domingo, 15 de agosto de 2021

Rafael Chirbes: Crematorio (***)

 (415 pág.; Anagrama)            (28; julio de 2021)       (leído en Villajoyosa)

Marisol me regaló este libro por Reyes y, debido al desorden que llevo este año, ha llegado hasta este mes pendiente de lectura, pero como se dice, bien está lo que mejor acaba, como ha sido este caso.

El título hace referencia a que el hermano menor del personaje principal ha muerto y la acción transcurre entre la defunción y el día de la incineración. Ese es el tiempo real de la novela, pero la historia se remonta a los inicios del hermano vivo, que estudió arquitectura y se dedicó a la construcción de viviendas en la una población de la Comunidad Valenciana.

En cada capítulo uno de los personajes tiene un soliloquio alrededor de lo que acaba de suceder y de lo que él conoce de la historia de los demás personajes, entre los que figuran la hija, su primera esposa, la actual, un amigo muy importante dentro de la familia, y empleados y socios del constructor. Aquí se habla de todo, desde los difíciles comienzos trabajando para otros; de cómo se consiguió el primer dinero importante, aun a costa de ensuciarse las manos; de la gente de la que ha tenido que rodearse y que, pasado el tiempo, ha sabido desprenderse de ella; de su hermano difunto; de su madre; y de todos los cambalaches y chanchullos que tuvo que hacer hasta conseguir la posición en la que se encuentra.

La historia es apasionante, dura, incluso demasiado explícita en muchos momentos, y la manera de transmitirla al lector la hace difícil y densa, pues, como ya he dicho, un personaje habla durante un capítulo, que acostumbra a ser largo, de muchas cosas que han sucedido, saltando en el tiempo, en relación a personas a las que, inicialmente, el lector no conoce.






“Estás tendido sobre una sábana, sobre una lámina de metal, o sobre un mármol.”



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