(188 pág.; Salvat) (41; julio de
2017; en Huesca)
Me lo encontré en la calle y, como no lo había leído, lo
cogí; así que repito autor. Esta colección RTV salió sobre los años setenta.
Como siempre me ha gustado coleccionar libros envidiaba a un tío mío que los
tenía todos. El no los ha leído y yo, entonces, tampoco lo habría hecho. Mejor
así: solo tengo uno, pero está leído.
Esta es la primera parte de una trilogía llamada “La
lucha por la vida” (parece ser que era aficionado a escribirlas). Es como el
libro de McCourt, pero en Marid a caballo entre los siglos XIX y XX. Parece
imposible elegir libros al azar y que tengan temáticas tan similares, es decir,
penas y más penas. La diferencia con el que he mencionado es que se empieza a
leer sin que sea tan duro y el protagonista es mayor. Baroja nos pasea por
todas las calles de Madrid, pues va mencionando los recorridos que realizan sus
personajes y, ya mediada la novela, me di cuenta de que los hacían caminando.
Más de cien años después cuesta situarse en la realidad del pasado, así como no
ir a buscar al diccionario decenas y más decenas de palabras que no sabemos su
significado, a pesar de que aparecen en el diccionario.
“Acaban de dar las doce,
de una manera pausada, acompasada y respetable, en el reloj del pasillo.”
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