(leídas 49 pág. de 126; El País) (45; julio de 2013)
Lamentablemente demasiado
surrealista. Aún recuerdo la clase de Literatura de sexto de bachillerato el
ejemplo que la profesora nos puso hablando de las metáforas de García Lorca: “el
jabalí se lanzó a su tobillo”, en un poema donde no había ningún animal a la
vista. No lo entendí entonces y sigo sin entenderlo ahora.
Con esta obra he descubierto que a
mí me gusta el teatro de Lorca, por su dramatismo, por su defensa de la mujer,
por ir en contra de lo establecido, pero su poesía no la entiendo. No he visto
una ciudad que conozco, no he visto ni sus rascacielos, ni su población negra,
ni sus conflictos sociales. No he visto nada. Sólo me he encontrado palabras
que reconozco, pero que no puedo adaptarlas al contexto de lo que estoy
leyendo, por lo que no me entero absolutamente de nada de lo que está contando.
De
aquí a mucho tiempo volveré a Don Perlimplín, Yerma o a sus sangrientas bodas,
pero me abstendré de su poesía ¡qué lástima!
“Asesinado por el cielo. Con
los animalitos de cabeza rota
Entre las formas que van hacia la sierpe y el agua harapienta de los
pies secos.
y las formas que buscan el cristal, Con todo lo que tiene cansancio sordomudo
dejaré crecer mis cabellos. y mariposa
ahogada en el tintero.
Con el árbol de muñones que no canta Tropezando con mi rostro distinto de cada día.
y el niño con el blanco rostro de
huevo. ¡Asesinado por el
cielo!”
Vuelta
de paseo
eBook: correcto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario