domingo, 25 de septiembre de 2016

Dante Alighieri: Divina comedia (***)

(544 pág.; Austral)                                         (64; septiembre de 2016)
A finales de septiembre y es el primer libro que he leído este mes, pero entre la boda de Raquel y Pedro, la ausencia de Jacqueline y las nuevas pastillas para dormir, que por ahora lo consiguen, no doy para más. Y el texto, además, tiene su aquel.
Dante imagina en 1308 que su amada Beatriz, ya fallecida, le envía a Virgilio para que conozca los lugares a donde van a parar las almas según la religión católica, y describe su viaje a través del infierno, el purgatorio y el cielo como si lo iniciara en 1300, lo que le da pie para aventurar sucesos futuros. Es increíble la imaginación que demuestra, el conocimiento que tiene de las sagradas escrituras, de la historia, de los mitos y leyendas griegos y romanos, del conocimiento del mundo que se tenía en su tiempo… ¡me ha dejado admirado!
Tengo muy claro que no es un libro para aconsejar a cualquiera, pues si no le interesa alguno de los temas que he comentado en el párrafo anterior, no le va a significar nada, pero por pequeña que sea la curiosidad creo que vale la pena su lectura, a pesar de sus repeticiones, de su distancia con nuestro tiempo y de la necesidad de leer las setecientas notas para entender que quiso decir o a qué se debe lo que dice, pues sin ellas nada tiene sentido. Interesante introducción que ocupa unas setenta páginas. Para finalizar: quien no figura en este libro es que no fue nadie antes de 1300.




A la mitad del camino de nuestra vida me encontré en una selva oscura, por haberme apartado del camino recto.”


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