domingo, 18 de septiembre de 2016

Arturo Pérez-Reverte: Hombres buenos (**)

(582 pág.; Alfaguara)                                    (63; agosto de 2016)
Este libro lo terminé de leer en agosto, pero la vuelta al trabajo, la boda de Pedro y la ausencia de Jacqueline han hecho que lea y escriba menos.
A Pérez-Reverte lo leí cuando era joven y sus novelas, que me parecían interesantes, siempre me parecieron mal acabadas. Hace más de tres años leí su tango y ahora he leído a estos hombres por la misma razón: Marisol los compra.
Resumen de la historia: dos académicos de la Real Academia de la Lengua van a comprar a París la Enciclopedia de Diderot al poco de ser publicada, es decir, en el siglo XVIII, a pesar de que estaba prohibida en España y por la iglesia.
Esta historia real le da pie a Pérez-Reverte a explicarnos que se ha documentado hasta la saciedad, que ha recorrido el posible camino que recorrieron tres siglos antes los académicos, a presentarnos el París de la época de la Revolución, las costumbres de la nobleza del momento, y a personas que él conoce en París y que le han ayudado en la búsqueda de documentos y a demostrar, una vez más, que tiene oficio… y que puede acabar una novela sin que yo arrugue la nariz. Pero creo que esta vez falla porque la historia es mejor que la dramatización. Y que el autor, sus obras y sus ideas aparecen demasiado a lo largo de la narración, aunque pueda ser interesante saber cómo se confecciona un libro basado en una historia verídica. Impagable la burla que se dirige a sí mismo al inicio del libro con el “bailarín murciano”. Al final del texto del siguiente enlace está el porqué.




“Imaginar un duelo al amanecer, en el París de finales del siglo XVIII, no es difícil.”


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