domingo, 10 de noviembre de 2013

Alexandr Soljenitsin: Un día en la vida de Ivan Denísovich (**)

(155 pág.; Plaza & Janés)     (67; noviembre de 2013; en Huesca)     (Premio Nobel 1970)
Cuando era joven leí Archipiélago Gulag y quedé impresionado de cómo podían ser tratadas las personas en Rusia, máxime teniendo en cuenta que eran los más preparados, aunque críticos a la dictadura, los que terminaban en esos campos de trabajo, que no eran más que campos de exterminio.
El día de la novela que nos ocupa empieza a las cinco de la mañana, con una temperatura que a los osos polares les parecería fría, cuando el personal del campo se prepara para ir a trabajar. Iván Denísovich va explicando cómo se encuentra, cuáles son sus estrategias para soportar el frío, la falta de comida e, incluso, la falta de herramientas para el trabajo que deben realizar. Trabajo que unos equipos deshacen el realizado por otros, en parte para poder subsistir, en parte por una falta total de dirección. Todo ello aderezado por las revisiones que se les va haciendo, tanto para salir de la prisión, como a la hora de entrar, y las dos o tres que se pueden hacer antes de ir a dormir a las once de la noche con el estómago caliente si has tenido la suerte de llegar de los primeros al barracón de la cocina.
Si no se ha leído ninguna obra de este autor, esta novela corta, o mejor relato largo, puede ser una buena manera de conocer parte de su vida, y ya se tendrá tiempo de leer El primer círculo, en referencia al infierno de Dante o el Pabellón de cáncer, para conocer de primera mano el trato que recibían los que padecían esa enfermedad, como le sucedió al propio autor.




“A las cinco de la mañana, como siempre, resonó el toque de diana: un golpe dado con un martillo en un carril de la barraca central.”

eBook: correcto.


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