domingo, 26 de junio de 2022

Terry Pratchett: Mort (*)

(leídas 23 de 288 pág.; Debolsillo)                (36; junio de 2022)

Lo que viene a continuación no es una crítica al autor (sus buenos rendimientos le produjeron y, además, todo el mundo tiene derecho a comer) ni a sus lectores (¿qué razón podría haber?), sino que es una nueva constatación de que no todo puede gustar a todo el mundo. Veámoslo.

Al igual que alguna vez he declarado que hay historias para mujeres (por ejemplo, y la he leído, De parte de la princesa muerta) y para hombres (esta me la voy a inventar: “Los cincuenta mejores KO de la historia, edición ilustrada”, que ni a mí me interesaría), también hay formas de narrar que son más adecuadas a unas edades que a otras (precisamente como los chistes), y este libro es un claro ejemplo.

El primero que leímos de Pratchett en el CLC (este es el que hace el número veintitrés y fue elegido por Joel) obtuvo cinco doses, lo que quiere decir que a todos nos gustó lo suficiente y, en esa tesitura comencé a leer este, pero a las primeras de cambio ya me di cuenta que no llegaría lejos y el “punto de no retorno” (¿Qué me pasa, doctor?) fue el siguiente párrafo en la página veintiuno: “… como un queso pasado en un día caluroso,… como una maldición en una catedral, tan brillante como capa de aceite, tan colorida como un cardenal… como un perro muerto tendido sobre un nido de termitas.”, y yo me sentí como el perro de la última frase, y avancé un par de páginas más y me dejé devorar. Los puntos suspensivos que he ahorrado al lector sustituyen a menos palabras que la que hay entrecomilladas, es decir, cinco comparaciones que, supuestamente, me tenían que hacer gracia y maldita la que me hicieron. Fin de mi razonamiento y de la lectura.

Tengo una edad provecta que proyecta más sombra hacia el pasado que hacia el futuro y, en el pasado más reciente no hay comparación posible, dadas mis circunstancias personales, insisto, entre Pecoraro, Zweig y Pratchett y, seguramente, este ha llegado a un público mucho mayor y vendido millones de libros, pero el de la zeta publicó su primer poema hace más de ciento veinte años y se sigue leyendo. Y hasta aquí mi perorata.





“Esta es la habitación iluminada por la luz brillante de las velas donde se almacenan los biómetros, estantes y más estantes llenos de ellos: rechonchos relojes de arena, uno por cada persona viva, en los que la fina arena va descendiendo del futuro al pasado.”



viernes, 24 de junio de 2022

Vita Sackville-West: Toda pasión apagada (**/***)

(232 pág.; Alfaguara)             (37; junio de 2022)

Otra recomendación de Marisol que dudaba entre esta novela o Los eduardianos, de la misma autora. He comenzado por esta y la otra tendrá que esperar lo suyo pero, con suerte, le llegará el momento.

Esta mujer, que nació en la última década del XIX y murió setenta años después, era hija de un barón por lo que, lo que describe en la novela, no le era desconocido y esto es un sucinto resumen: cuando la esposa del conde de Slane pasa a ser viuda sus hijos se preocupan por organizarle la vida, pues siempre ha estado bajo el paraguas de su esposo, que llegó a ser virrey de la India. Poco sospechan ellos que ella tiene otros planes totalmente distintos y, no solo va a llevarlos a la práctica, sino que, además, piensa prescindir de sus hijos, más preocupados de la herencia, los unos, y los otros despreocupados de lo que pueda ser de ella. Historia escrita con elegancia.





“Henry Lyulph Holland, primer conde de Slane, llevaba existiendo tanto tiempo que el público había empezado a considerarle inmortal.”



domingo, 19 de junio de 2022

Stefan Zweig: Ardiente secreto (***)

(86 pág.; Acantilado)              (35; junio de 2022)

De este autor ya he leído seis libros, cinco en el blog, y este es el segundo en los tres meses que lleva como autor del año, y los que caerán, pues es uno de mis favoritos.

A pesar de ser un relato largo, o una novela muy corta, según se prefiera, la habilidad de Zweig para crear un ambiente y unas sensaciones en el lector son únicas y se aprecian mucho más en casos como este: un noble aburrido, pues se encuentra solo en un hotel, descubre en el mismo establecimiento a una mujer que le distrae solo con imaginar que intenta conquistarla, aunque ella no le presta la más mínima atención. A través del hijo preadolescente de ella, del que se hace amigo contándole sus fantásticas aventuras a lo largo del mundo, consigue ser presentado a ella y, a partir de ese momento, iniciará una caza basada en la sutileza y las buenas formas, pero el noble no contaba con el factor humano y nada iba a ser como él había supuesto.

En el listado de libros que tenemos he etiquetado este como de intriga pues, aunque es la historia de una conquista sentimental, hay un momento en que pasa a ser más importante lo que les puede suceder a los protagonistas más que si el noble consigue sus propósitos. Como siempre, interesantísimo.





“La locomotora emitió un grito ronco.”



viernes, 17 de junio de 2022

Francesco Pecoraro: La Avenida (***)

(529 pág.; Periférica)             (34; junio de 2022)

Este libro me lo regala Marisol por Reyes de este año y, aunque nada me dice ni su título ni la contraportada, cuando llega el turno de leerlo me engancha desde el primer párrafo, que habla del Hubble y, anticipo, termina el libro hablando del tiempo y la distancia de Plank; pero que no se asuste nadie por esto de física, pues es lo único de ella que aparece en el libro.

El narrador es un viejo, así se autodenomina, de setenta años que pasa revista a su presente (reuniones de viejos como él en el bar de la esquina hablando de todo para no callar), a su pasado personal (funcionario que no deseó serlo), al pasado de la zona donde vive (antiguo lugar de concentración de hornos para fabricar ladrillos).

Yo, que tengo un lustro menos que él de vejez (pues así también me considero, por mucho que digan que aún somos jóvenes), suscribo absolutamente todo lo que dice o explica, tanto del presente como del pasado, con el único ejercicio mental de trasladar la acción de su Península a la nuestra. El tono de crítica del narrador es como el de Marías en sus comentarios dominicales, es decir, de queja de la situación actual en cualquiera de sus miles de facetas, pues siempre hay alguna que no funciona o podría funcionar mejor (he sido optimista: hubiera podido decir que ninguna hay que funcione).

Es un estupendo libro que puede parecer una atractiva lección de historia del pasado siglo, pero que, a través de personajes como los que aparecen en los libros de Alexievich, crean un enorme y entretenido crisol de figurantes.




“El telescopio espacial Hubble lleva décadas orbitando alrededor de la Tierra, ha escrutado la negrura que llamamos Universo y ha elegido una porción más negra que las demás donde parecía que no había nada, un rectángulo de cielo cuyo lado más largo es algo así como una décima parte del diámetro del disco lunar visto desde aquí.”



viernes, 10 de junio de 2022

AA.VV.: Los casos nunca contados por el Dr. Watson (**)

(268 pág.; Valdemar)             (33; junio de 2022)

Hace casi seis años que leí otro libro de esta colección de seguidores del personaje de Sherlock Holmes, y en aquella ocasión no me gustó nada. Como ya empiezo a conocer al detective en cuestión, a pesar de lo poco que he leído de él, esta vez la nota ha merecido ser un aprobado, aunque hay algún relato peor que la mayoría; pero en resumen, yo diría que es un buen exponente de lo que los lectores esperan encontrar.

Es decir: Sherlock se aburre hasta que no llaman al timbre o bien se burla un poco de Watson haciendo ver que adivinaba hasta el color de la corbata del futuro visitante cuando, realmente, lo estaba viendo por la ventana. Una vez ya tenemos al que plantea el caso en la sala de Holmes, este termina deslumbrando a aquel y a Watson diciendo algo que estaba entre líneas. Salimos corriendo, las más de las veces hasta el lugar de donde procede el visitante o sale solo Holmes y así el autor se ahorra describir la investigación, pues luego lo hará el propio Holmes cuando hable con Watson.

Aún faltará un acto más en el que intervendrán Holmes y Watson y que será el remate final con más magia, ocultismo y espiritismo (es un decir) del que usó nunca Houdini. Y todos contentos.





“–Sus conclusiones son perfectamente correctas, mi querido Watson –observó mi amigo Sherlock Holmes–.”

La aventura del castillo Arnsworth     (Adrian Conan Doyle)



domingo, 5 de junio de 2022

Charles Dickens: Tiempos difíciles (**/***)

(280 pág.; Amazon Media)                (32; mayo de 2022)

Hace dos o tres años que Josep M. me aconsejó este libro y, como no podía ser de otra manera, eso es lo que he tardado en leer los libros que tenía anotados de antemano. Si no fuera por él habría leído muy poco de Dickens y, de esta manera, aunque de bienio en bienio, voy disfrutando de obras quizá menos conocidas, pero muy interesantes, más allá del placer de la lectura o de la propia literatura.

En este caso, Dickens se ceba con la situación de explotación de los trabajadores al inicio de la revolución industrial y carga contra las largas jornadas, la explotación infantil o el capitalismo exacerbado, sorprendiendo al lector de esta crítica de algo que sucedía en su propio tiempo. Para rematar la faena, los dos personajes principales masculinos y de influencia importante sobre la protagonista de la novela, son verdaderamente insoportables, por lo que no es difícil darse cuenta, ya desde el principio, de la opinión del autor.

La protagonista es una joven que no ha disfrutado de una infancia ni adolescencia habituales, pues su padre opina que nada que no sea real debe ser tenido en cuenta para llevar una vida feliz, de ahí la primera frase de la novela que expresa el pensar de su progenitor. Tanto es así, que ella y su hermano son reñidos por su padre cuando los encuentra mirando a través de un agujero las evoluciones que hace una compañía de circo que acaba de llegar al lugar donde residen: los titiriteros no son como ellos, pues no producen nada necesario.

El único pero que le pondría a la novela es que, me da la sensación, tuvo prisa por acabar la novela y deus ex machina hace que todo confluya para que así sea. No obstante, es una pequeña joya.





Pues bien; lo que yo quiero son realidades.”