domingo, 11 de agosto de 2013

Franz Kafka: Obras completas (**/***)

(1ª parte: 401 pág.; eBook)                           (41; junio de 2013)
Me gusta comprobar que poco a poco voy leyendo a autores que ni siquiera teníamos en casa, aunque leer todo lo que uno querría es tarea imposible. O debería haber comenzado mucho antes. Ya veremos hasta donde llego. Quería leer una obra de Kafka y me encuentro con sus obras completas: no les hice un feo, pero dividí el libro como si fueran varios volúmenes, pues alcanza las 1.400 páginas, y así poder seguir picoteando. Hasta la página 400 incluye sus primeros relatos y América, que fue publicado bastantes años después de haberse escrito.
Los primeros relatos que son muy cortos se podrían definir como totalmente kafkianos. Obviamente, no me refiero a la autoría sino al adjetivo que aplicamos cuando algo aparentemente normal se vuelve irracional, ilógico, y nos deja perplejos. Creo que, sobre todo, es debido a que son relatos tan cortos que el lector no tiene tiempo de entrar en la historia antes de que esta ya sea kafkiana.
No pasa lo mismo con América que es una novela de 300 páginas, pero el autor sigue siendo Kafka y en cada capítulo deja constancia, nuevamente, de su particular visión de la vida, con lo que capítulo a capítulo te vas encontrando envuelto en la tela de araña de eso que resumimos diciendo que es kafkiano: un joven de 16 años se va a Estados Unidos obligado por sus padres debido a una situación familiar desagradable y se encuentra con su tío que es senador. Estos son los dos primeros capítulos (El fogonero y El tío) y ya sólo con su lectura te das cuenta de que en las historias kafkianas te acaba faltando el aire, que por muy cotidiano que sea lo que te está explicando, acaba sucediendo algo que lo convierte en desasosegante. Tiene un abrupto final, a pesar de su longitud, y me pareció que podía ser alegórico; aunque más bien creo que no la acabó de escribir.
Es un autor irrepetible que merece ser leído y disfrutar de la capacidad que tuvo para contar en unas historias raras el reflejo y el resumen de nuestra vida cotidiana.




“Cuando Karl Rossmann muchacho de dieciséis años de edad a quien sus pobres padres enviaban a América porque lo había seducido una sirvienta que luego tuvo de él un hijo entraba en el puerto de Nueva York a bordo de ese vapor que ya había aminorado su marcha, vio de pronto la estatua de la diosa de la Libertad, que desde hacía rato venía observando, como si ahora estuviese iluminada por un rayo de sol más intenso.”

América


eBook: correcto.                                            http://www.4shared.com/


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