domingo, 27 de mayo de 2018

Santiago Rusiñol: L’alegria que passa (**/***)


(68 pág.; L’Avenç)                              (27; mayo de 2018)
Quería repetir a este autor y encuentro esta “obrita” de teatro en un solo acto. Utilizo el diminutivo por razones obvias y, también, porque el paso del tiempo, fue escrita hace 120 años, ha hecho que parezca que ya sabemos de qué va la obra: en un aburrido pueblo, donde nada se mueve, todo es como siempre, el hijo del alcalde se encuentra fuera de lugar, pues él sí que ve que las nubes del cielo nunca son iguales y que se mueven y que la vida debería variar, avanzar. Mientras los vecinos del pueblo están en sus quehaceres de forma estática, llega al pueblo una compañía de tres cómicos que anuncian la función que se hará en la noche y cuyo precio será la voluntad del público.
No he seguido con la historia porque el desenlace está próximo y, además, todo está mucho mejor explicado por Rusiñol y es mucho más interesante que como yo lo he hecho. Como anécdota quiero explicar que Enric Morera, compositor de La Santa Espina, puso música a las dos canciones que aparecen en la obra y fue el profesor de mi padre y, ante la solicitud de este de que le diera un título conforme había finalizado la carrera de música, le extendió de su puño y letra sobre un trozo de papel un par de frases indicando los estudios que había realizado y diciéndole que “el mejor título era él mismo”.




“CHOR DE BOTERS. (Cantant:)
Mis ojos se conmobieron, ¡ay!,
al contamplarte,
mi carubín.”



sábado, 26 de mayo de 2018

Nuccio Ordine: La utilidad de lo inútil (**/***)


(171 pág.; Acantilado)                                   (26; mayo de 2018)
Regalo de Marisol por Reyes: curioso título y desconocido autor para mí. Menos mal que tengo a Marisol que me va comprando libros así y, aunque no pueda recordarlos pasado un tiempo, mientras los leo disfruto mucho.
Aunque quizá no lo haya entendido todo, o del todo, en algún ejemplo que expone no puedo estar totalmente de acuerdo, o bien, considero que ha sido llevado al límite. Pero, en general, este Manifiesto es muy útil, pues nos previene de no perseguir en todas las acciones humanas el fin de la utilidad, es decir, de no hacer solamente aquello que vaya a producir un bien material o un beneficio, pues podrían quedarse en el tintero (en todo o en parte) el arte, la filosofía, las matemáticas, la ciencia no aplicada y, si me apuras, hasta la enseñanza, que produce un bien a largo plazo y muy poco, relativamente, a quien vive de ella.
Mi consejo a un posible lector de este magnífico libro es que comience leyendo el ensayo de Abraham Flexner que se encuentra al final del libro, pues es un excelente resumen del contenido expresado por Ordine. Flexner fue un educador norteamericano que tomó parte en la reforma de la educación y fue cofundador del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton.



“El oxímoron evocado por el título La utilidad de lo inútil merece una aclaración.”



sábado, 19 de mayo de 2018

Xavier Benguerel: Icaria, Icaria (**)


(290 pág.; Planeta)                            (25; mayo de 2018)
Recuerdo este libro de cuando las Cajas de Ahorro lo regalaban por el día del libro y como está en esa enorme biblioteca de Marisol termino escogiéndolo entre los autores pendientes de leer por lo que me retrotrae, a pesar de que los premios Planeta y yo no nos llevamos muy bien. A pesar de esto último, creo que este se puede recomendar.
Hay dos historias entremezcladas en este libro y, aunque las dos recrean lo que sucedió, la que transcurre en el siglo XX en Barcelona (el intento frustrado contra los reyes de España y Primo de Rivera) tiene más visos de ficción y su estilo es de los que no me van mucho: párrafos largos en los que las frases de los diálogos van seguidas unas detrás de otras y no sabes quién habla, quién contesta o si se está contando lo sucedido. Innovaciones de su momento (1974) que a mí no me convencen aunque entiendo que la narrativa puede buscar formas diferentes que la hagan más atractiva o ágil que la clásica de poner guiones o comillas para los diálogos. Me ha gustado mucho más la historia del comunismo icariano fundado por Cabet, ya que es más interesante que la de Barcelona (aunque esta entronca con la anterior) y porque su estilo es “de los míos”.




“Cálidas vaharadas de algarroba, el aire las caldea, te empapan como la viscosa humedad que consume las paredes, que corroe hierros y madera.”