sábado, 6 de junio de 2020

Olga Tokarczuk: Sobre los huesos de los muertos (***)

(240 pág.; Siruela)         (19; mayo de 2020; Premio Nobel 2018-2019)

En 2019 esta autora ganó el Premio Nobel de ese año junto con el del año anterior que no se entregó, de ahí que no sepa exactamente cuál es el que ganó ella. Cuando fui a Amazon a comprar un ejemplar suyo me encontré conque Marisol se me había adelantado y ahora es cuando yo he podido leerlo y, con gran satisfacción para mí, con un resultado bien diferente al de su compañero de premio.

La protagonista es una mujer mayor (no sé si se indica la edad, pero esa es la impresión que tengo) que vive en una casa medio aislada en un monte en Polonia, al igual que una docena más de casas, y lejos del pueblo del que dependen. Es una mujer que se preocupa de la naturaleza, de los animales, que a cambio de una pequeña suma vigila que no suceda nada en las casas de sus vecinos que viven en otra localidad y que solo las usan en verano, pues los inviernos son, climatológicamente hablando, muy duros. También está muy interesada en la astrología y, cuando aparece un vecino suyo muerto, lo primero que le interesa es conocer la fecha de nacimiento para comprobar si ya estaba escrito en su carta astral.

La novela, que catalogaría dentro del género de intriga, es más que eso, por lo que el lector interesado en ella se ha de enfrentar a una escritura sencilla, pero más interesada en describir la vida de la protagonista, de forma pausada y detallada, que en ir a relatar un fallecimiento y su motivo. El hecho de que la conservación de la naturaleza sea la principal preocupación de la mujer también hace que la acción de suspense sea secundaria, otro inconveniente para aquel que espere un texto ágil en la narración de hechos policiacos.  No obstante, si decide leer este libro, se encontrará una historia de intriga en la que lo importante es preguntarse porqué el hombre caza animales sin necesidad.





“He llegado a una edad y a un estado en que cada noche antes de acostarme debería lavarme los pies y arreglarme a conciencia por si tuviera que venir a buscarme la ambulancia.”



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