(766 pág.; El País) (42;
julio de 2013)
Pocos meses antes de la invasión de
Estados Unidos a Irak un arqueólogo afecto al régimen de Sadam quiere que su
nieta, que también es arqueóloga, intente encontrar el resto de las tablillas
de barro, de las dos que encontró él cuando era estudiante, que son la
narración de la formación del mundo que hizo Abraham a un escriba.
Este arqueólogo, que tiene un
acuerdo con unos socios para la venta de objetos arqueológicos expoliados, tuvo
un pasado que nadie conoce, pero por el que está siendo perseguido. Las
noticias sobre la posible guerra de Irak no dan esperanzas de que sea
encontrada la denominada biblia de barro,
que es la única ilusión que le queda al anciano y el salvoconducto para que su
pasado no recaiga sobre su nieta.
Novela extensa, pero entretenida,
sin mayores pretensiones, narra la vida del escriba mientras Abraham le
relataba cómo dios había formado el mundo, así como la situación que se vivía
en Irak en aquellos momentos. A pesar de estar en el desierto, refrescante.
“Llovía sobre Roma cuando el taxi
se detuvo en la plaza de San Pedro.”
eBook: correcto.
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