viernes, 1 de julio de 2022

Isabel Allende: El amante japonés (**)

(352 pág.; Plaza & Janés)                   (38; junio de 2022)

Hará dos o tres años que Fernanda me recomendó este libro y, como no hay recomendación que caiga en saco roto, este mes lo he leído. Mientras escribía la nota del libro anterior me costaba distinguir entre aquella novela y esta, por ciertas similitudes que tienen ambas, aunque de un cariz muy diferente, pues esta es muy acaramelada en comparación a la anterior.

Allende tiene oficio y, escogidos unos personajes judíos de Europa central, unos japoneses residentes y con descendencia en Estado Unidos y una familia acaudalada de este mismo país, solo le falta encontrar un momento en la historia en la que estos tres diferentes orígenes tengan unas vivencias tan singulares que, alguien con la facilidad que a ella le presupongo para la escritura, pueda construir una historia de lectura fácil, que engancha pero, a la vez, es un tanto inverosímil y de poco calado. Por si no queda claro, el periodo apuntado son los años treinta y cuarenta del siglo XX.

Al igual que Fernanda, puedo aconsejar su lectura pero después de La casa de los espíritus, que es la mejor de las tres que le he leído.




“Irina Bazili entró a trabajar en Lark House, en las afueras de Berkeley, en 2010, con veintitrés años cumplidos y pocas ilusiones, porque llevaba dando tumbos entre empleos, de una ciudad a otra, desde los quince.”



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