(437 pág.; El País) (42; agosto de
2017; en Huesca) (Premio Nobel 2006)
Otra vez Pamuk, el primer libro que tuve de él y, en
papel, el último por leer. Tenía ganas de leerlo y, a la vez miedo de que no me
gustara, de que fuera todo sobre una ciudad a la que estuve a punto de ir y no
pude por los atentados que se produjeron en ella poco antes de mi viaje, en
otras palabras, de que me aburriera.
Pero es Pamuk y sabe explicar lo mucho que quiere a su
ciudad mezclándolo con retazos de su vida, explicando historias de antes de que
él naciera, relatando como era el Bósforo y sus mansiones, y contando pequeñas
historias que conforman la Historia de Estambul. Es Pamuk.
“Desde niño me he pasado largos años creyendo en un rincón
de la mente que en algún lugar de las calles de Estambul, en una casa parecida
a la nuestra, vivía otro Orhan que se me parecía en todo, que era mi gemelo,
exactamente igual a mí.”
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