(398 pág; El País) (65;
octubre de 2013)
El segundo libro que leo de él y
quizá su título más conocido y curioso, diría yo después de leerlo, y el que la
lea sabrá porqué, aunque no tenga mayor importancia.
Maugham aparece, ya no detrás del
tullido protagonista de Servidumbre
humana, sino con su propio nombre y relatando los sucesos de media docena
de personas de una familia y algunas más durante los locos años veinte en
Europa e industriosos en Estados Unidos, hasta que todos despertamos de ese
sueño que fue pesadilla, ahora hace ochenta y cuatro años exactamente.
Esta familia adinerada americana
termina viviendo en París en casa de un rico tío, que salió de Estados Unidos
con lo justo, pero supo hacerse un sitio entre los adinerados, los nobles y los
reyes venidos a plebeyos que veraneaban en la Costa Azul y que, con el cambio
de estación, estaban a caballo entre las fiestas de París y las de Londres. ¡Un
no parar, vamos!
Maugham va conociendo a los miembros
de esta familia y va relatando sus situaciones personales y, a su vez, al que,
según el propio Maugham, da sentido a esta novela: a un muchacho americano que
después de volver de la Primera Guerra Mundial prefiere “malvivir” con la
exigua pensión que tiene y encontrar un sentido a la vida, que ponerse a
trabajar sin más objetivo que hacer lo que hacen los demás.
Entre las opiniones y vivencias tan
particulares de este último y las suntuosas fiestas en las que participa la
familia de la que él es buen amigo, va transcurriendo esta historia en la que
el autor, más que tomar partido por alguna de las encontradas posturas de
afrontar la vida de estos personajes, quiere dejar constancia de lo que tuvo
conocimiento, aunque al final deje ir un par de líneas en las se trasluce su
sentir. Sin duda, una lectura muy recomendable.
“Nunca he dado principio a una
novela con tanto recelo.”
eBook: con unos leves fallos. http://www.quedelibros.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario