sábado, 18 de agosto de 2018

Caleb Carr: El alienista (**)


(748 pág.; Ediciones B)                      (37; agosto de 2018; en Madeira)
Un par de días antes de irnos de vacaciones a Madeira comencé a leer este libro. Marisol me había dicho cuando lo leyó que no le había gustado, ahora le parecía que no había terminado de leerlo. En cualquier caso, y sin decir que no vale la pena leerlo, sí que hay que aclarar que es un poco pesado, pues el autor, que es historiador, nos ha querido recrear la Nueva York de finales del XIX y principios del XX, con sus calles, sus medios de transporte, su organización policial, la moral de esa sociedad; el estado de la psiquiatría (alienista: el que trata a los alienados) y la psicología; y, sobre todo, el método científico aplicado a la investigación policial.
La aparición del mutilado cuerpo de un joven dedicado a la prostitución hace que el comisario jefe, que en el futuro será el primer presidente Roosevelt, encargue a un equipo interdisciplinar la búsqueda del asesino. Entre ellos habrá un alienista y un periodista que fueron compañeros suyos de estudio y dos sargentos de la policía que comienzan a aplicar técnicas que aún no están reconocidas judicialmente pero que, por otra parte, ofrecen mucha más información de la que se tiene sin ellas.




“Theodore está en la tumba.”



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