(691 pág.; Alba) (63; septiembre de 2022)
Hace algunos años que regalé este libro a Anna y en
marzo a Pedro… y yo sin leerlo, pero este mes le ha tocado y ha sido un gusto
enorme hacerlo.
Comienza con dos cuentos cortos de los Grimm, que no por
conocerlos, hacen su lectura menos agradable y sigue con una treintena de
escritores entre conocidos, famosos y, para el que esto escribe, desconocidos,
lo que no es ápice para que los cuentos de estos últimos no sean buenos e
interesantes, como por ejemplo el de Machado de Assis o Quignard, que es el que
más me ha gustado.
Entre ellos, Hoffmann, Balzac, Turguénev, Hardy, Ishiguro
o Parker: un monólogo desternillante.
Al final de los relatos, por si su lectura no fuera suficiente,
todas las composiciones que se mencionan en los mismos totalmente gratuita ¡qué
detalle!
Hermanos Grimm: cortos y entretenidos
Hoffmann: tercera historia de la ópera de Offenbach
Balzac: largo y describe la música de los actos de una ópera
ficticia, pero interesante precisamente por eso
Trollope: un cuento del estilo al de sus novelas
Sienkiewicz: un triste relato sobre otro violinista más
Turguénev: un relato intrigante con triángulo amoroso
Maupassant: cuando el notario de provincias va a la capital
Machado de Assis: interesante y con un final redondo
Bang: la vida de un genio, al que se le explota, y que llega
a adulto
Hardy: otro con misterio y triángulo, pero seco no agitado
Lovecraft: crea misterios inexplicables incluso con la
música
Parker (El vals): reí hasta que me saltaron las lágrimas
Dahl: un relato sorprendente con un buen final
Herzinger: podría ser la historia de cómo crear una fama
Quignard (Todas las mañanas del mundo): quizá el mejor de
todos
Ishiguro (El cantante melódico): un relato al estilo de los
restos
“En la primavera de 1650 la señora de Sainte Colombe murió.”
Todas las mañanas del mundo (Pascal Quignard)
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