viernes, 30 de diciembre de 2022

Lucia Berlin: Bienvenida a casa (**)

(192 pág.; Alfaguara)             (87; diciembre de 2022)

Este libro lo escogí en este mes para el CLC y ya hace el número veintinueve. Había leído dos libros de esta autora que me gustaron mucho y, como tenía este pendiente, lo aproveché para el club. En esta ocasión me parece que es un libro recomendable a secas y que lo disfrutarán más los lectores que ya hayan leído algo de ella y les haya gustado.

El libro tiene dos partes bien diferenciadas: en la primera hay fotos de ella, su familia y las casas en las que se ha alojado, con comentarios. En la segunda son cartas que ella envió a una familia muy amiga. Como no están las cartas que le respondieron, es difícil seguir su contenido. En la mayoría de ellas habla de lo bien que se encuentra y se lo están pasando; mientras que en la siguiente, comenta de lo bien que ha hecho abandonando su pasado y, a veces, al marido. No tuvo una vida fácil, sin duda, y este libro lo refleja. Como lectura no es tan interesante como los otros dos que son sus cuentos.





Decían que era una casita coqueta, con muchas ventanas, mallas tirantes para que no entraran los mosquitos y recias estufas de leña”.



domingo, 25 de diciembre de 2022

Arturo Azuela: El matemático (*)

(leídas 92 de 181 pág.; C.S.I.C.)                     (89; diciembre de 2022)

Hace años que separé este libro para leer en el convencimiento de que era una novela. Antes de empezar a leerlo leí la contraportada y las solapas (como siempre hago) y me pareció que era un libro científico. Finalmente no ha resultado ser ninguna de las dos cosas.

El matemático al que hace referencia el título es un señor de sesenta años que dedica las últimas horas del día 31 de diciembre de 1999 a repasar su vida; además, acaba de descubrir una ecuación que perseguía desde hacía tiempo. Este es el breve resumen de la historia.

Ahora, lo que nos ofrece el autor en sus casi doscientas páginas: en cualquier tema que toque, nos presenta un listado de nombres, como pueden ser los matemáticos, físicos, filósofos, escritores, artistas de Hollywood, etc. Es decir, nos muestra que el autor sabe de muchas cosas, lo que no lo niego, pero que hace muy poco atractiva la lectura de su libro. Pero no se conforma solo con eso, sino que la mayoría de sus frases son rebuscadas y los párrafos acaban cansando al lector, por lo menos a este que escribe… aunque llegué a la mitad del libro. Qué pena, pues me apetecía leerlo.





“El camino para llegar a su región matemática –a su ecuación como si fuese un paradigma de símbolos extraordinarios– había sido laberíntico y deslumbrante; un camino donde no sólo se acumulaban incógnitas y altibajos emotivos sino también satisfacciones y anhelos encontrados”.



viernes, 23 de diciembre de 2022

The Paris Review: Entrevistas - IV (***)

(340 pág.; Acantilado)                        (88; diciembre de 2022)

Última parte del primer tomo: es fantástico. ¿Qué haré cuando acabe con el segundo?

Oates: “…pese a asentir que no merecía la pena esforzarse cinco minutos más, la propia actividad de escribir lo termina transformando todo”.

Didion: “El escritor siempre está intentando engañar al lector para que escuche su sueño”.

Spender: conoció a todo el mundo y dedica una página a explicar qué sabe de cada uno de ellos.

Bishop: “…por entonces tenía la teoría de que había que apuntar todos los sueños, de que eso era la manera de escribir poesía…”.

García Márquez: “Como creo que dijo Proust, para escribir se necesita un diez por ciento de inspiración y un noventa por ciento de transpiración”.

Brodsky: “…las cosas buenas se producen por una especie de intervención divina y no tiene sentido preocuparse por la intervención divina, …está fuera de nuestro control. Lo que sí controlamos es la posibilidad del mal”.

Böll: “Todas las palabras llevan a cuestas una gran carga de recuerdos, no solo de una persona, sino de toda la humanidad”.

Cabrera Infante: “…la gente usa los libros como los hombres los rangos nobiliarios: sólo saben el título, pero afirman conocerlos a fondo”.

Gordimer: “¿Sabe qué me hizo querer ser periodista? Fue leer ¡Noticia bomba!, de Evelyn Waugh, a los once años”.

Carver: “…para trasladar tus vivencias a la ficción tienes que saber lo que haces”.

Ashbery: “Creo que leer una obra así (En busca del tiempo perdido) te vuelve más triste y más sabio; ya no vuelves a ver el mundo de la misma manera”.





“Joyce Carol Oates pertenece a la rarísima especie de autores modestos con respecto a su obra, pese a que es tan extensa que tiene tres editores: uno para las obras de ficción, otro para la poesía y una «pequeña editorial» para las obras más experimentales, ediciones limitadas y libros para los que sus otros editores no encuentran un hueco”.



domingo, 18 de diciembre de 2022

Stefan Zweig: Tres maestros (Balzac, Dickens, Dostoievski) (*/**)

(leídas 209 de 232 pág.; Acantilado)             (85; diciembre de 2022)

Este libro es el décimo que leo de este maestro; mejor dicho, el décimo que casi leo, pues a menos de treinta hojas del final, no pude con tanto análisis psicológico.

De los personajes de Balzac, Zweig nos explica que: “como él son sus héroes. Todos poseen el afán de conquistar el mundo. Una fuerza centrípeta los lanza fuera de la provincia, de la patria chica, hacia París”.

De Dickens: “Nunca en el siglo XIX hubo en parte alguna una relación tan íntima e inquebrantable entre un escritor y su pueblo. Su fama echó a volar como un cohete, pero no se apagó, permaneció como un sol brillando inalterable sobre el mundo”.

Pero es a Dostoievski, al que le dedica tres veces más de páginas que a los otros dos autores, al que le hace el estudio más intenso, filosófico, espiritual y corporal. Basa sus elucubraciones en el alma rusa, el carácter de sus compatriotas y, para mi gusto, se alarga y alarga tanto, que llega a agotar al lector o, por lo menos, a este que escribe.

En cualquier caso, prefiero no haberme quedado con las ganas de haberlo leído. Habiendo llegado al décimo libro, de nadie he leído tanto como de él, paso a leer con cierta asiduidad a otro autor y volveré a Zweig mucho más adelante, como me pasa con tanto buen autor que ya he leído.





“Es difícil y de mucha responsabilidad hablar dignamente de Fiódor Mijáilovich Dostoievski y de su importancia para nuestro mundo interior, pues el peso y la envergadura de este hombre único requieren una nueva medida”.



viernes, 16 de diciembre de 2022

James Joyce: Ulises (**)

(710 pág.; Galaxia Gutenberg)                      (84; noviembre de 2022)

Anna y Joel me regalaron esta preciosa edición, por mi sexagésimo quinto aniversario, que es el día en que transcurre su historia y en el año de los cien años de su publicación. Ya había leído dos veces Ulises y, aunque no lo habría vuelto a hacer, el regalo y las ilustraciones de Arroyo me impulsaron a ello. https://autobiografialectora.blogspot.com/2015/05/james-joyce-ulises.html refleja lo que me pareció mi segunda lectura.

La opinión que me merece esta obra la daré en base al último capítulo, el famoso monólogo de Molly: la primera vez que leí el libro, este capítulo no lo leí; en la segunda el capítulo no me gustó y me pareció larguísimo; en esta última, el monólogo me ha gustado y no me ha parecido largo. Si lo leo más veces diré que es muy entretenido, que se hace corto e hilarante, no solo el capítulo, sino todo el libro.

Si has de leer este libro, a ser posible que sea esta edición y con la explicación de Valverde (el traductor de la edición de Lumen) de cada capítulo: es mucho mejor porque hasta puedes enterarte de qué va. Interesante la traducción del argentino José Salas, pues algunas palabras son del castellano usado en Argentina, lo que le da a la obra, para los que no somos de esa latitud, la sensación de no entender las palabras que aparecen en él, que es lo que pasa en el idioma original. Aburrida, pero me ha gustado volver a leerla (he leído veinte páginas cada día: a pequeñas dosis es más fácil tragarlo).





“Imponente, el rollizo Buck Mulligan apareció en lo alto de la escalera, con una bacía desbordante de espuma, sobre la cual traía, cruzados, un espejo y una navaja”.



domingo, 11 de diciembre de 2022

Leonardo Padura: El hombre que amaba a los perros (**)

(672 pág.; Tusquets)               (83; noviembre de 2022)

Daniela me aconsejó este libro hace unos meses y le dije que lo leería con mucho gusto porque, aparte de que me lo aconsejaba ella, ya he leído dos libros más de este autor y me gustaron. La estrategia de este autor, por lo menos en los tres libros leídos, es coger un hecho real y adosarle un protagonista ficticio que, por una razón u otra, pasa a formar parte de la historia ficticia, pero entra en contacto con la parte real de la narración.

En este caso esperaba más de esta novela, dado que el personaje real era Trotski; y he de reconocer que el primer capítulo me enganchó muchísimo. Hay tres historias paralelas: la del personaje ficticio, la del hombre que tiene dos perros borzoi y, claro está, la de Totski. En cada capítulo se habla de uno de ellos y se van alternando, lo que hace que su lectura sea interesante y entretenida. Pero a medida que avanza la narración los capítulos de Trotski se hacen más largos y sus acciones comienzan a ser repetitivas. Estuve a punto de dejarlo a dos capítulos del final y no fue porque estuviera mal escrito, sino que le sobran páginas.





“–Descansa en paz– fueron las últimas palabras del pastor.”



viernes, 9 de diciembre de 2022

José Zorrilla: Traidor, inconfeso y mártir - La calentura (**/***)

(150 pág.; Espasa-Calpe)                   (82; noviembre de 2022)

Cuarta libro que leo de este autor. Zorrilla estaba muy orgulloso de la primera obra de las que aparecen en él y no le debía faltar razón para ello. Tiene un inicio muy sorprendente, con mucha intriga: dos personas, cada una por su lado, se presentan para pagar todos los gastos que unos viajeros, que llegarán más tarde, puedan producir en esa venta. El dueño de la misma acepta el pago del primero, pero tiene problemas para complacer al segundo, pues ya estaban cubiertos.

En algún sitio había leído que su final era abierto y, aunque me extrañó que un personaje no apareciera en el escenario, lo di por bueno. Como La calentura no la encontré digitalizada cogí el libro para leerla… y apareció el final del Traidor, pues faltaban dieciocho páginas en las que es protagonista el personaje fantasma.

La segunda obra, continuación de El puñal del godo, que no he leído, me pareció una obra menor. En cualquier caso, es de Zorrilla.





“Criado.          Señor amo”.

Traidor, inconfeso y mártir



domingo, 4 de diciembre de 2022

Raymond Carver: Todos nosotros (*/**)

(180 pág. leídas de 648; Anagrama)             (81; noviembre de 2022)

Una de las cosas que me gustan es leer otro libro de un autor que ya haya leído y mucho más si el autor me ha parecido muy bueno, como es el caso. Claro que, lamentablemente, a veces esa lectura no me complace tanto como las anteriores o, incluso, no llega a su destino, que ha sido lo que ha pasado en esta ocasión.

En 2018 leí los cinco libros publicados en prosa de Carver y ahora quería leer su poesía, pero no llegué a las doscientas páginas. Su poesía está escrita en prosa, es decir, verso totalmente libre, así como la historia: puede decirnos algo o quedarse en el aire. A mí no me ha dicho nada. A Gallagher, poetisa que fue su compañera, le parecen unos poemas magníficos. Sin duda que tendrá razón, pues sabe mucho más que yo. En mi ignorancia, no me han gustado.





“Es agosto y no he

leído un libro en seis meses

salvo una cosa titulada The Retreat From Moscow

de Caulaincourt."

Bebiendo en el coche


viernes, 2 de diciembre de 2022

Kathrine K. Taylor: Paradero desconocido (***)

(80 pág.; Salamandra)                       (80; noviembre de 2022)

Este es el primer libro que Rosa M., la profesora del curso de narrativa en el que me he inscrito, nos encarga que leamos. Son solo ochenta páginas que devoro de una vez… mientras ellas me estrujan el corazón como pocas veces han conseguido otros libros.

La autora, que escribió este libro en 1938 siendo muy joven, nos muestra la situación de Alemania en ese momento utilizando dieciocho cartas y un cablegrama. Las cartas son entre dos viejos amigos y socios de un negocio. Uno de ellos vuelve a Alemania. A través de esa escasa correspondencia veremos los cambios que sufre el que ha vuelto y lo que comienza a padecer el pueblo judío.

Entre las opiniones que fueron expresadas en la clase salió a relucir que había algún problema de tiempo para el cambio de parecer del antagonista y, también, que es la visión de una norteamericana; entre otras cuestiones. Sin duda que lo último es cierto y que lo primero puede serlo. No obstante, creo que es una gran historia que refleja muy bien la locura y aberración que representó el nacionalsocialismo.





“Mi querido Martin: ¡Ya de vuelta en Alemania!”