(80 pág.; Salamandra) (80; noviembre de 2022)
Este es el primer libro que Rosa M., la profesora del
curso de narrativa en el que me he inscrito, nos encarga que leamos. Son solo
ochenta páginas que devoro de una vez… mientras ellas me estrujan el corazón
como pocas veces han conseguido otros libros.
La autora, que escribió este libro en 1938 siendo muy joven, nos muestra la
situación de Alemania en ese momento utilizando dieciocho cartas y un cablegrama.
Las cartas son entre dos viejos amigos y socios de un negocio. Uno de ellos
vuelve a Alemania. A través de esa escasa correspondencia veremos los cambios
que sufre el que ha vuelto y lo que comienza a padecer el pueblo judío.
Entre
las opiniones que fueron expresadas en la clase salió a relucir que había algún
problema de tiempo para el cambio de parecer del antagonista y, también, que es
la visión de una norteamericana; entre otras cuestiones. Sin duda que lo último
es cierto y que lo primero puede serlo. No obstante, creo que es una gran
historia que refleja muy bien la locura y aberración que representó el
nacionalsocialismo.
“Mi querido Martin: ¡Ya
de vuelta en Alemania!”
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