domingo, 27 de marzo de 2022

Robert L. Stevenson: Olalla (*/**)

(49 pág.; -)                  (16; marzo de 2022)

Josep M. escoge este libro de Stevenson para el número veinte del CLC y me dedico a él después del de Machado: el que hoy comento no sale bien parado después de su lectura, a pesar de que ambos son bien cortos. También lo son los de Poe y, a mi parecer, son superiores a este. El cuento de terror es difícil, y cuanto más tiende a la novela más difícil, pues considero que este género, al igual que el humor, es muy propio de la persona y su entorno; es decir, un chiste no hace la misma gracia, o no se entiende igual, aquí que en las antípodas y al terror, sobre todo escrito, le sucede lo mismo.

Y más si la historia en sí no se explica suficientemente ni al principio ni en el desarrollo: un soldado británico viene a España a recuperarse y se aloja en la mansión de una familia que había sido importante y ahora apenas puede subsistir. Le atiende el hijo, que parece no tener muchas luces, de la señora de la casa, y tarda en conocer a esta como a su hija, de la que se siente enamorado antes de conocerla.

Tanto el autor como esta obra están muy bien considerados, por lo que el equivocado soy yo, pero a mí no me ha cautivado en absoluto.




“—Mi misión —dijo el doctor— está ya cumplida, y puedo afirmar con orgullo que bien cumplida.”



viernes, 25 de marzo de 2022

Platón: Obras completas - IV (**)

(leídas 129 páginas de 274; Aguilar)             (20; marzo de 2022)

He de reconocerme asno cuando ante tantas tinajas repletas de miel no puedo saborearlas, pero así estoy concebido: leo en la introducción que el contenido del primer diálogo de esta parte (El sofista) versa sobre “el no-ser” y me desanimo nada más imaginar lo que quiere decir. ¿Qué es peor, saber de la existencia de estos diálogos y no poder entenderlos o ni siquiera saber quién fue Platón? Me siento próximo a Moisés, salvando las distancias, pues él dedicó cuarenta años y yo cuarenta minutos, pero ninguno de los dos entraremos en la tierra prometida, él a la real y yo a la intelectual.

En El político, Sócrates el joven (no es Sócrates de joven) es el interlocutor de un extranjero y estas son las últimas participaciones de este joven en el “supuesto” diálogo: “Es la consecuencia verosímil.”, “También esto es verosímil.”, “¿De qué manera?”, “También esto parece ser verdadero.” y “Evidentemente.”. Mi gata con sus ojos expresa lo mismo que este Sócrates.

En Timeo la presentación es de un nivel de posgrado de filosofía y el que da título al monólogo, pues esto es realmente, nos describe la creación del universo a lo largo de veinticuatro páginas. De las setenta y ocho que tiene en total, he leído treinta y cuatro, es decir, las veinticuatro de la introducción y diez de la concepción del universo; ir más allá hubiera sido como ir a Marte y ya tengo una edad.

Critias: interesante saber que no “existía” la Atlántida antes de Platón pues, parece ser, que fue una invención suya. Lo leo entero y es una pena que solo sea el inicio de lo que debería haber sido.

Filebo: opino como el autor de este diálogo, pero en el tema de la lectura: esta ha de ser una mezcla entre placer y conocimiento, y el mío es corto en esta materia y el primero apenas lo obtenía.





“Sócrates.– Mira, pues, Protarco, cuál es la tesis que te va a exponer Filebo y cuál es la tesis que tendrás que combatir en mí, si no responde a lo que tú sientes.”

Filebo o del placer



sábado, 19 de marzo de 2022

Jean Echenoz: Enviada especial (*/**)

(254 pág.; Anagrama)            (19; marzo de 2022)

Primer libro que me compré de este autor, pero como regalaban junto con él Correr, y su tema me interesaba más, el que hoy comento pasó a ser el segundo… y de saber de qué iba no habría pasado por mis manos.

Acepto que la literatura no puede ser solo frases construidas con sujeto, verbo y predicado, sino que ha de innovar y buscar nuevos caminos. Lo acepto y, como muestra de ello, me vienen a la mente Rayuela y Tres tristes tigres (curiosamente dos hispanoamericanos), que las consideré como de lectura imprescindible. Lo contrario que la que hoy comento: poco recomendable.

Antes de desarrollar poco más mis argumentos quiero recomendar a todo lector que quiera adquirir este libro que lea el largo resumen que hay en la contraportada y, si ese batiburrillo no le asusta, que siga adelante. Abstenerse dudosos, pues es tan disparatada como amenazan que es.

Un general retirado quiere tener su momento de gloria, un matrimonio está muy bien avenido porque cada uno hace su vida independientemente, este marido se hizo de oro cuando era joven y querría ser más rico todavía, su socio está pasando un mal momento, una secretaria cede de buena gana hasta donde ninguna lo ha hecho (y no tiene nada que ver con el sexo) y una decena de cosas más que, las lecturas de Platón y Ovenden que saldrán después de este, ya me han hecho olvidar. Lo que yo no olvido y les agradezco mucho.




“Quiero una mujer, profirió el general.”



viernes, 18 de marzo de 2022

Elena Ferrante: La niña perdida (*)

(207 leídas de 480 pág.; Lumen)                   (18; marzo de 2022)

Marisol leyó tres libros de esta autora en unos diez días y yo leí que era recomendable esta cuarta entrega, que Marisol ya no quiso leer. E hizo bien.

Me voy al hospital y me lo llevo como libro a leer (solo iba a estar veinticuatro horas). Cuando vuelvo a casa sigo leyendo, pero llega un momento que me planteo el porqué lo hago. Y a eso voy en el párrafo siguiente.

En esta novela, que sé que es la cuarta de una tetralogía que, aparte de la cantidad de personajes que salen que ya tienen un pasado y que yo desconozco, se puede leer como si no fuera así, se trata la vuelta al pueblo de una de las dos amigas y ello es la excusa, porque la vida ha cambiado, para que se nos vaya informando de lo que son ahora, por lo que es como si la historia comenzara allí. Esta mujer, que ha tenido un pasado con más de tres o cuatro hombres del pueblo, ha tenido una amiga de la que ahora se encuentra alejada pero, como se aprecian, volverán a aceptarse y, supongo yo, que donde la dejé (casi la mitad) comenzaría la parte de la intriga que se ha ido tejiendo desde el principio de la historia.

El problema es que no deja de ser una historia de chismorreos (la palabra chafardería no está en la RAE) tales como qué me pasó con este, qué haré con el hijo de aquel cuando estoy con otro, me gusta aquel otro pero no está por mí todo lo que yo quisiera, y así ad libitum, y a mí se me acabó al día de estar en casa.





“Desde octubre de 1976 hasta 1979, cuando regresé a Nápoles para vivir, evité reanudar relaciones estables con Lila.”



sábado, 12 de marzo de 2022

Mercedes Salisachs: El secreto de las flores (**/***)

(200 pág.; Plaza & Janés)                   (17; marzo de 2022)

Recuerdo que en 1975 en las cajas de ahorros, por Sant Jordi, se regalaba La gangrena, obra de esta autora que había ganado el Planeta aquel año. Yo siempre iba a ingresar dinero en la libreta ese día para que me regalaran libros, pero ese título no me gustaba, así que no lo cogí… y siempre me he quedado con las ganas de leerlo. Un día me encontré en la calle el libro que hoy comento y lo cogí con gusto, pues así me resarcía del no ni había conseguido ni leído. Quedará pendiente, pero no olvidado.

La historia que cuenta en este libro es la de un hombre, abuelo ya, que no se habla con su hijo desde hace tres años y del que recibe una escueta llamada indicándole que tendrá que cuidar a su nieto durante tres meses. El abuelo lo acepta y se dedica al nieto en cuerpo y alma durante ese tiempo a fin de que ello sirva para acercarse de nuevo a su hijo, pues habían estado muy unidos y desconoce la razón por la cual su hijo dejó de hablarle.

En la novela hay alguna trampilla que acerca la narración al lector, tal como el relato de unos pensamientos que un niño de cinco años no tiene y que el abuelo no haya sido capaz de discernir el secreto que entraña el silencio de su hijo y que el lector terminará descubriendo con la última analepsis. A pesar de ello, la novela está bien, pues es entretenida y se lee fácil.




“Si Gregorio no me hubiera llamado por teléfono desde Tailandia hace escasamente una hora, yo continuaría creyendo que mi empeño de asesinar el pasado iba a poder realizarse tarde o temprano sin excesivo esfuerzo y con la mayor impunidad.”



viernes, 11 de marzo de 2022

Antonio Machado: Campos de Castilla y otros poemas (***)

(126 pág.; El País)                   (15; marzo de 2022)

Hace un par de años que lo puse en la lista para leer y hasta ahora no he podido comprobar lo bueno que fue Machado. Marisol se sabe de memoria muchos de sus poemas como, por ejemplo, el del pie de la portada, que me parece increíble que se pueda describir la vida de una persona en verso, teniendo en cuenta que la inventiva se ha de adaptar a lo vivido por el retratado.

Las descripciones de Castilla, del campo y de sus gentes son el objeto principal de este libro, que no incluye todos los poemas que sí están en el formato digital, así que he leído los dos, con lo que he leído completamente esos Campos y, además, otros poemas.

Irene Vallejo lo mencionaba en su fantástico El infinito en un junco y yo no quiero acabar estas líneas sin mencionar La tierra de Alvargonzález, un cuento o relato que está escrito en prosa y también en verso, donde podemos conocer las desgracias de la familia del que da pie al título. Me impresiona mucho su capacidad de poder rimar una historia ya contada. Machado es un autor imprescindible como hay pocos.





“Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla

y un huerto claro donde madura el limonero;

mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;

mi historia, algunos casos que recordar no quiero.”

Retrato



domingo, 6 de marzo de 2022

Ricardo Palma: Filigranas (**)

(51 pág.; Fundación Biblioteca)                     (14; febrero de 2022)

Este es el segundo libro que leo de Palma como autor del año, séptimo en total, pero ha dejado de serlo, pues los libros que se encuentran de él no dejan de ser más que pequeñas obras que, aunque entretenidos, no añaden más que ingenio al autor de las Tradiciones Peruanas. De aquí a diez libros otro autor ocupará su lugar y este, Zweig, sí que espero que pueda durar el año entero que comienza ahora.

Este librito de medio centenar de páginas recoge autógrafos, firmas de libros, algún obituario y otras líneas nacidas de su pluma. En la mayoría de ellas se ve la gracia que tenía Palma requebrando a las señoritas, agasajando a sus iguales o laureando a figuras históricas. Véase el pie de la foto como muestra de lo anterior.





“Tome nota, doctor, de esta simpleza:

No hay mejor aislador que la pobreza.”

Electricidad (autógrafo)



sábado, 5 de marzo de 2022

Anthony Doerr: La luz que no puedes ver (**/***)

(664 pág.; Suma Internacional)                     (13; febrero de 2022)

No sé de dónde saco el consejo de que esta novela vale la pena leerla, aunque sí sé que de Marisol no fue, pues no le gustó. La cojo con cierto reparo, pues su opinión me importa, pero pienso que si no me convence no llegaré a la mitad, pues tiene muchas hojas. Pero pasé de la mitad y he llegado al final habiendo disfrutado de su lectura, por lo que yo la aconsejo , a pesar de que sus capítulos de muy pocas páginas, tres o cuatro, no es de lo que más me gusta.

La historia que cuenta la novela es doble y con analepsis a lo largo de ella; es decir, cuenta la vida de un chico alemán y de una chica francesa con saltos en el tiempo, por lo que nos vamos enterando de lo que fueron sus vidas cuando eran niños y en el momento presente de la historia que es la época nazi. Ninguna de las dos vidas les fue fácil ni el entorno les podía ayudar, pero ambos tienen habilidades que les permite, no solo sobrevivir, sino estar por encima de muchos de los que les rodeaban. La historia es entretenida salvando un par de momentos que no me han parecido logrados del todo.





“Caen del cielo como una lluvia al anochecer, sobrevuelan la muralla, hacen piruetas sobre los tejados, revolotean sobre los barrancos y entre las casas.”