(122 pág.; eBook) (43;
julio de 2013)
Después del desengaño de Una novelita lumpen decidí que Bolaño
pasara un tiempo en el dique seco, pero con muchas ganas de volver a leer
alguna de sus obras, pues no en vano es uno de mis escritores favoritos. Este
año se cumplen diez años de su muerte y después de ver una exposición dedicada
a su vida y a su obra volví a leerlo.
Este libro de relatos me recordó al
mejor Bolaño que he leído, es decir, su inmensa 2666 y Los detectives
salvajes y, como no podía ser de otra manera, me dejó con todas las ganas
del mundo de seguir leyendo sus novelas y lamentando que un hígado (el suyo o
el del donante que no pudo ser) se lo llevara con sólo cincuenta años.
Quiero destacar algunos de esos
relatos: el que da título al libro (¿quizá la opinión personal de Bolaño de lo
poco que puede necesitarse en la vida para ser feliz?); El policía de las ratas, donde sorprende el paralelismo encontrado
entre estas últimas y los humanos; y El
viaje de Alvaro Rousselot, (¿qué es mejor: que te plagien o que nadie diga
nada de ti?).
Para el que no se atreva por el
tamaño con 2666 o por el título con Los detectives salvajes tiene en este
libro al mismo autor y con la misma fuerza y belleza que en los anteriores.
¡Diez años ya!
“Me llamo José, aunque la gente que
me conoce me llama Pepe, y algunos, generalmente los que no me conocen bien o
no tienen un trato familiar conmigo, me llaman Pepe el Tira.”
El
policía de las ratas
eBook: correcto.
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