viernes, 17 de junio de 2022

Francesco Pecoraro: La Avenida (***)

(529 pág.; Periférica)             (34; junio de 2022)

Este libro me lo regala Marisol por Reyes de este año y, aunque nada me dice ni su título ni la contraportada, cuando llega el turno de leerlo me engancha desde el primer párrafo, que habla del Hubble y, anticipo, termina el libro hablando del tiempo y la distancia de Plank; pero que no se asuste nadie por esto de física, pues es lo único de ella que aparece en el libro.

El narrador es un viejo, así se autodenomina, de setenta años que pasa revista a su presente (reuniones de viejos como él en el bar de la esquina hablando de todo para no callar), a su pasado personal (funcionario que no deseó serlo), al pasado de la zona donde vive (antiguo lugar de concentración de hornos para fabricar ladrillos).

Yo, que tengo un lustro menos que él de vejez (pues así también me considero, por mucho que digan que aún somos jóvenes), suscribo absolutamente todo lo que dice o explica, tanto del presente como del pasado, con el único ejercicio mental de trasladar la acción de su Península a la nuestra. El tono de crítica del narrador es como el de Marías en sus comentarios dominicales, es decir, de queja de la situación actual en cualquiera de sus miles de facetas, pues siempre hay alguna que no funciona o podría funcionar mejor (he sido optimista: hubiera podido decir que ninguna hay que funcione).

Es un estupendo libro que puede parecer una atractiva lección de historia del pasado siglo, pero que, a través de personajes como los que aparecen en los libros de Alexievich, crean un enorme y entretenido crisol de figurantes.




“El telescopio espacial Hubble lleva décadas orbitando alrededor de la Tierra, ha escrutado la negrura que llamamos Universo y ha elegido una porción más negra que las demás donde parecía que no había nada, un rectángulo de cielo cuyo lado más largo es algo así como una décima parte del diámetro del disco lunar visto desde aquí.”



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