domingo, 25 de agosto de 2013

Henrik Ibsen: La casa de muñecas (***)

(96 pág.; eBook)                                            (46; julio de 2013)
Recuerdo haber visto representada su obra Un enemigo del pueblo y que me dejó perplejo por cómo había retratado el mundo del interés contra el propio hombre. Si esto que fue escrito hace 130 años y me impresionó hace treinta,   con todo lo que ha pasado en el mundo y en España en particular desde entonces, parece más bien que fuera obra de Nostradamus.
He comentado lo anterior porque era el único contacto que tenía con la obra de Ibsen, a pesar de que no me era desconocido. Esta casa de muñecas no la he visto, pero su lectura me ha convencido que era un autor muy adelantado socialmente a su tiempo, con una clarividente mirada y capacidad para saber plasmarlo en forma de obra de teatro.
Aparentemente no sucede nada extraño en la familia de la protagonista: matrimonio con varios hijos, él acaba de ser ascendido a director del banco en el que trabaja y quedan atrás las penurias que pasaron hace unos meses y de las que salieron gracias a la decisión que tomó su mujer y que él desconoce. Pero él tiene que despedir a un empleado del banco y aquí arranca el drama.

Quiero mencionar lo que para mí es una muestra de la dominación femenina a manos de los hombres: la escena en la que el marido le exige a su mujer cómo debe vestirse y bailar la danza que aprendió en Sicilia en la fiesta que preparan unos vecinos. Deplorable.




“NORA. Esconde bien el árbol, Elena.”

eBook: correcto.


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