(390 pág.; Afaguara) (67;
octubre de 2016)
La baronesa Karen Blixen-Finecke tenía “alemanes en el
jardín y judíos en la cocina” por lo que se dedicó a escribir una novela, su
única novela.
Con un tono decimonónico, acorde con el momento en que
sucede la historia, se nos cuentan las desgracias de dos compañeras de colegio
de dieciocho años que se ven abocadas a tener que buscarse la vida sin más
ayuda que la una con la otra. Hacia la mitad de la novela se va viendo que van
a tener grandes problemas y la novela se convierte en una de misterio, pero
cuando llega la hora de desenredar la madeja, la autora se hace un lío y lo
resuelve como Alejandro, con lo que uno se queda pasmado.
Como autora de relatos tuvo éxito, pues algunos de ellos
se han llevado a la gran pantalla, así que, de aquí a algunos años, buscaremos
otro libro de ella.
“Una noche de primavera,
una muchacha llamada Lucan Bellenden se encontraba ensimismada junto a la
ventana de una enorme y preciosa casa de campo inglesa.”
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