domingo, 3 de julio de 2022

Bernardo Atxaga: Obabakoak (***)

(387 pág.; Zeta)                      (39; junio de 2022)

Obabakoak es el pueblo ficticio en el que Atxaga desarrolla algunas de sus novelas, como es el caso de este libro, que consta de dos partes en las que cada una de ellas está compuesta por una especie de relatos. Con esta última frase quiero decir que la historia se desarrolla a través de unos capítulos diferenciados entre sí, aunque con relación entre ellos.

La segunda parte, más larga que la primera, consta de relatos que han escrito los personajes de la historia y que conforman sus capítulos. La narración se vuelve tan interesante, debido en parte a una intriga y, a su vez, a los relatos que se van leyendo, que es difícil dejar de leerla. Es decir que, a pesar de que los relatos imaginarios son independientes los unos de los otros, estos atrapan al lector lo mismo que la historia principal.

Debería haber una nota en la portada indicando que no debe leerse antes de ir dormir, pero como Marisol sabe que soy insomne me lo recetó sin ningún tipo de miramiento.





“Encuadernados la mayoría en piel y severamente dispuestos en las estanterías, los libros de Esteban Werfell llenaban casi por entero las cuatro paredes de la sala; eran diez o doce mil volúmenes que resumían dos vidas, la suya y la de su padre, y que formaban, además, un recinto cálido una muralla que lo separaba del mundo y que lo protegía siempre que, como aquel día de febrero, se sentaba a…”



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