domingo, 26 de agosto de 2018

Tracy Chevalier: Criatures extraordinaries (**/***)


(364 pág.; La Magrana)                     (40; agosto de 2018; en Madeira)
Podía elegir entre esta o La joven de la perla, pero como de esta última ya tenía alguna idea, preferí estas Criatures, y me llevé una muy agradable sorpresa, pues no solo está bien escrita sino que la historia es interesante y, siendo real, fascinante a su vez.
Estamos a principios del XIX y Mary Anning es una muchacha que vive en Lyme Regis y que, para ayudar en la economía familiar, recoge conchas en la playa y en los acantilados. Esas piezas son compradas por los turistas, pero poco a poco va encontrando alguna que otra pieza mucho más rara o más grande y su medio de vida se convierte en una pasión que le lleva a hacer un descubrimiento que nadie había hecho hasta entonces y que pone a la historia bíblica contra las cuerdas.




“Els llamps m’han tocat tota la vida.”



sábado, 25 de agosto de 2018

Manuel Cerdán: Paesa: el espía de las mil caras (**)


(480 pág.; Plaza & Janés)                  (39; agosto de 2018; en Madeira)
Por las fechas en que vimos la película Marisol se compró el libro y me lo aconsejó, yo tomé buena nota y este mes le ha llegado su turno. La historia real es muy buena, pero Cerdán es periodista y, me parece a mí, ha ensamblado noticia tras noticia y ha creado esta novela, por lo que en repetidas ocasiones cuenta más de una vez lo mismo; e incluso, algo que ya ha explicado lo apostrofa con “eso era mentira”, cosa que el lector ya lo sabe. En resumen, en el libro hay más información que en la película, pero mejor esta que aquel; como excepción (que alguna hay).
La vida de Paesa se podría resumir diciendo que fue intensa, interesante, peligrosa, siempre en el límite, de película e increíble. Fue banquero, espía, playboy o gigoló, vendedor de armas, consejero político, blanqueador de dinero, estafador, falsificador, diplomático, y alguna cosa más que me dejo en el tintero. ¡Ah, sí: difunto renacido! Con varias vidas de la mayoría de personas no conseguiríamos hacer una tan interesante, novelísticamente hablando, como la suya. El tema Roldán, por lo que representó para aquel momento y en España centra la atención del libro, pero el asunto no fue baladí.




“Mayo de 2001.”


domingo, 19 de agosto de 2018

Stephen L. Carter: El consejo de palacio (**/***)


(608 pág.; Debolsillo)             (38; agosto de 2018; en Madeira)
Esta es la segunda novela que leo de este autor, abogado descendiente de africanos (para no hablar del color de su piel) y, al contrario que en la novela de Carr que he comentado en la entrada anterior, aunque también está basada en hechos históricos norteamericanos, concretamente entre los años cincuenta y setenta, la historia real no abruma sino que ayuda a que la de ficción sea más interesante, sobre todo para aquellos que ya tenemos unos ciertos conocimientos de lo que sucedió (es decir, edad). Aunque tengo aversión a los “bestsellers” me gusta encontrar aquellos en los que alguien se gana bien la vida y no aburre.
Estamos en Harlem y un abogado muy importante aparece asesinado. Poco a poco se nos va explicando cómo era la vida de los habitantes más acaudalados de ese conocido barrio de Nueva York y, a la vez, quienes eran los posibles candidatos a las altas esferas del poder en Washington, desde senadores hasta el posible presidente de Estados Unidos. Aunque parezca que entre ambas localidades no haya una clara conexión, en los años en que transcurre la historia, Harlem no era el barrio marginal que aparece en las películas y la clase acomodada afroamericana residía allí y, además, tenía relaciones económicas y sociales con la clase dirigente que, obviamente, era blanca. Una interesante e instructiva novela de intriga.



“El abogado estaba nervioso, lo cual no era frecuente.”


sábado, 18 de agosto de 2018

Caleb Carr: El alienista (**)


(748 pág.; Ediciones B)                      (37; agosto de 2018; en Madeira)
Un par de días antes de irnos de vacaciones a Madeira comencé a leer este libro. Marisol me había dicho cuando lo leyó que no le había gustado, ahora le parecía que no había terminado de leerlo. En cualquier caso, y sin decir que no vale la pena leerlo, sí que hay que aclarar que es un poco pesado, pues el autor, que es historiador, nos ha querido recrear la Nueva York de finales del XIX y principios del XX, con sus calles, sus medios de transporte, su organización policial, la moral de esa sociedad; el estado de la psiquiatría (alienista: el que trata a los alienados) y la psicología; y, sobre todo, el método científico aplicado a la investigación policial.
La aparición del mutilado cuerpo de un joven dedicado a la prostitución hace que el comisario jefe, que en el futuro será el primer presidente Roosevelt, encargue a un equipo interdisciplinar la búsqueda del asesino. Entre ellos habrá un alienista y un periodista que fueron compañeros suyos de estudio y dos sargentos de la policía que comienzan a aplicar técnicas que aún no están reconocidas judicialmente pero que, por otra parte, ofrecen mucha más información de la que se tiene sin ellas.




“Theodore está en la tumba.”



sábado, 4 de agosto de 2018

Ricardo Palma: Tradiciones peruanas (***)


(350 pág.; Aguilar)                             (36; julio de 2018)
Como ya dije cuando leí las primeras trescientas cincuenta páginas de este libro, lo empecé a leer antes de la adolescencia, pero a la vista de las historias que recuerdo lo debí hacer saltando aquellas que no me parecieron interesantes, pues la gran mayoría me son desconocidas. No obstante, y como ejemplo lo he puesto al pie de la foto, recordaba esa historia que está muy cerca de la página setecientos, por lo que no hay duda de que, por lo menos, llegué hasta aquí.
Es un libro difícil de leer seguido, pues la letra es muy pequeña, pero ello no es óbice para que siga pareciéndome tan divertido y entretenido como lo recordaba. Ya estoy acabando el siglo dieciocho, por lo que ya he leído la mayoría de las tradiciones relativas a los virreyes entre los que se cuenta un antepasado de mis hermanos: el conde de la Monclova. Fue el virrey que más duró en el cargo: dieciséis años y no lo deja nada malparado. Además de lo acontecido a los virreyes, sigue hablando del clero (el otro gran poder), de las bellas limeñas y la cantidad de corazones que se rompieron o unieron, de insurrecciones y de las toneladas de metales preciosos de salieron de Perú hacia España y todo ello salpicado de refranes y frases divertidas.




“Lima, como todos los pueblos de la Tierra, ha tenido (y tiene) un gran surtido de tipos extravagantes, locos mansos y cándidos.”
El obispo Cicheñó