sábado, 1 de octubre de 2011

Roald Dahl: Mi tío Oswald (**)


(196 pág.; Anagrama)                       (20; mayo de 2011)

El escritor de cuentos e historias para niños (Matilda, Charlie y la fábrica de chocolate, Las brujas, entre muchos otros) en su primera novela, escrita cuando contaba 63 años, se destapa con esta historia que bien podría figurar entre las de La sonrisa vertical o ser un anticipo del atrevido Henry Miller.

Aunque contada en tono de guasa, no deja de haber escenas y descripciones exclusivas para mayores de edad. Aunque le sobran unas decenas de páginas porque se repiten las historias que cuenta, tiene dos ideas que para el momento en que fue escrito (1979) me parecen muy adelantadas o, cuando menos, de rabiosa actualidad: una pastilla tipo “viagra” y un banco de esperma de genios. Estas dos ideas son las que le dan pie a las descripciones “subidas de tono”.

Insisto que es una comedia, pero para adultos liberales, muy liberales, pues el protagonista comparte sus beneficios con una compañera de estudios, ya que ella es el anzuelo que atrae a los genios a tan específico banco, lo cual no creo que sea muy políticamente correcto.





“Empiezo a sentir, una vez más, el impulso de saludar a mi tío Oswald.”


eBook: sí.                                                       epublibre



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