domingo, 18 de diciembre de 2022

Stefan Zweig: Tres maestros (Balzac, Dickens, Dostoievski) (*/**)

(leídas 209 de 232 pág.; Acantilado)             (85; diciembre de 2022)

Este libro es el décimo que leo de este maestro; mejor dicho, el décimo que casi leo, pues a menos de treinta hojas del final, no pude con tanto análisis psicológico.

De los personajes de Balzac, Zweig nos explica que: “como él son sus héroes. Todos poseen el afán de conquistar el mundo. Una fuerza centrípeta los lanza fuera de la provincia, de la patria chica, hacia París”.

De Dickens: “Nunca en el siglo XIX hubo en parte alguna una relación tan íntima e inquebrantable entre un escritor y su pueblo. Su fama echó a volar como un cohete, pero no se apagó, permaneció como un sol brillando inalterable sobre el mundo”.

Pero es a Dostoievski, al que le dedica tres veces más de páginas que a los otros dos autores, al que le hace el estudio más intenso, filosófico, espiritual y corporal. Basa sus elucubraciones en el alma rusa, el carácter de sus compatriotas y, para mi gusto, se alarga y alarga tanto, que llega a agotar al lector o, por lo menos, a este que escribe.

En cualquier caso, prefiero no haberme quedado con las ganas de haberlo leído. Habiendo llegado al décimo libro, de nadie he leído tanto como de él, paso a leer con cierta asiduidad a otro autor y volveré a Zweig mucho más adelante, como me pasa con tanto buen autor que ya he leído.





“Es difícil y de mucha responsabilidad hablar dignamente de Fiódor Mijáilovich Dostoievski y de su importancia para nuestro mundo interior, pues el peso y la envergadura de este hombre único requieren una nueva medida”.



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