sábado, 23 de noviembre de 2013

Patrick Süskind: El perfume (***)

(237 pág.; Seix Barral)                                              (70; noviembre de 2013)
Cuando fue publicada esta novela allá por los años ochenta de nuestra era, es decir, el siglo XX, la empecé a leer, pero por algún motivo que ahora no recuerdo se quedó en las primeras páginas, por lo que desde hace años tenía interés en leerla para saber si la había dejado porque no me gustaba o a factores externos.
El caso es que ya la he leído, y sólo por el principio ya merece ser aconsejada: la descripción del nacimiento del protagonista y el desenlace de dicho suceso te deja sin aliento; pero, a continuación, una mujer explica porqué quiere dejar de amamantar al niño y crea en torno al personaje, más que una sensación de indefensión del infante, un miedo en los adultos debido a su naturaleza. ¡Y sólo es un niño!
A qué se dedica cuando crece y debido a qué es mejor leerlo en la novela, pues su ritmo y palabras no puedo intentar reproducirlas, pero no tengo duda que será una lectura gratificante, ya que la idea de Süskind es muy original, muchísimo, y el detalle con el que explica la profesión del protagonista o los métodos para conseguir los productos propios de dicha profesión (que aunque pueda ser obvio nadie dirá que aquí se desvelan) no dejan de ser todo un mundo nuevo para la mayoría de los lectores, pues no se acostumbran a tener ese tipo de conocimientos, y si se poseen no se habrán leído en un libro como este, que contiene unas descripciones tan detalladas y realistas del siglo XVIII que hace que te sientas trasladado al centro mismo de la acción. ¡Este perfume es de los más baratos que puedes encontrar hoy en el mercado y el que te dejará más cautivado por su esencia!




“En el siglo XVIII vivió en Francia uno de los hombres más geniales y abominables de una época en que no escasearon los hombres abominables y geniales.”

eBook: correcto.


domingo, 17 de noviembre de 2013

John Steinbeck: La Taza de Oro (*/**)

(223 pág.; El País)      (69; noviembre de 2013)       (Premio Nobel 1962)
“En 1929 escribió su primera novela, La Copa de Oro (Cup of gold: A life of Sir Henry Morgan, Buccaneer, with Occasional Reference to History), una historia de ficción histórica basada en la vida de Henry Morgan, que no tuvo éxito.” (Wikipedia, salvo la negrita que es mía).

He preferido comenzar con una voz diferente a la mía pero, ¡mira por dónde!, comparte mi propia opinión. No puede tener éxito una novela que no ahonda ni en los personajes, ni en las acciones, militares o no, que este emprende, ni tampoco describe con detalle las situaciones históricas. Relata que Morgan nació en Inglaterra y que siendo adolescente se marchó de su casa para hacerse bucanero. Fue esclavo durante cinco años y liberado persiguió su sueño. Lo alcanzó y después de unos éxitos decidió atacar la ciudad de Panamá que por aquél entonces era muy rica, pues almacenaba el oro que los españoles traían a la península. Un par de sucesos más y Sir Henry Morgan muere como todo bicho viviente.

Acabo de hacer un resumen de la vida del susodicho Morgan, bucanero, y con leves pinceladas referentes a la historia (yo soy más humilde y la escribo en minúscula). Si ahora fuera capaz de escribir obras como De ratones y de hombres, Las uvas de la ira y Al este del Edén, podría quedarme sentado esperando el Premio Nobel de Literatura. Como no es el caso, pondré a Steinbeck en el dique seco, y de aquí a mucho tiempo leeré una de sus obras importantes y me reconciliaré con él. Otra cosa es El País que se atreve a poner este libro en la colección Novela Histórica, aunque pase por ser la primera que falla después de varias buenas o muy buenas.




“El viento llevaba toda la tarde filtrándose por los pequeños valles galeses, anunciando al mundo la llegada del invierno desde el polo; y el río llevaba el leve plañido de hielo nuevo.”
eBook: salvo al principio que le falta alguna línea o palabra, bien.


sábado, 16 de noviembre de 2013

Alice Munro: Las lunas de Júpiter (**/***)

(296 pág.; eBook)       (68; noviembre de 2013)       (Premio Nobel 2013)
Leyendo este libro me venían a la cabeza los cuentos de Chéjov (¡cómo no! si es llamada la “Chéjov” canadiense), Elfried Jelinek y Herta Müller. Con ello no pretendo decir que tengan el mismo estilo, pues no entiendo lo suficiente como para afirmarlo, pero el poso que dejan las historias de la última ganadora del Premio Nobel es el mismo que me dejaron los libros que leí de los tres escritores mencionados y también ganadoras las dos del mismo premio.
Las mujeres de las historias de estas lunas explican sus vivencias de una forma lisa, sin altibajos ni sobresaltos, avanzando en su cronología como los que vivimos en estos momentos nuestras vidas podríamos explicarlas de aquí a veinte o cuarenta años: no existe la intensidad del momento en que se vivió, ni el ansia ni la desazón, pero sí que queda el resultado de la relación con lo sucedido o con las personas de las que podríamos hablar. Curiosamente, los finales de estas historias son abruptas y chejovianas: bien, lo que se dice bien, no acaba ninguna; aunque no pueda decirse que sean dramáticos o traumáticos.
Quizá porque serían los mismos finales que podríamos explicar de las situaciones en las que nos hemos visto en nuestra vida es lo que hace a estas historias desapacibles; reales, demasiado reales. Y eso se debe a la habilidad de la autora al escribirlas.




“La prima Iris de Filadelfia era enfermera, la prima Isabel de Des Moines tenía una floristería, la prima Flora de Winnipeg era profesora, la prima Winifred de Edmonton, contable.”
Los Chaddeley y los Fleming

eBook: perfecto                                             Amazon


domingo, 10 de noviembre de 2013

Alexandr Soljenitsin: Un día en la vida de Ivan Denísovich (**)

(155 pág.; Plaza & Janés)     (67; noviembre de 2013; en Huesca)     (Premio Nobel 1970)
Cuando era joven leí Archipiélago Gulag y quedé impresionado de cómo podían ser tratadas las personas en Rusia, máxime teniendo en cuenta que eran los más preparados, aunque críticos a la dictadura, los que terminaban en esos campos de trabajo, que no eran más que campos de exterminio.
El día de la novela que nos ocupa empieza a las cinco de la mañana, con una temperatura que a los osos polares les parecería fría, cuando el personal del campo se prepara para ir a trabajar. Iván Denísovich va explicando cómo se encuentra, cuáles son sus estrategias para soportar el frío, la falta de comida e, incluso, la falta de herramientas para el trabajo que deben realizar. Trabajo que unos equipos deshacen el realizado por otros, en parte para poder subsistir, en parte por una falta total de dirección. Todo ello aderezado por las revisiones que se les va haciendo, tanto para salir de la prisión, como a la hora de entrar, y las dos o tres que se pueden hacer antes de ir a dormir a las once de la noche con el estómago caliente si has tenido la suerte de llegar de los primeros al barracón de la cocina.
Si no se ha leído ninguna obra de este autor, esta novela corta, o mejor relato largo, puede ser una buena manera de conocer parte de su vida, y ya se tendrá tiempo de leer El primer círculo, en referencia al infierno de Dante o el Pabellón de cáncer, para conocer de primera mano el trato que recibían los que padecían esa enfermedad, como le sucedió al propio autor.




“A las cinco de la mañana, como siempre, resonó el toque de diana: un golpe dado con un martillo en un carril de la barraca central.”

eBook: correcto.


sábado, 9 de noviembre de 2013

Ignacio Aldecoa: Gran Sol (**)

(201 pág.; eBook)                                          (66; noviembre de 2013; en Huesca)
En algún Babelia de El País salió una pequeña lista de autores españoles que debían ser conocidos y leídos, por lo que pasaron a engrosar mi lista de autores a leer que no es tan pequeña, pero al final todo llega y este ya ha caído.
Mientras leía este relato de pescadores de alta mar, que se pasan varios meses luchando contra los elementos, es decir, los naturales como el mar, el viento, si hay pesca o no la hay; también tienen que luchar contra los humanos: una docena de hombres encerrados en un pequeño espacio, sin más medios a su favor que los que tuvieron a bien coger cuando zarparon y que no se hayan agotado, con las rarezas de cada uno, las chanzas, la envidia; en fin, todo aquello que nos caracteriza como reyes de la creación, pero en una olla a presión: si no hay buena pesca, el desánimo; si la hay, un trabajo inhumano.
El estilo sobrio de la narración, definiendo bien a los personajes por su carácter, está plagado de palabras propias de la labor de estos hombres, llegando al punto de no entender de qué se habla si no se busca la palabra en el diccionario. Tanto es así, que considero que la narración se ralentiza por su masiva utilización. Llegué a pensar que el autor había faenado en un barco pesquero, pero no me ha parecido cierto leyendo una reseña de su biografía, por lo que, aunque en la novela sea un lastre, admiro su profundo conocimiento. La pregunta es: ¿se puede leer y disfrutar pasando por alto la ignorancia de tantos términos? Yo no lo hice así, pero quizá dentro de unos años vuelva a leerla y no me preocupe de las palabras que no conozca.



“EL sureste lento, cálido, hondo, picaba las aguas de la dársena.”

eBook: perfecto.                                            Amazon


domingo, 3 de noviembre de 2013

William Somerset Maugham: El filo de la navaja (**/***)

(398 pág; El País)                                           (65; octubre de 2013)
El segundo libro que leo de él y quizá su título más conocido y curioso, diría yo después de leerlo, y el que la lea sabrá porqué, aunque no tenga mayor importancia.
Maugham aparece, ya no detrás del tullido protagonista de Servidumbre humana, sino con su propio nombre y relatando los sucesos de media docena de personas de una familia y algunas más durante los locos años veinte en Europa e industriosos en Estados Unidos, hasta que todos despertamos de ese sueño que fue pesadilla, ahora hace ochenta y cuatro años exactamente.
Esta familia adinerada americana termina viviendo en París en casa de un rico tío, que salió de Estados Unidos con lo justo, pero supo hacerse un sitio entre los adinerados, los nobles y los reyes venidos a plebeyos que veraneaban en la Costa Azul y que, con el cambio de estación, estaban a caballo entre las fiestas de París y las de Londres. ¡Un no parar, vamos!
Maugham va conociendo a los miembros de esta familia y va relatando sus situaciones personales y, a su vez, al que, según el propio Maugham, da sentido a esta novela: a un muchacho americano que después de volver de la Primera Guerra Mundial prefiere “malvivir” con la exigua pensión que tiene y encontrar un sentido a la vida, que ponerse a trabajar sin más objetivo que hacer lo que hacen los demás.
Entre las opiniones y vivencias tan particulares de este último y las suntuosas fiestas en las que participa la familia de la que él es buen amigo, va transcurriendo esta historia en la que el autor, más que tomar partido por alguna de las encontradas posturas de afrontar la vida de estos personajes, quiere dejar constancia de lo que tuvo conocimiento, aunque al final deje ir un par de líneas en las se trasluce su sentir. Sin duda, una lectura muy recomendable.



“Nunca he dado principio a una novela con tanto recelo.”

eBook: con unos leves fallos.                        http://www.quedelibros.com/


viernes, 1 de noviembre de 2013

Rainer Maria Rilke: Obra poética completa y siete cuentos (*)

(34 leídas de 629 pág.; eBook)                      (64; octubre de 2013)
Cada veinte libros leo uno de poesía y me alegré cuando encontré la obra poética completa de Rilke en Amazon, pues tenía muchas ganas de leer algo de este escritor que es mencionado en algunas de las novelas que he leído como un autor de culto y que una persona culta debe haber leído.
Puedo asegurar que si esta última aseveración es cierta no tengo nada de persona culta (y no es la primera vez que lo compruebo), pues no he leído más que dos poesías y dos relatos y no me ha interesado lo más mínimo; es más, es que no he entendido sus poesías, y no me ha gustado su prosa.

Obviamente, cuando digo que no he entendido su poesía me refiero a que las palabras una tras otra las conozco, pero el conjunto de ellas no sé lo que quiere decir. Y en cuanto al relato completo que leí, Annuchka, sería propio de Poe si hubiera explicado más las situaciones por la que pasan los personajes, si sus frases estuvieran más ligadas unas con otras o fueran más largas, no sé expresarlo mejor; pero, en resumidas cuentas, yo no estoy suficientemente cultivado para leer a Rilke. ¡Lástima, porque tenías muchas ganas!





“Aquel verano, la señora Blaha, esposa de un pequeño funcionario del ferrocarril de Turnan, Wenceslas Blaha, fue a pasar algunas semanas en su pueblo natal.”
Annuchka


eBook: con algunos fallos y un par de cuentos repetidos.                                      Amazon