

San Juan de la Cruz - Santa Teresa de Jesús (**/***)


(143 pág.; El País)                              (43; julio de 2011)

Los dos poetas místicos más importantes en cualquier lengua, por eso he querido leerlos.

Me han gustado mucho más que otros poetas ya comentados a pesar de que algunos poemas puedan ser repetitivos porque el tema, o el trasfondo, es siempre la adoración a dios. Como no he leído lo suficiente me han sorprendido las glosas, pues desconocía su existencia (aunque me lo enseñaran en el colegio).

Hay un pequeño resumen biográfico de los dos al principio del libro y me ha causado impresión la entrega de ambos por sus semejantes. Creo que vale la pena leer las dos semblanzas y, ya puestos, conocer algo de lo que escribieron, que no deja de ser una pequeña pincelada.




“En mí yo no vivo ya,                                          “Vivo sin vivir en mí,
y sin Dios vivir no puedo;                                  después que muero de amor,
pues sin él y sin mí quedo,                                porque vivo en el Señor,
este vivir ¿qué será?                                         que me quiso para sí.
Mil muertes se me hará,                                    Cuando el corazón le di
pues mi misma vida espero,                             puso en él este letrero:
muriendo porque no muero.”                             Que muero porque no muero.”

(Coplas del alma que pena por ver a Dios,     (Vivo sin vivir en mí,
San Juan de la Cruz)                                          Santa Teresa de Jesús)


eBook: los poemas de San Juan de la Cruz.


martes, 6 de diciembre de 2011

Pär Lagerkvist: El verdugo - El enano (***)


(325 pág.; Alianza)               (42; julio de 2011)             (Premio Nobel 1951)

Marisol no había leído este libro ni sabía cómo había llegado a sus manos. La respuesta estaba dentro en forma de billete de tren de Navarra a Barcelona. Un compañero de viaje lo llevaba y, sin querer, la que se lo acabó llevando fue ella.

Y fue una suerte para mí, pues no conocía la existencia de este escritor y me ha parecido muy bueno. El enano está considerada su mejor obra y es el monólogo de un enano sobre las circunstancias que le han tocado vivir, pero visto con los ojos de un “gigante”, es decir, el enano participa de las decisiones del príncipe del que depende, las hace suyas (cuando salen bien) e, incluso, se anticipa a los que cree deseos del príncipe. Ambientada en el renacimiento destila ironía y muestra las debilidades que padecemos los humanos.

El verdugo es un libro de relatos que se ha unido al anterior y que son un anticipo muy honroso de El enano. Algunos de ellos son verdaderamente sorprendentes, como por ejemplo La eterna sonrisa, donde se describen las quejas y la pequeña revolución que se forma en el cielo y que acaba solicitando una entrevista con Dios para mejorar su situación.

¡Al final será verdad mi creencia de que toda la eternidad en el cielo puede llegar a ser más aburrida que en el infierno!




“Mi estatura es de sesenta y cinco centímetros.”   (El enano)


eBook: sí.                            http://www.ipadforos.com/libros/



domingo, 4 de diciembre de 2011

Beryl Bainbridge: La cena de los infieles (*)


(235 pág.; Atico de los libros)                       (41; julio de 2011)

¡Finalista cinco veces del premio Booker y a mí me parece no recomendable!

Se puede exculpar un poco a la autora de las expectativas creadas por el título (en el original figura “Injury time”), porque hay que aclarar que aunque los que se reúnen en una cena de amigos son todos infieles, a partir de la mitad del libro la acción central es el secuestro del grupo y desde ese momento lo que creías que sería una comedia sobre los que son infieles, pasa a ser un desabrido potaje, mitad infidelidad, mitad incredulidad por la situación de ser un rehén.

A mí no me ha causado hilaridad; en muchos momentos del secuestro me ha parecido que los secuestrados no se iban para no dejar a la autora exclusivamente en manos de los secuestradores; y el final es un sálvese quien pueda y que este lo explique a los demás.

¿Queda claro que no me ha gustado?




“Durante la cena de socios, el viejo Gifford charló sobre la cuenta Rawlinson: algo sobre que el nuevo que había entrado en la junta no tenía demasiadas luces, que no estaba a la altura.”


eBook: sí.                              ipadforos


sábado, 3 de diciembre de 2011

Camilo José Cela: El bonito crimen del carabinero (*/**)


(212 pág.; Biblioteca Picazo)      (40; julio de 2011)     (Premio Nobel 1989)

Por una de aquellas casualidades se han encadenado cinco Premios Nobel seguidos, entre los cuales, según mi criterio, hay dos recomendables, uno muy recomendable y otro imprescindible. Mi duda con este Cela era saber si era no recomendable o poco recomendable. Al final me decanté por esta última opción. Y considero que fui generoso.

Era un figura y toda una figura. Para comenzar, en su prefacio explica que las primeras ediciones de un libro de relatos no deben llevar prefacio del autor, pero que se va a saltar su norma. Pensé que era una manera atrevida de iniciar su novela, pero así era él. Y esperé a leer el contenido.

Pero este fue más bien decepcionante. Relatos cortos, sin mucha gracia, alguno acabado de forma abrupta, etc. Me recordó algunos de los raros de Kawabata. Esperaba mucho más de una obra con un título tan rimbombante como este y resulta ser uno de los relatos más tontos del libro (y el crimen no tiene nada de bonito, en ningún sentido).

Marisol me dijo que no le gustaba Cela y me hizo pensar que, a pesar de haber leído tres o cuatro libros suyos, tampoco es que lo tenga en mucha estima. Quizá es que hay autores que son como el arroz: que se acaban pasando.




“Cuando Serafín Ortiz ingresó en el seminario de Tuy, tenía diecisiete años y era más bien alto, un poco pálido, moreno de pelo y escurrido de carnes.”