sábado, 3 de diciembre de 2011

Camilo José Cela: El bonito crimen del carabinero (*/**)


(212 pág.; Biblioteca Picazo)      (40; julio de 2011)     (Premio Nobel 1989)

Por una de aquellas casualidades se han encadenado cinco Premios Nobel seguidos, entre los cuales, según mi criterio, hay dos recomendables, uno muy recomendable y otro imprescindible. Mi duda con este Cela era saber si era no recomendable o poco recomendable. Al final me decanté por esta última opción. Y considero que fui generoso.

Era un figura y toda una figura. Para comenzar, en su prefacio explica que las primeras ediciones de un libro de relatos no deben llevar prefacio del autor, pero que se va a saltar su norma. Pensé que era una manera atrevida de iniciar su novela, pero así era él. Y esperé a leer el contenido.

Pero este fue más bien decepcionante. Relatos cortos, sin mucha gracia, alguno acabado de forma abrupta, etc. Me recordó algunos de los raros de Kawabata. Esperaba mucho más de una obra con un título tan rimbombante como este y resulta ser uno de los relatos más tontos del libro (y el crimen no tiene nada de bonito, en ningún sentido).

Marisol me dijo que no le gustaba Cela y me hizo pensar que, a pesar de haber leído tres o cuatro libros suyos, tampoco es que lo tenga en mucha estima. Quizá es que hay autores que son como el arroz: que se acaban pasando.




“Cuando Serafín Ortiz ingresó en el seminario de Tuy, tenía diecisiete años y era más bien alto, un poco pálido, moreno de pelo y escurrido de carnes.”




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