domingo, 22 de agosto de 2021

Platón: Obras completas - II (**/***)

(leídas 255 de 302 pág.; Aguilar)  (31; agosto de 2021)  (leído en Panticosa)

Gorgias: Sócrates consigue enfadar a Calicles y Polo y que le dejen de hablar, al igual que hace Gorgias. Termina hablando él solo sobre qué es peor: si ser injusto o que cometan injusticias sobre ti. El se decanta por lo primero. Calicles le dice que dedicarse a la filosofía pasada la adolescencia es perder el tiempo.

Menéxeno: tiene dieciocho años y quiere presentarse para pronunciar el discurso de una ceremonia fúnebre. Sócrates declama el que ha oído a Aspasia.

Menón: este le pregunta a Sócrates si la virtud es enseñable o si se alcanza con la práctica y este acaba haciendo enfadar a Anito. Sócrates acaba concluyendo que es un don divino.

Eutidemo: este y su hermano Dionisodoro practican la erística (procedimiento dialéctico hasta el punto de convertirlo en una vana disputa) lo que les lleva a tomar el pelo, dialécticamente hablando, a su interlocutor, sin que ello sirva para aprender nada, incluso a sostener teorías tales como que cualquier persona lo conoce todo y que es imposible contradecir a alguien. Quizá sea un buen diálogo para apreciar la diferencia entre Sócrates y los filósofos como él y los sofistas.

Crátilo: el titular de este diálogo, que más parece un monólogo de Sócrates, aparece a diez páginas del final. Hasta ese momento el interlocutor de Sócrates ha sido Hermógenes, que ha estado de acuerdo con todo, como termina estando también Crátilo. El diálogo versa sobre si los nombres de todo corresponden con la esencia de lo nombrado. De las cuarenta y siete páginas que tiene me salté veintiuna, pues ya no podía más con los razonamientos lingüísticos de los nombres de los dioses griegos. Me parece una entelequia (la primera acepción del DRAE).

Banquete: media docena de amigos loan a Eros. Cuando es Sócrates quien tiene que hacerlo se disculpa diciendo que él no sabe elogiar no diciendo la verdad, así que lo hace a su manera: con razonamientos. Llega Alcibíades muy borracho y decide que quien se merece el elogio es Sócrates, y así lo hace. Bellísimo.

Fedón: dejé de leer veintiséis páginas de este relato, pues ya no podía más con las similitudes, orígenes y destinos del alma. Lo que me interesaba, y leí, era el final de Sócrates.






“CALICLES­­ -Así dicen que conviene llegar a la guerra y al combate, Sócrates.”

Gorgias



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