domingo, 28 de junio de 2020

Stevenson, D.E.: El libro de la señorita Buncle (***)

(384 pág.; Alba)                                  (26; junio de 2020)

Ya hará dos o tres años que Josep M. me aconsejó este libro y, aunque ha estado en la bodega todo este tiempo, no ha caído en el olvido. Para mi sorpresa, cuando lo iba a adquirir en Amazon, resultaba que Marisol ya lo había hecho y leído, así que me puse manos a la obra y tardé bien poco en concluirla, ya que es muy bueno. Un divertido libro cuya lectura puede recordar otro que también describe a los habitantes de un pueblo, pero con un todo más ácido y menos amable que este. Me refiero a Una vacante imprevista.

Como ya he anticipado, la historia va de contar las vidas de una docena y media de personajes que viven en un pueblo, pero se hace a través de un libro que ha escrito una vecina, tal y como se indica en el título del libro que estamos leyendo nosotros, no el de la Srta. Buncle. Espero que haya quedado claro. En el libro de la Srta. Buncle aparecen retratados con otros nombres todos sus vecinos y, aunque están descritos de una forma que son caricaturas de sí mismos, no son tratados despectivamente ni sarcásticamente, pero no todos soportan verse retratados tal y como son, por tanto, la comedia está servida para los lectores del libro que describe la historia del libro de la Srta. Buncle, claro.





“Una magnífica mañana de verano el sol asomó la nariz entre las colinas y dirigió su mirada al valle de Silverstream.”



sábado, 27 de junio de 2020

George Sand: Cuentos de una abuela (*/**)

(188 pág.; Trama)                              (25; junio de 2020)

Que George Sand era una señora y fue la amante de Chopin lo sé desde la adolescencia y, ahora que me encuentro con un libro comprado por Marisol, del cual no se acuerda de haberlo hecho, veo una oportunidad para acercarme a su literatura. Pero el resultado no ha sido todo lo halagüeño que hubiera deseado. Los cuentos de la abuela han quedado muy anticuados, demasiado para perder el tiempo con ellos.

Con una salvedad: deja patente en estos tres cuentos el deseo de que las mujeres tuvieran las mismas oportunidades que los hombres de conseguir una buena educación, o cuando menos, una que fuera suficiente. Lo cual es encomiable.





“En lo más recóndito de una agreste región llamada por entonces provincia de Gévaudan, se hallaba el castillo abandonado de Cumbrecorva, solo en aquel desierto de bosques y montañas.”

El castillo de Cumbrecorva



domingo, 21 de junio de 2020

Eugen Ruge: En tiempos de luz menguante (***)

(400 pág.; Anagrama)                        (24; junio de 2020)

El hecho de que Marisol compre libros al por mayor y yo los haya añadido a los de papel de la biblioteca hace que me encuentre con ejemplares que no conozco, además de autores y pequeñas joyas como la presente. La suerte está en elegirlos entre, todavía, tanta oferta que me ofrece nuestra biblioteca (eufemismo, pues yo solo soy el bibliotecario de los libros de Marisol).

La familia a la que se refiera el título, y que me ha traído de cabeza toda la novela debido a que hay tres o cuatro generaciones comenzando por los abuelos de uno y otro lado, provienen de Rusia y Alemania y, algunos de sus miembros se vieron obligados a emigrar debido a las vicisitudes del tormentoso inicio del siglo XX. Está escrita dando saltos, para mí verdaderos tumbos, en el tiempo, yendo de atrás para adelante y viceversa y explicando las circunstancias vividas por los personajes de ese momento.

Aunque por el párrafo anterior pueda parecer que su lectura es complicada, el problema es mío por la falta de memoria, pero, no obstante, las historias que va contando son tan interesantes que aunque no se pueda seguir totalmente, es un placer leerlas porque los personajes son verdaderamente singulares, a la par que el momento en el que transcurren. Vale la pena zambullirse en el maremágnum de esta familia.





“Dos días había estado tirado como un muerto en el sofá de piel de búfalo.”



sábado, 20 de junio de 2020

Ernesto Sabato: El túnel (***)

(113 pág.; Seix Barral)                                   (23; mayo de 2020)

Quiero leer Abaddón el exterminador y en su primera frase advierte de que es importante haber leído antes el libro Sobre héroes y tumbas, que es su segunda novela, y yo entiendo que la primera también tiene que ver con la trama y aquí me ves leyendo esta que no tiene nada que ver, pero que es estupenda.

El personaje principal es un pintor paranoico, pues basta con leer la primera frase del libro que figura al pie de la imagen para darse cuenta de que no está muy bien, que ha conocido a una mujer en una exposición de sus cuadros, pero con la que no ha cruzado ni una palabra. Las siguientes semanas desea volver a verla y cuando sucede no sabe qué decirle, pero quedan para verse nuevamente. A partir de aquí la relación entre ellos dos será cada vez más absorbente por parte de él hasta el desenlace fatal ya anunciado.

La novela me ha sorprendido muy gratamente, pues Anna me comentó que no le había gustado nada y Josep M. me había dicho que la de Abaddón era horrorosa, por lo que yo no creía que fuera a gustarme, así que la lectura ha sido doblemente satisfactoria. Ya veremos en las dos siguientes.





“Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; supongo que el proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores explicaciones sobre mi persona.”



domingo, 14 de junio de 2020

Robert Musil: Las tribulaciones del estudiante Törless (*)

(100 leídas de 235 pág.; El País)                                (22; mayo de 2020)

Hace más de ocho años y mil páginas después valoré con una sola estrella al hombre de este autor, por lo que no debería haber leído nada más de él, pero como cada año elijo a un autor de los que están en el dique seco a fin de darle una segunda oportunidad y, como este libro me apetecía, pues prometía una historia entretenida y en la que se desgranaran costumbres de un siglo atrás, más o menos, no pude resistir la tentación. Debería haber podido: no había llegado a la mitad del libro que ya hacía rato que me arrastraba entre las tediosas líneas creadas por Musil; todo lo que creí que prometía la portada era una ensoñación mía; este autor es muy aburrido, mucho. Ha conseguido su segunda estrella solitaria.

El estudiante Törless es un adolescente que ha estado siempre bajo el paraguas de sus padres, supongo, pues no es que se aclare mucho en el inicio del libro, y va a parar a una escuela militar para seguir sus estudios. El contacto con sus camaradas, más o menos de su edad, pero con sus propias vivencias, deseos y gustos, hará que su mundo se amplíe, a pesar de que es un muchacho solitario que prefiere dedicarse a pensar sobre la vida y su propio universo. Y el que quiera saber más que lo lea y me cuente. Gracias.





“Una pequeña estación de ferrocarril del tramo que conduce a Rusia.”



sábado, 13 de junio de 2020

Nikolai Gogol: El capote (**/***)

(100 pág.; Nórdica Libros)                             (21; mayo de 2020)

Tenía anotado este libro como interesante de ser leído y Anna me lo regaló por mi cumpleaños del pasado año. La edición es magnífica, con una buena calidad de papel y unos divertidos dibujos, como puede verse por el de la portada. Lo leí en formato digital porque Marisol también lo había comprado, pero luego pasé cada una de sus páginas para ver las imágenes. Después de la rueda, el libro puede que sea el invento más perdurable en su diseño y el más placentero para los sentidos y si, además, no te molesta trastear con ellos, entonces no tiene comparación. ¡Qué buen regalo!

El capote del título es la prenda que desea un pequeño funcionario del estado ruso ya que el que tiene está muy viejo y que después de ahorrar mucho, y mirar con el sastre que se lo iba a confeccionar dónde compraba cada uno de los elementos que lo componen, consigue estrenarlo, pero no todo saldrá como él esperaba. Casi doscientos años nos separan de la realidad que describe Gogol en este cuento, una eternidad, pero sigue siendo interesante conocerla por lo bien contada que está.





“En el departamento… pero será mejor no nombrarlo.”



domingo, 7 de junio de 2020

Rosa Ribas: La detective miope (**)

(288 pág.; Debolsillo)                         (20; mayo de 2020)

Este libro digital está en una de las estanterías de la letra R y, como no he leído nada de Ribas y Marisol ha comprado varios libros de ella me decanto por este. Es una novelita amable con tintes de intriga que queda muy lejos de ser “negra” tal y como dice la frase publicitaria de La Vanguardia que aparece en la portada del libro. Mientras la leía, y salvando las distancias, me acordaba de la detective de la novela de McCall Smith que leí en octubre pasado, por la forma de resolver los misterios que van apareciendo a lo largo de la historia.

La protagonista de la novela, que va aumentando sus dioptrías a lo largo de la misma, había sido detective privado y vuelve a serlo debido a que asesinaron a su marido e hija. Se entera de que con media docena de personas se puede conocer a cualquier otra y, con esa premisa, considera que sus seis primeros casos le irán llevando hacia el asesino de sus familiares. Pobre argumento, pero aceptado este, graciosa resolución. Recomendable a secas, para pasar un buen rato sin mayores complicaciones.





“Muchos detectives privados son ex policías.”




sábado, 6 de junio de 2020

Olga Tokarczuk: Sobre los huesos de los muertos (***)

(240 pág.; Siruela)         (19; mayo de 2020; Premio Nobel 2018-2019)

En 2019 esta autora ganó el Premio Nobel de ese año junto con el del año anterior que no se entregó, de ahí que no sepa exactamente cuál es el que ganó ella. Cuando fui a Amazon a comprar un ejemplar suyo me encontré conque Marisol se me había adelantado y ahora es cuando yo he podido leerlo y, con gran satisfacción para mí, con un resultado bien diferente al de su compañero de premio.

La protagonista es una mujer mayor (no sé si se indica la edad, pero esa es la impresión que tengo) que vive en una casa medio aislada en un monte en Polonia, al igual que una docena más de casas, y lejos del pueblo del que dependen. Es una mujer que se preocupa de la naturaleza, de los animales, que a cambio de una pequeña suma vigila que no suceda nada en las casas de sus vecinos que viven en otra localidad y que solo las usan en verano, pues los inviernos son, climatológicamente hablando, muy duros. También está muy interesada en la astrología y, cuando aparece un vecino suyo muerto, lo primero que le interesa es conocer la fecha de nacimiento para comprobar si ya estaba escrito en su carta astral.

La novela, que catalogaría dentro del género de intriga, es más que eso, por lo que el lector interesado en ella se ha de enfrentar a una escritura sencilla, pero más interesada en describir la vida de la protagonista, de forma pausada y detallada, que en ir a relatar un fallecimiento y su motivo. El hecho de que la conservación de la naturaleza sea la principal preocupación de la mujer también hace que la acción de suspense sea secundaria, otro inconveniente para aquel que espere un texto ágil en la narración de hechos policiacos.  No obstante, si decide leer este libro, se encontrará una historia de intriga en la que lo importante es preguntarse porqué el hombre caza animales sin necesidad.





“He llegado a una edad y a un estado en que cada noche antes de acostarme debería lavarme los pies y arreglarme a conciencia por si tuviera que venir a buscarme la ambulancia.”