domingo, 9 de febrero de 2020

Patrick Süskind: El contrabajo (***)

(92 pág.; Seix Barral)                         (5; febrero de 2020)

También con este autor he tardado más de seis años en leer otro libro de los suyos, a pesar de que El perfume me gustó mucho, pero no hay forma de conocer a más autores si me dedico a los que me gustan; por eso el hecho de poder repetir autores, sin dejar de leer a otros que no he leído, me da un aliciente a seguir creando una lista interminable de escritores que, algún día, es posible que vuelva a ellos.
Esta novelita de menos de cien páginas es una obra de teatro y, según dice la contraportada, es la obra más representada en Alemania. Sorprendente, pero creíble, pues es el monólogo de un contrabajista que se queja de la enormidad del instrumento que aprendió a tocar; de lo poco musical que es, pues solo se le pueden arrancar gruñidos por muy bueno que sea el músico y el contrabajo; de que no hay apenas partituras para solistas; y a la vez nos va declarando sus sentimientos.
No se hace nada pesado de leer y, por poco que te guste la música, da mucha información que, de otra manera, no es posible conocer. Muy interesante.


Una habitación.”


sábado, 8 de febrero de 2020

Gustave Flaubert: La educación sentimental (***)

(472 pág.; Alba Clásica)                                 (4; febrero de 2020)

Seis años después de haber leído su obra más conocida leo esta que Marisol ya había comprado y leído a su vez. Esperaba que me gustara tanto como me gustó la anterior y, he de decir, que no solo me ha gustado mucho, sino que me ha impresionado, pues no esperaba encontrar otra obra de características similares a la de Los miserables, en el sentido de estar tan imbricada con la historia de Francia en la cuarta decena del XIX, que es cuando transcurre la narración. Fue la última obra de Flaubert y publicada siete años después de la de Hugo.
El protagonista es un joven que se va de su pueblo a París con la intención de estudiar, pero la vida fácil y regalada le atrae mucho más, por lo que irá saltando de una opción que le permita vivir de rentas (casarse con una mujer con buena dote, heredar de su tío) a otras como conseguir un puesto de trabajo bien remunerado y sin complicaciones (como entrar en algún departamento ministerial con un cargo de esas características). En cuanto a su vida sentimental, y de ahí el título, hará lo mismo, es decir, intentar atraerse a la mujer que le proporcione dinero, status, placer o amor, y para ello no dudará en hacer juegos malabares con sus sentimientos.
Como trasfondo de la novela tenemos la multitud de revoluciones, o intentos, que se produjeron en los años cuarenta de hace dos siglos: están detalladas con nombres y apellidos y notas a pie de página, así como también se describen los hechos más trascendentales de esos años. Toda una lección de historia, pues alguien como yo podría creer que la Revolución Francesa se circunscribió al XVIII y nada más lejos de la realidad.




“El 15 de septiembre de 1840, a eso de las seis de la mañana, el Ville de Montereau, a punto de zarpar, soltaba grandes torbellinos de humo delante del muelle Saint-Bernard.”


domingo, 2 de febrero de 2020

Albert Camus: La peste (***)


(360 pág.; Edhasa)      (3; enero de 2020)       (Premio Nobel 1957)
Antes de que empezara a escribir sobre los libros que leía ya había leído El extranjero y, aunque me gustó mucho, cuando menos he tardado once años en repetir al autor. Como siempre, me lamento de no poder leer más o más deprisa y, por eso, repetir un autor que no me regalen (y aun estos tardan lo suyo en ser leídos) cuesta mucho, sobre todo si no lo tenemos en la biblioteca, como es el caso.
El inicio de la novela no es para almas cándidas, pues Camus crea un ambiente cargado de impotencia y de falta de previsión que cualquier espíritu de hoy en día un poco avezado prevé. A continuación, aunque con menos atosigamiento para el lector, vienen los capítulos que son resultado de ese inicio. Si no soy más explícito, aunque con el título cualquiera puede pensar en la elipsis, es porque leer la historia implica ir enterándose, poco a poco, de la narración de un premio Nobel y no de la mía. Toda la novela entraña personajes cuyas acciones muestran los comportamientos humanos frente a las desgracias ajenas o colectivas y, también, cómo pueden cambiar las posturas frente a hechos que nos superan o frente a su inevitabilidad.





“Los curiosos acontecimientos que constituyen el tema de esta crónica se produjeron en el año 194… en Oran.”