(127 pág.; El País) (67; diciembre de
2017)
Cada año quiero leer un libro de poesía de un autor
nuevo, para mí, y hasta ahora no he podido. Ha habido mucho libro nuevo este
año debido en gran parte al hecho de comenzar una nueva década. Pero llegados
aquí elijo de los que tengo pendientes a Salinas, cuyo apellido me suena y,
avergonzado, me entero leyendo la introducción que fue uno de los importantes
de la generación del 27. Constantemente descubro mis pobres resultados de la
educación que recibí.
Esta obra cuenta una historia de amor en forma de poema
aunque sin rima y todo seguido, pero hay una separación entre un capítulo, por
llamarlo de alguna manera, y otro. Como leí en la introducción que la
generación del 27 eran seguidores de Góngora y que utilizaban muchas metáforas
pensé que no entendería nada. Y no he entendido todo lo que el poeta quiso
transmitir, pero me ha gustado su musicalidad, sus ligeras frases, su manera de
explicar lo mucho que la quería y la encontraba a faltar; en resumen, me ha
gustado lo que me ha llegado de todo lo que Salinas quiso expresar.
“Tú vives siempre en tus actos.”
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