(477 pág.; El País) (74;
diciembre de 2016)
El puente del 9 de diciembre me ha permitido leer el
libro anterior y este yéndome a dormir pasadas las tres de la mañana. Aún me
faltan más de cinco años para hacerlo todos los días que yo quiera (si el
cuerpo aguanta).
Elegí este libro por el éxito que tiene en los últimos
años este autor. No sé si los libros son mucho mejores que este o de lectura
tan fácil, pues de ser así tendrán la poca profundidad que tiene el que acabo
de leer y, posiblemente, la simpleza del argumento en algunos momentos pero, en
cualquier caso, es un libro desengrasante
de más altas lecturas.
En la Nochebuena se descubre que un trabajador de un
laboratorio de alta seguridad se ha llevado una vacuna que todavía está en
estudio. La jefa de seguridad y el propietario del laboratorio se las ven y se
las desean para contener a la prensa y a la policía. Parece que todo queda bajo
control, pero el hijo del dueño tiene unos planes que van a ocasionar una
Navidad inolvidable.
“Dos hombres de aspecto cansado miraban a Antonia Gallo con
rencor y hostilidad.”
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