sábado, 30 de septiembre de 2017

Joan Sales: El vent de la nit (**)

(240 pág.; Club Editor)                                  (48; agosto de 2017)
Cuando tengo un libro en papel no me parece mal buscarlo gratis en forma digital: el autor ya ha cobrado sus derechos y a mí me resulta más cómodo leerlo en ese formato. Así que cuando me regalaron el libro anterior lo busqué en catalán y así lo encontré. Lo que no sabía era que ese libro nació con menos de 400 páginas y llegó a tener 900, debido a la censura, en su momento, y a la propia editorial del autor. Ni tampoco sabía que el libro de esta entrada era la continuación (que también debía ser más larga) del anterior. En el prólogo que figura en la edición digital (que fue la décima de papel) su viuda da una explicación completa del porqué el libro debía salir con esta continuación, pero parece ser que la editorial se lo ha repensado y en la que me regalaron (décimo segunda) no incorpora este título. Sus derechos tendrán.
Después de esta digresión que dejé pendiente, he de confesar que creo que le hace un flaco favor a la historia anterior este largo final en el que el narrador lamenta estar vivo, echa en falta a los amigos que desaparecieron, habla con dios todo lo que no habla con los hombres y termina aburriendo a los que no necesitamos ese tipo de charla. Sí que es cierto que a través suyo y de otro personaje tan pesado como él, aunque de carácter totalmente contrario, se nos amplía algo la historia pasada, pero a mi parecer no tiene fuerza suficiente y el desarrollo del presente no tiene tanto interés. Me quedo con el final de Incerta glòria, aunque quede mucha historia por desvelar.




“Ho vaig saber per atzar, a causa de la meva relació amb un petit grup de monges catalanes que sobrevivien mig clandestinament tot esperant que les embarquessin cap a les Antilles; les enviaven ben lluny del país, les nostres pobres monges, a l’Amèrica, a l’Àfrica, a les Filipines.”


domingo, 24 de septiembre de 2017

Joan Sales: Incerta glòria (**/***)

(541 pág.; Club Editor)                       (47; agosto de 2017; en Suances)
Dijo Cain (el que no llevaba acento) que “el cartero siempre llama dos veces”, y con esta historia así me ha sucedido. Mi jefe fue a ver la película y me la recomendó porque reflejaba muy fielmente lo que sucedió al inicio de la Guerra Civil. Se lo agradecí, pero no hice nada por verla pues estoy cansado de esta guerra, de las mundiales, las actuales y sus efemérides (acaba de publicarse otro libro más sobre nuestra guerra: no debe ser difícil para un autor partir de ese marco y crear una historia, pero ¿añade algo más a todo lo dicho?). Volviendo a mi historia, el día de mi cumpleaños la familia P-B me regaló este libro y me hicieron conocedor de que su autor era el tío de un conocido nuestro. Además me lo regalaron en catalán y me va muy bien leer un libro en la que es mi segunda lengua materna (aunque la aprendí cuando llevaba muchos años destetado).
Con media docena de personajes principales y otra media de secundarios Sales construye una historia en el entorno del frente de Aragón en el inicio de la Guerra Civil. En el primer capítulo, a través de sus cartas un protagonista describe su situación y la de otros compañeros. En el segundo las cartas de su esposa nos ponen al corriente de la vida en común de esos amigos cuando eran universitarios pero, a mi parecer, es un sistema fallido que las cartas dirigidas a alguien relaten con tanto detalle lo que este dijo o hizo en compañía del autor de la carta con el propósito de que el lector se entere. El tercer capítulo es relatado por otro amigo de los dos anteriores y nos pone al corriente de hechos que no se han explicado o posteriores. Este personaje es el narrador de la continuación de esta novela y de la que ya hablaré.
A pesar de mi desinterés por ahondar en el tema no voy a negar que me ha gustado, pues como me dijo mi jefe, y por mis pocos conocimientos de los hechos que se relatan, refleja lo que sucedió. Esto en cuanto al marco en el que transcurre la historia; y en cuanto a esta, hay subhistorias muy interesantes y un par de personajes muy poderosos, de aquellos que apetece conocer su vida al completo. El final, que no lo fue realmente y ya explicaré porqué en el siguiente comentario, sorprende y es muy bueno.



“La meva salut es excel·lent, però estic carregat de romanços com una criatura malaltissa.”


sábado, 23 de septiembre de 2017

James Clavell: El rey de las ratas (***)

(448 pág.; Plaza & Janés)                  (46; agosto de 2017; en Suances)
He leído la mayoría de libros de este autor, algunos dos veces, y ya tenía ganas de repetir esta historia sobre la que hay una película, pero como en tantas ocasiones, no le hace ninguna justicia a la tensión dramática, por lo que no aconsejo su visión y sí su lectura, aunque es inencontrable en papel.
En un campo de prisioneros japonés en una isla del Pacífico se encuentran recluidos centenares de soldados americanos, británicos y australianos. Allí mandan los japoneses y no se avienen a cumplir con los convenios internacionales de los derechos de los prisioneros, pero no son los más poderosos del campo, sino que el rey del mismo es un simple cabo americano y así es como es conocido: King. El puede conseguir lo que ni el coronel japonés puede y vive mucho mejor que cualquiera que esté confinado en ese campo, incluidos los japoneses. Esta historia es una parábola sobre el poder con un final brillante e inesperado.




“Changi, en la punta este de la isla de Singapur, resplandecía bajó el cuenco de los cielos tropicales.”


domingo, 17 de septiembre de 2017

Borís Pasternak: Relatos (*/**)

(197 pág.; Alfaguara)  (45; agosto de 2017; en Bilbao)  (Premio Nobel 1958)
No pude encontrar en las librerías un libro de Pasternak ni en Amazon uno digital, así que me dediqué a algo que ya hace tiempo que no hago, el pirateo, y conseguí estos relatos que son bien extraños, pues aunque parecen independientes entre sí, luego leí que los escribió queriendo que fueran una unidad, aunque cambió los nombres a los protagonistas y, entre un relato y otro, también cambian algunos personajes. El poeta le pudo al autor y a mí me pudieron los dos con tremendo lío.
Los relatos que componen este volumen digital son: La infancia de Zhennia Liubers (Días largos, El desconocido), un relato sin título, La raya de Apeles y Vías aéreas.





Zhenia Liubers nació y se crió en Perm.”
La infancia de Zhennia Liubers


sábado, 16 de septiembre de 2017

Fernando Marías: Esta noche moriré (**/***)

(163 pág.; Alrevés)                            (44; agosto de 2017; en Huesca)
Me lo aconsejó Marisol e hizo muy bien, pues la frase que figura al pie de la portada es la inicial de la historia, como casi siempre, y no es falsa.
Un policía recibe una carta de un hombre que se suicidó dieciséis años atrás. En ella le explica cómo preparó su venganza contra él y se deleita detallándola, a pesar de que sabe que no la podrá disfrutar.
Si pasamos por alto alguna que otra cuestión organizativa o circunstancial difícil de prever, esta venganza descrita en la carta está muy bien hilvanada, por lo que el lector disfruta (tómese en un sentido restringido) de su lectura y de las dificultades que un plan trazado a tantos años vista pueda ser llevado a la práctica sin la presencia de su creador. El monólogo teatral basado en la novela es una vuelta de tuerca más a la historia y muy imaginativo. En resumen, lectura muy recomendable.




“Me suicidé hace dieciséis años.”


domingo, 10 de septiembre de 2017

Lewis Carroll: Alicia en el país de las maravillas, A través del espejo, La caza del Snark (**)

(391 pág.; Penguin Clásicos)                     (43; agosto de 2017; en Huesca)
Es casi imposible no haber oído nada de Carroll y menos de esta Alicia, pero como no lo había leído, y considero que es un clásico, se lo sugerí a Anna como mi regalo de cumpleaños y ella lo añadió al Cyrano. En esta edición no solo estaba la primera y segunda partes de la historia sino que, además, una especia de poema que Carroll escribió después de que se le ocurriera la frase final, es decir, construyó una historia para que finalizara con la frase que le vino a la cabeza en un paseo. El culmen de lo carrolliano.
Como no voy a explicar nada de la historia por su conocimiento general, diré que ya en los primeros capítulos de Alicia me pareció un tostón, que a pesar de leerlo a media mañana me entraba un sueño que no me lo provocan ni las píldoras que tomo para dormir, pero me empeñé en leerlo porque era corto. Luego seguí con el Snark y, como no me desagradó (aunque ya he dicho que todavía es más surrealista que las otras dos historias), seguí con A través del espejo. Creo que son dos historias para leerlas cuando se es adolescente o antes, incluso. He de resaltar su ingenio, su lógica ilógica o viceversa y la capacidad de improvisación del autor, pues fue una historia inventada mientras se iba explicando, y es por eso que la recomiendo a los jóvenes y a los no tan jóvenes si tienen curiosidad por lo que ha llegado hasta nuestros días con tanta fama, después de más de un siglo de haber sido escrito.
Y, con todo respeto, quiero resaltar que al final del libro hay un comentario de la obra de una afamada ensayista literaria, además de frases de otros críticos que ella trae a colación, que me han dejado más perplejo que el hecho de que una niña caiga por un agujero y se encuentre con ese increíble universo: se habla de la búsqueda del yo y el análisis freudiano, de que la historia trata sobre el falo (¿?), de brutalidad encubierta, de canibalismo, de crueldad desenfadada… No sé si tengo que volver a leer estos libros o ¡hacer que los vuelvan a leer estos sesudos críticos!




“Alicia empezaba ya a cansarse de estar sentada con su hermana a la orilla del río, sin tener nada que hacer: había echado un par de ojeadas al libro que su hermana estaba leyendo, pero no tenía dibujos ni diálogos.”


sábado, 9 de septiembre de 2017

Orhan Pamuk: Estambul (***)

(437 pág.; El País)  (42; agosto de 2017; en Huesca)  (Premio Nobel 2006)
Otra vez Pamuk, el primer libro que tuve de él y, en papel, el último por leer. Tenía ganas de leerlo y, a la vez miedo de que no me gustara, de que fuera todo sobre una ciudad a la que estuve a punto de ir y no pude por los atentados que se produjeron en ella poco antes de mi viaje, en otras palabras, de que me aburriera.
Pero es Pamuk y sabe explicar lo mucho que quiere a su ciudad mezclándolo con retazos de su vida, explicando historias de antes de que él naciera, relatando como era el Bósforo y sus mansiones, y contando pequeñas historias que conforman la Historia de Estambul. Es Pamuk.




“Desde niño me he pasado largos años creyendo en un rincón de la mente que en algún lugar de las calles de Estambul, en una casa parecida a la nuestra, vivía otro Orhan que se me parecía en todo, que era mi gemelo, exactamente igual a mí.”


domingo, 3 de septiembre de 2017

Pío Baroja: La busca (**)

(188 pág.; Salvat)                               (41; julio de 2017; en Huesca)
Me lo encontré en la calle y, como no lo había leído, lo cogí; así que repito autor. Esta colección RTV salió sobre los años setenta. Como siempre me ha gustado coleccionar libros envidiaba a un tío mío que los tenía todos. El no los ha leído y yo, entonces, tampoco lo habría hecho. Mejor así: solo tengo uno, pero está leído.
Esta es la primera parte de una trilogía llamada “La lucha por la vida” (parece ser que era aficionado a escribirlas). Es como el libro de McCourt, pero en Marid a caballo entre los siglos XIX y XX. Parece imposible elegir libros al azar y que tengan temáticas tan similares, es decir, penas y más penas. La diferencia con el que he mencionado es que se empieza a leer sin que sea tan duro y el protagonista es mayor. Baroja nos pasea por todas las calles de Madrid, pues va mencionando los recorridos que realizan sus personajes y, ya mediada la novela, me di cuenta de que los hacían caminando. Más de cien años después cuesta situarse en la realidad del pasado, así como no ir a buscar al diccionario decenas y más decenas de palabras que no sabemos su significado, a pesar de que aparecen en el diccionario.




“Acaban de dar las doce, de una manera pausada, acompasada y respetable, en el reloj del pasillo.”


sábado, 2 de septiembre de 2017

Lorenzo Mediano: El secreto de la diosa (**)

(470 pág.; DeBolsillo)                        (40; julio de 2017; en Huesca)
Cada vez tengo menos autores nuevos entre los que elegir lo que me obliga a leer libros que yo no escogería pero que, a su vez, me permiten leer historias que no leería por mí mismo. Y no es mal sistema.
La historia de este libro sucede hace diez mil años: las mujeres gobiernan el mundo, pues ellas son las que dan la vida y, por ende, las que pueden quitarla. Los hombres, antiguamente tan importantes porque cazaban y llevaban el alimento a la familia, ahora, debido a que la caza ha disminuido no tienen un lugar preponderante y tienen que doblegarse ante el matriarcado reinante, salvo que alguien descubra el secreto de la diosa y se puedan invertir los papeles. Interesante planteamiento que creo que pudo darse en la realidad.




“–Madre, no quiero morir.”