sábado, 31 de marzo de 2018

Raymond Carver: Catedral (***)


(184 pág.; Anagrama)                             (17; marzo de 2018; en Huesca)
No hace ni una semana que acabé este libro, pero antes de escribir estas líneas ya he acabado otros dos (uno de ellos también de Carver) y, para escoger la línea inicial de uno de sus relatos he revisado cuáles había en este libro y me he quedado parado al recordar lo buenos que me parecen, a pesar de lo cortos que pueden llegar a ser.
Aquí vuelve a aparecer la historia del pastel de cumpleaños que aparecía en De qué hablamos cuando hablamos de amor, pero en lugar de acabar abruptamente se alarga hasta hacerse insoportable la situación creada (y que no pienso explicar), con lo que el relato gana en intensidad. Este es de los relatos de él que yo considero largos, veintidós páginas, pero es capaz de crear reacciones en el lector con muy pocas páginas, como en La casa de Chef, de sólo cuatro páginas. Creo que vale la pena conocer a un autor que con tan poco transmite tanto.




“Un ciego, antiguo amigo de mi mujer, iba a venir a pasar la noche en casa.”
Catedral



sábado, 24 de marzo de 2018

Brian Aldiss: Los superjuguetes duran todo el verano (**/***)


(234 pág.; Plaza & Janés)                              (16; marzo de 2018)
Yo no leía ciencia ficción porque me imaginaba que era del estilo de las galácticas guerras (me quedé dormido allá por los ochenta con la primera entrega), pero a la vista de la cantidad de libros de esta temática que hay en la biblioteca de Marisol le he cogido el gusto y, además de ir repitiendo los autores que ya he leído y que me han gustado, cada año leo una obra de un autor desconocido para mí. Este año le ha tocado a Aldiss y, como tantos otros ya, es muy bueno.
Estos superjuguetes son una serie de relatos, algunos de una decena de páginas, que tratan de muchos temas, algunos de los cuales son: un niño que no se siente querido por su madre; un cementerio de máquinas que han quedado obsoletas o ligeramente dañadas y que se arreglan entre ellas; la presentación de una empresa que para mejorar la vida de los habitantes de los planetas adquiere todos los derechos del agua o el aire; la vida en la edad de piedra; una autodecapitación; la soledad y, entre otros muchos, la posibilidad de que cuando alguien esté irritado no pueda tomar una decisión inmediata sino que su cerebro se ralentice a fin de que haya tenido tiempo de serenarse y, consecuentemente, su decisión sea fruto del raciocinio y no de un momento airado. ¿No inventaron algo similar los de los mensajes entre móviles a fin de que si uno iba pasado de copas no dijera lo primero que se le ocurriera y luego ya no tuviera remedio?
Los relatos de Aldiss no son ficción, son historias del futuro que se adelantan al momento en el que se encuentra la ciencia, la tecnología o la sociedad. Como muestra, el inicio de un botón.






“Pese a los avances en la ingeniería genética, parece que la sociedad humana nunca mejorará.”
El botón de pausa



sábado, 17 de marzo de 2018

Susan Sontag: El amante del volcán (***)


(470 pág.; Debolsillo)                        (15; marzo de 2018)
Ve a saber de dónde saqué la referencia de que era un buen libro, pero figuraba entre los diez títulos que le di a Anna antes de Navidad y este fue el regalo que tuve y no me quejo: fue un magnífico regalo.
La historia está basada en las vidas y amores de Sir Hamilton, Emma y Nelson, aunque en ningún momento figuran los nombres de ellos: el primero es el Cavaliere y el segundo es el héroe. Y así todo el libro; y esto que podría parecer muy aburrido y tedioso, de la mano de Sontag se convierte en una aventura el conocer sus vidas, sus pasiones, lo que les llevó a hacer lo que hicieron, a ser lo que fueron. Es una aventura ir con el Cavaliere hasta la misma boca del volcán o en busca de sus piezas para las innumerables colecciones que tuvo; también lo es seguir a Emma con sus creaciones artísticas, teniendo en cuenta que nunca fue a la escuela; por no hablar de la pasión que tuvo Nelson por la esposa del que era embajador de Gran Bretaña en Nápoles.
A mí me ha gustado mucho, aunque creo que no es un libro para todos los paladares, pues a pesar de que no llega al medio millar de páginas el espacio está aprovechado y no hay diálogos, siendo el coleccionismo el tema recurrente de la obra y, como dice la propia autora en el libro, el coleccionismo atrae a aquellos que coleccionan lo mismo que uno, pero no interesa a los que no lo hacen. Si te gustan los libros bien escritos y de atrayentes historias este es el tuyo.




“Es la entrada a un rastro.”




sábado, 10 de marzo de 2018

Isaac Asimov: Fundación (***)


(253 pág.; Bruguera)                         (14; marzo de 2018)
Por fin leo esta novela, una de las más conocidas y afamadas de Asimov y, como era previsible, no me defrauda. No obstante, se pueden comentar un par de cosas, una de ellas de mucha actualidad: no hay ni un solo personaje femenino en toda la novela, eran otros tiempos. En cuanto a la segunda y, por lo que recuerdo de Los propios dioses, Asimov juega con el lector, es decir, le enseña las cartas cuando quiere, en el orden que quiere y, además, haciendo trampa. Esto último en el sentido de que lo que está pasando, que el lector no sabe a qué se debe o porqué sucede, él lo explicará un par de capítulos más allá; o bien, saltamos cincuenta años y la baraja es otra. Pero se le perdona por las buenas ideas que tiene.
Aunque quien no la haya leído no entenderá lo que sigue, no por ello quiero dejar de mencionarlo: en esta novela se lleva a la práctica la frase de Marx: “La religión es el opio de los pueblos”. Brillante aplicación.
Bastantes miles de años después de nosotros el universo dominado es enorme: cientos de planetas ocupados por decenas de miles de millones de seres. En un extremo de este universo se crea una fundación cuyo cometido en preservar el conocimiento adquirido hasta el momento. Un hombre, supongo que lo es y si no así lo designo, ha descubierto la psicohistoria, una ciencia social que le permite, mediante el estudio del comportamiento de millones de seres, saber hacia dónde se dirigirá la civilización y qué sucesos podrán ocurrir y, lo más importante, qué se podrá hacer para seguir avanzando. Pero no todo el mundo se lo cree ni opina igual, así la intriga está servida.




“HARI SELDON – …Nació el año 11988 de la Era Galáctica; falleció en 12069.”



domingo, 4 de marzo de 2018

Raymond Carver: De qué hablamos cuando hablamos de amor (***)


(122 pág.; Anagrama)                                   (13; febrero de 2018)
Se han juntado una serie de libros de pocas hojas y, por añadidura, de relatos, por lo que leo mucho y, creo, más rápido. Es por eso que ya he leído el segundo de Carver de los cinco que figuran en este tomo.
No sé de qué hablaba Carver cuando no hablaba de amor, porque cuando habla de un sentimiento como este, según el título, te explica unas historias bien tristes o ligeramente más acongojantes que las del primer libro. En este, aparecen dos episodios de Vidas cruzadas, no tan largos como se veían en la película, pero sí igual de dramáticos. Ahora vendrán otros libros y luego seguiré con este autor que me está gustando mucho y que tuvo la capacidad de analizar lo que le pasa a la gente y supo plasmarlo de manera que tuviera interés para aquellos que estaba retratando que, al fin y al cabo, somos nosotros mismos.




“Aquel día, temprano, el tiempo cambió y la nieve se deshizo y se volvió agua sucia.”
Mecánica popular



sábado, 3 de marzo de 2018

Thornton Wilder: Los Idus de Marzo (***)

(253 pág.; El País)                              (12; febrero de 2018)
Otro libro que me hace pasar un buen rato perteneciente a una colección de El País y, de paso, conocer a un autor que merece leerse y del que, casi con toda seguridad, habremos visto alguna película basada en alguna de sus obras o como guionista: Hello, Dolly!, El puente de San Luis Rey o La sombra de una duda.
En estos Idus nos explica los últimos meses de la república en Roma a través de supuestas cartas que se escribieron importantes personajes de la época, entre los que se encuentran: Julio César, dos de sus esposas, algunas de sus amantes, Cicerón, Cleopatra, Catulo, los hermanos Clodio y Clodia, Bruto y su madre y algunos más. A través de estas cartas nos vamos enterando de lo que les sucede, de lo que piensan sobre lo que sucede y de los demás, de lo que querrían que sucediera y de algunos secretos que no confesarían en público.
Entretenido relato y novedosa forma de contarlo, pues antes de Wilder no se había escrito un libro de historia a través de epístolas.




“El maestro del Colegio de Augures a Cayo Julio César, sumo pontífice y dictador del pueblo romano.”